Partió el gran folclorista Lencho Salazar

Partió el gran folclorista Lencho Salazar

  • En los últimos años enfrentó varios problemas de salud -incluidas dos operaciones a corazón abierto- que le mantuvieron en situación delicada
  • Falleció en su hogar, situado en La Garita de Alajuela.

Adriana Núñez, periodista Visión CR

Más que un músico, Lorenzo “Lencho” Salazar se convirtió desde hace muchos años, en una de las figuras más relevantes del folclor costarricense. Y tras su partida hacia la eternidad este 28 de agosto 2024, su paso por este mundo lo transforma en una leyenda.

Nacido en el seno del matrimonio conformado en Naranjo, provincia de Alajuela, por Víctor Salazar Jiménez y Elisa Morales Corrales, Lorenzo Salazar Morales comenzó a tocar la guitarra desde los 6 años de edad.

Con gran personalidad, siendo alumno de la Escuela República de Cuba, participaba lleno de entusiasmo en los actos del centro educativo, “veladas” en las que se ganaba el aprecio de sus compañeros, maestros y padres de familia a quienes les encantaba escucharlo. También acudía a amenizar rosarios, misas y reuniones familiares o con amigos y vecinos.

Durante algunos años, recibió lecciones con el Maestro Isaac González. Pero la materia prima de su estilo y creaciones fueron siempre el sentir y los dichos populares.

Canciones como El Cadejos, La Arranca terrones, Casonas Viejas, La llorona, La Segua y Estampas de abril y mayo, entre otras, interpretadas magistralmente por Salazar, han sido coreadas y aplaudidas por varias generaciones de costarricenses e incluso por extranjeros y turistas que visitan nuestra nación.

Debido a su particular modo de cantar, ingeniosas canciones y dedicación a la música folclórica nacional, el Ministerio de Cultura Juventud y Deportes le otorgó en 1996, el rango de “miembro de la Galería de Cultura Popular Costarricense”. Las letras que dan vida a sus reconocidas melodías, recogen no solo leyendas y tradiciones autóctonas sino también el modo de hablar del pueblo tico.

“DE TODOS MODOS NO TE QUERIA

NUNCA TE QUISE POR DOS RAZONES

POR QUE ERES MALA Y PORQUE EN TU CASA

POR TODOS LADOS HABÍAN RATONES

***

POR TUS AMORES PERDI YO EL TIEMPO

COMO ME DUELE EL TIEMPO PERDIDO

YO NADA GANO CON CONDOLEME

Y LAMENTAME ENTRISTECIDO…”

 

(Estilo de hablar copiado textualmente de la letra de la canción “La tonada del despecho”, de Lencho Salazar)

Primeros pasos hacia la fama

Fue en 1953, cuando arrancó la carrera artística de Lencho, quien junto a Miguel y Paulino Porras Hidalgo, fundó en San Carlos, el Trio Costa Rica.

Apenas cuatro años después, estando en la ciudad de Escazú, le presentaron a Roberto Gutiérrez Vargas, del grupo Los Talolingas, creadores de la pieza La Guaria Morada, quien le contrató para suplir la ausencia del musicalizador Carlos López.

En enero de 1959, contrajo matrimonio en Escazú con Margarita Porras Rivera, con quien procreó 6 hijos entre los que se encuentran José Manuel y Carlos Alberto. Ella falleció en 2013. A pesar del dolor que la muerte de Margarita le provocó, un hecho que siempre consideró como “una enorme pérdida” el reconocido folclorista siguió adelante con su música y sus inigualables canciones.

Hay que acotar que en 1988 también tuvo una hija con Nidia María Morales Castro, que lleva por nombre Nidia Lorena.

Y finalmente, en 2015, a dos años de la desaparición física de Margarita, Lencho volvió a casarse; esta vez con Ana María Solano Gómez quien le cuidó hasta su muerte.

Folclor y docencia

De forma paralela a su quehacer artístico, durante la gestión del exministro de Educación Guillermo Malavassi (1966-1970) Lencho Salazar obtuvo su título como profesor de música, labor que desempeñó a partir de entonces en el Conservatorio Castella.

Y para comienzos de los años 70, fue nombrado como director de los bailes típicos que a través del Instituto Costarricense de Turismo (ICT) representaban al país en diversas actividades locales y a nivel internacional. Fue así como en esa época, se constituyó en uno de los más apreciados embajadores del folclor y la cultura autóctona costarricense, a través de actuaciones efectuadas en naciones amigas tales como Colombia, Ecuador, Panamá y Estados Unidos.

Adicionalmente, tras el retiro del famoso violinista José Aurelio Castillo Jiménez, Lorenzo pasó a ocupar su plaza en la Escuela Normal de Heredia, donde posteriormente nació la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA) institución de la cual se jubiló como docente.

El legado de Lencho Salazar al ámbito cultural costarricense ha sido enorme. En él se incluyen ocho grabaciones musicales destacadas que llevan por nombre: ¡Idiay…. Lencho!, ¿Quiubo Lencho?, ¡Adentro Lencho!, ¡Soque Lencho!, Órgano típico, El rancho e’ Lencho, El abuelo Lencho, Danzas costarricenses y Costa Rica mía.

 

 

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