Corría el año de 1938 y en la ciudad de Cartago dos hermanos discutían el derecho a una tumba. No había modo de que se pusieran de acuerdo, pues cada uno creía tener la razón a disfrutar del derecho absoluto de dicha tumba.
Un buen amigo, que sabía lo difícil y delicado del asunto, se les acercó aconsejándoles que visitaran al Licenciado don Ricardo Jiménez Oreamuno, ex Presidente de la República para que fuera él quien les resolviera el problema.
Fue entonces que ambos hermanos vinieron a San José en busca del «Brujo del Irazú», quien al ser interrogado y preguntado acerca de cuál de los dos tenía derecho absoluto a la tumba, aquel gran señor les respondió socarronamente:
—»Pues amigos: al primero que se muera!!»…
*Caricatura de Noé Solano
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