César Fernández Rojas, educador jubilado.
Este escrito es la fusión de múltiples ideas y pensamientos según textos de biología, evolución, metodología de la investigación, cristianismo, filosofía y libres pensadores: algunos elementos se tomaron del mundo cibernético o de libros impresos. La crestomatía, la argumentación y la articulación pertenecen al autor.
«En la vida todo está continuamente en evolución». (Ludwig Heinrich Edler von Mises)
Carl Edward Sagan fue un astrónomo, astrofísico, cosmólogo, astrobiólogo, escritor y principalmente un reconocido divulgador científico estadounidense. Y Carl Sagan generalizó en su destacada serie Cosmos la frase: “Somos polvo de estrellas”.
Nos relata José María Maza: “A miles de jóvenes y no tan jóvenes les he contado lo que yo considero una de las más grandes historias de la astronomía. Carl Sagan decía que somos ´material estelar´; María Teresa Ruiz, en Chile, hace unos años nos dijo en su libro que somos ´hijos de las estrellas´.
La historia cambia de nombre, pero el contenido es el mismo: todos los átomos que componen su cuerpo, amigo lector, y el mío, salvo el hidrógeno, han sido fabricados al interior de una estrella”, José María Maza Sancho, Premio Nacional de Ciencias Exactas, Chile 1999.(Cfr José María Maza Sancho. Somos polvo de estrellas. Cómo entender nuestro origen en el cosmos. Lectulandia.com. Editor digital: Leddye Pub base r1.2. Planeta de libros.https://www.planetadelibros.com …› Astronomía).
La ética es también un viaje con destino a pesar de que la imaginación humana no tiene límites. La ética no es fugaz ni pasajera. La ética no flota sobre la vida diaria, antes bien es su esencia: se esculpe en el ADN de cada ser humano, cuyo origen es una estrella. “La capacidad de comportamiento ético es un atributo de la constitución biológica humana resultante de la evolución, no porque tal capacidad fuera directamente promovida por la selección natural, sino porque se deriva de una capacidad intelectual avanzada.” (Cfr. Antonio Marlasca. El origen de la ética: Las raíces evolutivas del fenómeno moral en F. J. Ayala. Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLIII Número doble (109/110), 21-26, mayo-diciembre 2005).
La ética retiene los estados de bienestar, por cuanto los seres humanos necesitan satisfacer sus atributos y necesidades constantemente. El sujeto valorante decide como buenas las acciones que le son inaplazables o perentorias: unas de valor moral -como derechos y deberes-, y otras como normas sociales que guían sus actuaciones cotidianas.
La conciencia fija su atención en los procesos de información para decidir lo apropiado, lo pertinente y lo justo, de acuerdo con las circunstancias del entorno. El cerebro puede usar la ubicuidad de la conciencia para modelar sus propios estados de atención, ya que es el órgano encargado de la mente por las funciones que desempeña: produce pensamientos, ideas, emociones y sentimientos e integra los estímulos que llegan al sujeto, en cada interacción en la que toma decisiones sobre sí mismo, el otro y el contexto.
Los valores y las virtudes son consustanciales -inmanentes- a la reflexión ética y la conducta moral. En ese sentido, los valores son el sustrato de la moral. Por ello, la ética, la moral, los valores y las virtudes germinan sobre la vida diaria: determinan, fijan y aseguran los estados de bienestar, aunque se ponga en riesgo su propia vida. Somos el pasado, el presente y el futuro, integrado, uncido al ser humano, para construir la identidad, la naturaleza y la historia humana.
El joven estudiante de 15 años -cursaba 9° año en el liceo José Martí- Antonio Obando Chang, El Héroe de la Angostura, ofrendó su vida por salvar a 7 personas. Exhausto, ingresó una vez más al bus… por última vez, Antonio no salió más… para inmortalizar su vida en la memoria colectiva de los costarricenses. La ética, la moral y los valores perpetúan a las personas que buscan en la alteridad la felicidad, la justicia, la dignidad, la paz, la solidaridad, la armonía, y en algunas personas su legado para la inmortalidad.
Ya dijo Stylianos Atteshlis no hay más milagro que la vida misma. Para Eckhart: “No hay en todo el universo nada tan parecido a Dios como el silencio…pero si la única oración que decís en toda vuestra vida es ‘gracias’ bastaría con eso”.
En materia de virtudes y valores, como reza la teoría ética, el punto medio es una cima. La tesis aristotélica del equilibrio como punto medio entre el exceso y el defecto, según el cual, el equilibrio o armonía no es uno ni igual para todas las personas. Lo que es suficiente para unos no lo es para otros; porque cada razón o cada acción, según el sujeto, puede ser excesiva o insuficiente.
Así, en el plano moral, todo hombre y mujer prudentes huyen del exceso y el defecto; tal y como, en toda obra bien acabada, la adición o supresión modifica la armonía original y acaba con el equilibrio de su perfección. En tales circunstancias podríamos aplicar los principios de la armonía a todas las acciones que realiza el ser humano y con mayor razón en la naturaleza y el cosmos.
Mira a tu alrededor, la vida florece, el aire es fresco y agradable, el sol despunta con su luz de vida. Comprende la sabiduría del planeta, las maravillosas facultades del agua. Observa los ríos limpiadores; la prístina lluvia, el valor de los bosques y el follaje, la celeste levedad del viento que arrulla; sé consciente del delicado equilibrio del ecosistema de la Tierra.
“Estaos quietos, y sabed que yo soy Dios” (Salmos 46:10).
Nos enseña Stylianos Atteshlis: “¿Sabíais que, sin nuestra Luna, que, rota elegantemente alrededor de nuestra Tierra, a una velocidad de 3.700 kilómetros por hora, la Tierra se deslizaría a otra órbita? Piensa en la probabilidad de vida si ello ocurriese. Imagina cuán perfectamente está suspendido nuestro planeta, nuestro hogar terrenal, en relación al Sol.
Ciento nueve veces mayor en tamaño, comparado con la Tierra, el Sol se encuentra a no más de 152 millones de kilómetros y a no menos de 149 millones de kilómetros del globo terráqueo; una desviación de un pequeño porcentaje en estas cifras, en cualquiera de ambas direcciones, crearía condiciones hostiles a la vida. Hay un equilibrio y una armonía instaurados e impecables dentro de nuestro Sistema Solar o familia planetaria.
La Tierra da vueltas alrededor del Sol a la vertiginosa velocidad de 107.000 kilómetros por hora, mientras que nuestro Sistema Solar se mueve por nuestra galaxia a una velocidad de 240 kilómetros por hora. El Sol y su familia planetaria tarda 225 millones de años en orbitar nuestra galaxia, la Vía Láctea, la cual, a su vez, es impulsada a través del Universo, a una velocidad de 56.000 kilómetros por hora. Sin embargo, en una mañana de verano puedes atravesar la puerta de tu casa y no verás moverse una hoja del árbol ni una onda perturbar al plácido mar.”
No existe nada en el Universo que no se encuentre también en el cuerpo humano; no hay nada en el cuerpo del ser humano que no se halle también presente en el Universo. José María Maza Sancho dice que existe un increíble viaje que conecta las transformaciones del universo con las revoluciones científicas en la tierra, relacionando la formación de las estrellas con nuestro propio organismo. (Cfr José María Maza Sancho. Somos polvo de estrellas. Cómo entender nuestro origen en el cosmos. Lectulandia.com.Editor digital: LeddyePub base r1.2. Planeta de libros.https://www.planetadelibros.com ›… › Astronomía).
Para el Dr. Miguel Martínez Miguélez, Los cambios en la física(1959),La física tiene entre sus fines examinar las entrañas profundas y recónditas de la materia. Menciona que en las tres primeras décadas del siglo XX los físicos hicieron una revolución de los conceptos fundamentales de la física; los ideales positivistas no son sostenibles ni siquiera en la física. Einstein relativiza los conceptos del espacio tiempo, no son absolutos, dependen del observador e invierte gran parte de la física de Newton.
Heisenberg introduce el principio de Incertidumbre (el observador afecta y cambia la realidad que estudia), lo cual repercute en el principio de causalidad. Niels Bohr establece el principio de complementariedad: puede haber dos explicaciones opuestas para fenómenos físicos y, por extensión, para todo fenómeno. Max Plank, Schodinger y otros, descubren con la mecánica cuántica, un conjunto de relaciones que gobiernan el mundo subatómico (CERN), similar al que Newton descubrió para los grandes cuerpos, y afirman la naturaleza de los entes inobservables.
La nueva física
La nueva física apunta al principio de partículas y acontecimientos microscópicos, y que no son, en modo alguno, insignificantes. Son precisamente el tipo de acontecimientos que se producen en las neuronas, los nervios y el cerebro, como también en los genes. Heisenberg(1958) dice que la realidad objetiva se ha evaporado. Si esto es cierto para la más física de las ciencias, con mayor razón lo será para las ciencias humanas, donde la persona es sujeto y objeto de su propia investigación.
Todo esto nos lleva a la tesis de Protágoras: “El hombre es la medida de todas las cosas”. Para conocer a otra persona habrá que liberar la mente, mirar y escuchar, dejarse absorber y sumergirse en su vida, es decir, hacer una buena “reducción” en el sentido fenomenológico. Y aunque la física moderna para Martínez M. relativiza y reduce a probabilidades las condiciones de la vida, por el principio de complementariedad y los postulados dialécticos de Hegel, existen causalidades de un plan sumamente ordenado e insondable sabiduría, para organizar el macro universo externo y el micro universo de la vida.
Para José María Maza “el hidrógeno y el helio se formaron en el Big Bang. Que luego las estrellas forman el carbono, nitrógeno y oxígeno, y ensucian las nebulosas. Que las estrellas de alta masa transmutan hasta el hierro y luego explotan en una supernova y con ello contaminan a la misma con silicio, calcio y hierro, llegando hasta pequeñas cantidades de uranio.
Luego, la nebulosa solar primitiva forma el Sol y sus planetas, incluyendo la Tierra. Esto ocurrió hace tan solo cuatro mil seiscientos millones de años (…)todos los átomos del universo, los átomos del Sol y de la Tierra, los átomos de su cuerpo, amigo lector, y del mío, hasta los de nuestro corazón y nuestros huesos, fueron fabricados en el universo, muy lejos de la Tierra, hace trece mil ochocientos millones de años —en el Big Bang—; otros, hace quizás diez, nueve u ocho mil millones de años.”(Cfr José María Maza Sancho. Somos polvo de estrellas. Cómo entender nuestro origen en el cosmos. Lectulandia.com. Editor digital: LeddyePub base r1.2. Planeta de libros.https://www.planetadelibros.com ›… › Astronomía).
El milagro de la vida se origina en la propia bioquímica que trata de la composición de los seres vivos y sus cambios. Somos seres orgánicos compuestos por la unión de átomos de carbono en cadenas cortas o largas, asociadas con otros elementos como hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, azufre, fósforo, halógenos y otros: formando innumerables compuestos que proceden de los mismos seres vivos o de aquellos que son sintetizados por el propio ser humano y no se encuentran en la naturaleza.
Algunas teorías explican que el agua no es originaria del planeta Tierra. Recientes descubrimientos con sondas espaciales que se han posado en errantes cometas confirman su composición gélida y polvo de estrellas. Las explicaciones dicen que cuando nuestro planeta se formó, debido a las enormes temperaturas de la fusión material, el polvo y los gases incandescentes provenientes de nuestro Sol en formación, crearon una “bola” de magma hirviente que contenía hidrógeno; conforme la Tierra se fue enfriando el hidrógeno se evaporó formando la nueva atmósfera. Pequeños cometas de hielo que cayeron, hasta 10 millones por año, bombardearon la Tierra creando así los mares y los océanos; situación que continúa en nuestros días, pues la gravedad terrestre atrae estos pequeños cometas que el calor del Sol los evapora y convierte en gas. Hoy la NASA empieza a encontrarle sentido y a darle credibilidad a las explicaciones del Dr. Louis Frank.(Cfr. Louis A. Frank, known for comet theory, dies at 75. https://www.desmoinesregister.com › news ›.).
Si los 4.6 billones de años que tiene la Tierra de haberse formado fuese un año de nuestro tiempo, los humanos nacimos a las 8:00 p.m. del día de ayer.
Si se analiza la estructura humana, su composición, su depurada armonía, se comprenderá la sinergia de la materia, la mente, la energía y el espíritu que son hechos a su imagen y semejanza. Las sustancias que forman la materia viva están disueltas o suspendidas en el agua; generalmente, las sustancias orgánicas formadas por moléculas pequeñas se encuentran disueltas, en tanto, las moléculas grandes, como las proteínas, se encuentran en suspensión coloidal: mejor aún, las proteínas y otras moléculas se asocian para formar retículos cristalinos continuos que le dan a la célula una consistencia viscosa, del tamaño entre una décima y cien milimicras de diámetro. Para John De Abate las suspensiones coloidales tienen un especial interés en las ciencias biológicas, ya que muchas moléculas que constituyen el protoplasma son macromoléculas que forman suspensiones coloidales.
Tales de Mileto, el gran geómetra y filósofo griego del siglo VI a. C., decía que el agua era el “primer principio” de todas las cosas. La biología moderna encuentra al agua presente en todas las reacciones hidrofílicas orgánicas e inorgánicas de nuestro cuerpo: como inhibidor, como dispersante, en función capilar, como disolvente, en reacciones metabólicas, como amortiguador de temperatura, en el equilibrio ácido-base (formando iones o átomos cargados eléctricamente y la escala de pH), en relación con las sales minerales: creando campos electrostáticos por medio de los aniones que son iones de carga negativa y los cationes con carga positiva, para conservar el equilibrio ácido-base, la presión osmótica y como nutrientes. Valórese la importancia del agua en relación con los hidratos de carbono, los animoácidos, las uniones peptídicas, las vitaminas y tantas reacciones más. Incluso en las reacciones inorgánicas su papel dispersante es esencial.
Al tratar de comprender la composición química de la materia viviente, son las moléculas de la vida sobre las cuales operan los procesos vitales; la estructura molecular facilita la comprensión de la forma en que la materia viva se organiza en diversas células y los cambios que en ellas se produce para dar vida; después están los procesos metabólicos para comprender el funcionamiento y el rendimiento de los seres vivos.
A ellos está unida el agua: soporte esencial de la vida. Es agua pura, cuyas facultades curativas dependen de su propiedad covalente dipolar, de forma tetraédrica…configurada en enigmáticas imágenes cristalinas. Los libros y artículos escritos por Masaru Emoto sobre el mensaje del agua dan fe, prueba y sentido acerca de su inmensa capacidad de ser sensible a los sentimientos y a la conciencia humana. Ten presente que la composición de tu cuerpo contiene, aproximadamente, un 80% de agua en tu estructura corpórea, tal y como se encuentra dispersa, en proporción similar, en los océanos, casquetes polares, témpanos, ríos, cuencas, nubes y el vapor de agua de nuestro planeta.
La fuerza que origina la vida se encuentra en el agua, con los códigos y programas que posee, así como su habilidad para disolver nutrientes, conservarlos y transportarlos hasta los sitios más recónditos donde los necesitamos. Nos dice Maza Sancho: Parafraseando a Ray Bradbury, si quiere conocer a un extraterrestre le bastará al amigo lector o lectora con mirarse al espejo. Los extraterrestres somos nosotros; ¡somos extraterrestres de la cabeza a los pies!
