Fernando Berrocal, ex-ministro de Seguridad Pública.
En el día exacto de los 203 años de la Independencia Nacional, el New York Times, el periódico de más prestigio, influencia y circulación a nivel mundial, publica en lo que hemos permitido se convierta Costa Rica: el país con la mayor penetración y poder de las brutales mafias del narcotráfico, a la par de México.
Podríamos excusarnos inventando “teorías de conspiración” y hacer política barata… o aceptar esta terrible verdad y responder: ¿Qué podemos hacer, como país, ante esta exigencia y responsabilidad nacional? Mi opinión:
1.- Aceptar que es el “tema país” más importante y prioritario de la Agenda Nacional y dejar de creer, como declaró superficialmente el presidente Chaves, que todo se resuelve con algunos escáneres en las aduanas de Limón y Caldera.
2.- Aceptar que Costa Rica no puede sola contra este poder mafioso transnacional y que se requieren Acuerdos de Cooperación entre los países productores y exportadores de cocaína, países en tránsito y países mercado y grandes consumidores, como son México, Estados Unidos y la Unión Europea.
3.- Aceptar responsablemente las gravísimas implicaciones internas de esta realidad y aprobar POLÍTICAS PÚBLICAS que sean soluciones integrales y paralelas en el Consejo Nacional de Seguridad, como lo establece la Ley General de Policía y no caprichos y decisiones unilaterales que no responden a esa visión POLÍTICA y pluridimensional de lo que se debe hacer en Costa Rica.
4.- Aceptar que, aunque es un problema de POLICÍA, no es una crisis solo de POLICÍA. Es también una crisis económica y social (un modelo de desarrollo colapsado y falta de inversión y oportunidades de trabajo, lucha frontal contra la miseria, marginalidad y un déficit de 200.000 viviendas populares), una crisis educativa (enseñar sobre los peligros de la drogadicción y la criminalidad a los estudiantes y una certera y visionaria Ruta de la Educación), una crisis de salud pública en que la juventud costarricense es la PRINCIPAL VÍCTIMA y, sobre todo, que enfrentamos una crisis de CORRUPCIÓN que
ha penetrado todas las estructuras de nuestra sociedad y hasta la política nacional.
5.- Una sola pregunta: ¿cómo se puede enfrentar desde el Ministerio de Seguridad Pública, en la parte POLICIAL y sin la rectoría oficial, esta enorme crisis nacional con un solo avión y sin helicópteros propios en la Sección Aérea, sin apoyo logístico y tecnológico moderno, la mitad de las patrullas chocadas o inservibles, unos 13.000 policías cuando se requieren 25.000 policías activos y profesionales, con buenos salarios, seguros de vida y riesgos, Delegaciones Policiales que dan vergüenza y una insensibilidad de la Casa Presidencial y el Ministerio de Hacienda sobre sus urgentes necesidades presupuestarias y hacia las propias y necesarias del Organismo de Investigación Judicial?
Y muchas otras cosas y verdades por señalar…
