La resistencia francesa contra el nazismo

La resistencia francesa contra el nazismo

Arturo Fournier, abogado, Revista Visión CR.

En las las dos visitas que hice a Normandía (1990 y 2014), para conmemorar y festejar el gran desembarco del “día D: Operación Overlord”[1]; busqué información, algo para estudiar sobre los Maquis, de quienes tanto había escuchado hablar a mi padre; sobre grupos opositores a los nazis, los más destacados en Francia, Italia y Yugoslavia.

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Fue muy poco lo que pude conseguir, ni tan siquiera en las 500 páginas del libro (casi enciclopédico): “La Résistance pour LES NULS[2], que cita todos los movimientos, grupos de lucha y organizaciones que tomaron el nombre de “resistencia”, escondidos y protegidos en las montañas y bosques de diversas regiones de Francia.

Los maquis estuvieron y lucharon por todo el país, pero fundamentalmente en las regiones de Ain, Limousin, Périgord y los Pirineos, con el objeto de formar grupos armados que procedieran a llevar a cabo acciones que activaran la liberación de ciertos territorios, y luego como apoyo fundamental a la gran invasión aliada que abriría el segundo frente para combatir la presencia opresiva de la tiranía nazi, conocida como “la ocupación”, la cual fue ayudada muy activamente por el denominado régimen de Vichy[3] (por la ciudad en donde tuvo asiento el gobierno), liderado por el Mariscal Pétain[4], otrora héroe de la Iª Guerra Mundial, luego en su triste y denigrante papel de títere de los nazis, azote de su pueblo y ejecutor de las leyes de persecución racial.

Por esta razón, luego de la liberación de Francia, fue procesado, juzgado y condenado a muerte por su entrega a las fuerzas de ocupación extranjeras, y por su traición a la patria.

Este tipo de resistencia se dio en muchos países de Europa, los más destacados y curiosamente menos resaltados, fueron en Yugoeslavia e Italia, donde curiosamente jugaron papel fundamental los militantes del comunismo, silenciados por la historia oficial.

Lo que sí encontré en ese libro, fue que hubo un líder de la resistencia llamado Henri Fournier[5], quien ojalá fuera familia mía.

Viajamos en el tiempo, hasta 1945, para hablar sobre Los Maquis
Los maquis fueron organizados fundamentalmente por militantes del Partido Comunista de Francia.

Los grupos maquis (conocidos también como “maquisards”) fueron organizados fundamentalmente por militantes del Partido Comunista de Francia, razón por la cual, gran parte de la historia oficial de ese país les ha restado importancia y reconocimiento, a causa de los enfrentamientos de la guerra fría.

Llevaron a cabo importantes tareas de lucha contra el ejército alemán invasor[6], que depredaba a su país, utilizaron todos los recursos que tuvieron a su alcance, para realizar sabotajes contra las fuerzas militares enemigas, y dieron gran protección a los jóvenes que huían del reclutamiento para el STO = Servicio de Trabajo Obligatorio, implantado por los nazis, para nutrir a sus industrias de mano de obra esclava, fuerte y joven; lo cual más bien fue un gran error estratégico, porque la juventud se negó a ser utilizada como servidumbre para los opresores.

De modo que, en lugar de conseguir fuerzas frescas para su industria, los empujaron hacia las montañas y bosques, donde la organización comunista Maquis los protegió, preparó y entrenó para las importantes acciones en contra de los nazis, y los salvó de la deportación a Alemania, para el trabajo forzado.

Resalta que hubo equiparación de sexos (algunos dicen de géneros), tanto hombres como mujeres, sin buscar cuotas de supuesta igualdad, quienes lucharon en igualdad de condiciones, hombro a hombro, tanto en la clandestinidad, como en la lucha armada, de igual manera si eran hombres o mujeres.

A inicios de este año, al visitar la localidad de Menesplet en Burdeos, una encantadora señora: Monique Peyssard, me prestó dos tomos del interesante e informativo libro “Un maquis du Périgord dans la Seconde Guerre Mondiale”[7], además recomendó que me llevaran a Oradur[8], y me enseñó sitios desde los cuales ella presenció enfrentamientos armados entre las tropas nazis y los destacamentos Maquis.

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Los dos libros relatan al detalle actividades de estos grupos, no sólo en cuanto al enfrentamiento contra los nazis, sino su actitud hacia la población a la que protegían, la forma correcta de solicitar contribuciones dando recibos para ser reembolsados luego del triunfo, las sanciones o represalias contra los colaboradores; y lamentablemente, ¡cómo siempre hay ladrones!, la forma inmoral e ilícita en que algunas personas se hacían pasar por luchadores por la libertad, para robar joyas, dinero en efectivo y bienes a las familias de la zona.

Cuenta cómo entrenaban a los nuevos reclutas, las dificultades para conseguir comida, armas, pertrechos y hasta ropa, ya que la tropa crecía constantemente con los jóvenes que huían para eludir del STO, la forma en que muchos policías o funcionarios del gobierno local colaboraban con ellos, la solidaridad contra el invasor, formas de comunicación para evitar ser apresados o errores que llevaron a la tragedia, decepciones, abusos de algunos, e inclusive una fuga masiva de una cárcel, de la cual rescataron a más de 300 personas, llevándolas a pie a través de muchos kilómetros hasta la montaña en donde estaban sus campamentos, algo increíble, porque pasaron frente al cuartel nazi, todos los combatientes caminando con los más de 300 detenidos y de pura casualidad ni los perros ladraron, salvándose todos.

Interesante cómo muchos de ellos siguieron combatiendo y colaborando con los aliados, luego del día D, cómo se incorporaron a los diversos destacamentos del nuevo ejército francés y bastantes llegaron hasta lo más profundo de Alemania, durante las fases finales de la guerra, la dificultad de algunos para incorporarse a la vida civil, después de años de combate, privación y vida al borde de las penurias y necesidades.

Nos deja la enseñanza de que los pueblos pueden soportar privaciones, malos tratos, abusos, deportaciones, torturas y hasta ejecuciones sumarias y arbitrarias, pero cuando se cansan y no soportan más las vejaciones, se enfrentan a los opresores, sin importar lo que pueda pasarles, ni tan siquiera si pueden perder sus vidas, con tal de librarse de los tiranos.

La historia interminable de la Resistencia francesa contra los nazis | Babelia | EL PAÍS
Cuando los pueblos se cansan se enfrentan a los opresores.

[1] Ver: https://vision-cr.com/2024/06/06/80-anos-del-desembarco-de-normandia/

[2] Escrito por Dominique Lormier, historiador, Éditions First Grümd, París 2013

[3] Es una ciudad y comuna francesa, situada en el departamento de Allier, de la Región de Auvernia-Ródano-Alpes. Wikipedia.

[4] Phillippe Pétain, fungió como Presidente del Consejo de Ministros de Francia, siendo Pierre Laval uno de sus principales colaboradores, durante la ocupación, desde 1940.  Condenado a muerte en 1945, pero el presidente Charles De Gaulle conmutó la sentencia de muerte, por la de cadena perpetua, que sirvió en la isla de Yeu, hasta su muerte el 23 de julio de 1951.  Mientras que Laval huyó a España, país que, a pesar de ser también fascista, lo devolvió a Francia, donde sí fue fusilado por traición, como ordenaban la sentencia.

[5] Luego confirmado a pág. 196 de un libro dedicado a las heroínas mujeres de la IIª guerra mundial.

[6] Las más espectaculares y que más daño causaron a los nazis, a partir de noviembre de 1943, a pesar de que Francia fue invadido y ocupado en 1940.

[7] Escritos por Patrice Rolli: Tomo I “L´espoir et le chaos – (noviembre 1943-12 juin 1944)”, Tomo II “La liesse et la fureur” (12 juin 1944-décembre 1945)”.  Editions L´Histoire en Partage, juin 2018.

[8] Leer: https://vision-cr.com/2024/05/17/oradour-sur-glane-ciudad-martir/

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