Fernando Fernández, Revista Visión CR.
“La revolución del amor comienza con una sonrisa”. Madre Teresa de Calculta
Sabemos que la sonrisa es una forma universal de expresar alegría y felicidad. También sabemos que, al sonreír, se puede establecer una conexión emocional con los demás, creando un ambiente más cálido y humano.
Pero lo que muchos desconocemos es que la sonrisa nos aporta autoestima y nos ayuda a mantener una actitud positiva, lo que, a la larga, reporta beneficios para nuestra salud.
Y que, en su forma más expresiva, (la risa y sobre todo a carcajadas), son el analgésico natural que mitiga el dolor.
Sus efectos positivos
Las investigaciones en Psicoinmunología (ciencia de las emociones y salud) trabajan para demostrar cómo una sonrisa, un buen rato de risas o, por el contrario, un pensamiento negativo, influyen en el funcionamiento de nuestro cuerpo y en concreto en el de nuestro sistema inmunológico, responsable, al final, de que la máquina responda. Aunque queda mucho camino por recorrer en esta disciplina, lo que de momento parece claro es que sí se produce un efecto.
De esta forma se puede afirmar que las personas alegres y optimistas cuentan con más recursos para hacer frente a posibles problemas de salud, mientras que aquellas apagadas y negativas tienen más papeletas de sufrir achaques a lo largo de su vida.
La sonrisa puede ayudar a las personas superar un momento difícil, darle las fuerzas necesarias para seguir adelante y motivarse. “Nos saca de la negatividad de los problemas y nos cambia el punto de vista para enfrentarnos al día a día”, comenta Carol Serrano, ingeniera biomédica por la Universidad Yachay Tech.
En resumen, cuando una persona es risueña, actúan otras emociones de fondo que ayudan no sólo a causar bienestar o placer, sino que hace que aumente su esperanza de vida.
Existe una teoría, llamada “de la retroalimentación facial”, que asegura asimismo que el mero hecho de mover los músculos de la cara para formar una sonrisa, activa la respuesta habitual de nuestro cuerpo a una sonrisa real, es decir, hace que nos sintamos bien.
Recientes descubrimientos
Leí recientemente un artículo que informa que la ciencia está descubriendo que la sonrisa tiene muchas más ventajas de las que podíamos imaginarnos a priori. Y entre otras virtudes, debemos apuntar que ayuda a reducir el estrés, combatir la depresión o mantener una actitud positiva ante las enfermedades.
“Si hay algo que se contagia y que le gusta mucho al cerebro es sonreir”, apunta la investigadora científica, conferenciante y formadora española, Nazareth Castellanos, al asegurar que la sonrisa beneficia al sistema nervioso, al sistema cardiovascular, al sistema endocrino y al sistema inmune.
La conferencista agrega que sólo por el hecho de sonreir, independientemente de que haya un motivo o no, “sonreir es un feedback que nuestro cerebro interpreta que las cosas no son tan duras como nosotros pensábamos, pues sonreir pacifica nuestro estado emocional, nuestro estado de ánimo”.
Por otra parte, la terapeuta y capacitadora holística costarricense Marianela Ortiz destaca que se ha demostrado científicamente que la postura, nuestros gestos y sobre todo la respiración, tienen una conexión directa con el cerebro, “que interpreta o segrega las hormonas del bienestar o las hormonas del malestar”.
Y al referirse a la sonrisa subraya que el cerebro interpreta la sonrisa como bienestar “ y comienza a segregar las hormonas del bienestar, que la más importante es la cerotonina, que es la hormona que influye en la felicidad, en el propósito, en la inspiración, en energía, y también segrega endorfinas que ayudan mucho a aliviar dolores en nuestro cuerpo”.
La sonrisa como fuerza motivadora.
En resumen podemos afirmar que la sonrisa es una gran aliada para salir adelante. Transmite amabilidad y apertura, genera confianza, fomenta la conexión emocional, alivia tensiones, refleja interés y empatía, mejora la impresión personal, establece un tono positivo, y crea un ambiente positivo en equipos,
Y en su forma más expresiva (la risa y sobre todo a carcajadas), son el analgésico natural que mitiga el dolor.
El primer viernes de octubre, desde 1999, se celebra el Día Mundial de la Sonrisa, una jornada creada por Harvey Ball, el artista que diseño el famoso smiley en 1963, la icónica carita amarilla sonriente en 1963, que creía en la capacidad transformadora de una sonrisa para mejorar el día de una persona.
El lema de esta celebración es claro «Haz un acto de bondad. Ayuda a una persona a sonreír». Además, esta celebración es un recordatorio de que todo el mundo, por más desafíos que enfrente, siempre puede encontrar un espacio para la alegría y la bondad.
“Son necesarios cuarenta músculos para arrugar una frente, pero sólo quince para sonreír”, Swami Sivananda.
