Seguirá siendo un gesto fraterno ¿o se convertirá tan solo en una muletilla?
Álvaro Campos, periodista.
Los expertos en meteorología pronostican para el próximo año temperaturas demasiado altas en el verano y peligrosas inundaciones en el invierno, las cuales podrían superar a las del año que termina, al mismo tiempo los entendidos en política vaticinan un ambiente de crispación social muy próximo a la violencia.
Desearle al familiar, al amigo y al vecino un “feliz año nuevo” está a punto de convertirse tan solo en un acto de buena fe, un gesto fraterno. Las perspectivas no resultan nada halagüeñas, basta con observar lo que ocurre tanto dentro como fuera de nuestro país.
Nuestro país está en un proceso de cambio político impulsado por el presidente Rodrigo Chaves Robles y combatido por fuerzas conservadoras desde diversas trincheras, demostrando que no aceptan el menor cambio del status quo. Es decir, que nada cambie. Olvidan que lo único permanente es el cambio.
Los adversarios en política están a punto de convertirse en enemigos políticos. Un peligro latente. Lo vemos cuando gente culta que ha ocupado curules legislativas, posiciones importantes en la banca nacional, en los centros de enseñanza superior y en el ámbito diplomático llaman “esbirros” y “lamebotas” a todo aquel que simpatice con el presidente Chaves y sus ideas.
Es posible que algunos de esos clientes en las redes sociales aspiren a algún cargo de elección popular. ¿Pero cómo van a pedirle el voto a gente que los leyó y se siente ofendida?
A lo mejor estoy exagerando, pues al principio de los años setentas era común escuchas a los ultraconservadores referirse a don Pepe Figueres con los calificativos de “Enano”, “Tacones” “ladrón”, mientras que a Don Manuel Mora lo presentaban en una caricatura que semejaba un sapo, con un pie de grabado que decía “vende patria”. A ambos políticos les cobraban haber contribuido en la instalación de la embajada rusa en nuestro país. Ahora ambos ocupan sitial de honor en la historia de nuestro país. Son Beneméritos de la Patria.
En cuanto al ambiente que priva en la Asamblea Legislativa la situación se presenta más confusa aún. El problema para la oposición legislativa es la pérdida de identidad de cada una de las fracciones. Como pueden viajar en el mismo autobús, disfrutando de una aparente comodidad, cuatro o cinco partidos con principios ideológicos supuestamente antagónicos. La derecha y la izquierda hechos una albóndiga.
Esa mancuerna confunde al electorado. Podríamos preguntarnos, entonces, ¿cuáles son las diferencias reales, verdaderamente reales, entre Liberación y la Unidad y entre el Frente Amplio y el liberal Progresista? ¿Son adversarios o socios?
Ahora lo que vemos es un grupo amorfo que se reúnen para discutir alguna forma novedosa para atacar al presidente Chaves y a la diputada Cisneros Gallo, utilizando un lenguaje que no corresponde con el respeto que los costarricenses profesan a sus dirigentes.
De toda suerte, esperemos que el saludo de “Feliz Año Nuevo” sea un gesto auténtico de bienestar y prosperidad y no una muletilla para recordar cuando el mundo aun no lo habían incendiado líderes políticos de otras latitudes.
