“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16)
Adriana Núñez, periodista Visión CR
En artículos anteriores, nos hemos referido al impacto de la Navidad en las personas, especialmente en aquellas que han sufrido pérdidas sensibles como pueden ser las de seres queridos y otras no tan profundas pero igualmente delicadas como: la del trabajo o bienes materiales importantes. Tratar de incorporar a quienes están solos, nostálgicos, enfermos o enojados, puede resultar difícil pero no imposible y la temporada navideña es ideal para pensar en unir voluntades y apuntalar el ánimo.
Muchos coincidimos en que la conmemoración navideña es una de las principales fiestas del año, pues según lo describen sociólogos y especialistas en salud mental, generalmente se asocia con conceptos tales como “bienestar”, “ilusión” y “familia”.
Ciertamente, existen sondeos realizados durante la época, que pese a que mayoritariamente muestran cómo las fechas, influyen en las personas de manera positiva, en algunos segmentos de la población, también pueden tener un impacto negativo, sobre todo entre quienes se dejan vencer por el estrés, el dolor o quizás por un materialismo exagerado que les puede jugar una mala pasada, por los gastos excesivos que, erróneamente, se sienten obligados a asumir.
No obstante, deseamos reseñar en esta oportunidad, las bondades que la sana celebración de la Navidad brinda a millones de personas a lo largo y ancho del planeta, las cuales puntualmente han sido explicadas por estudios realizados en distintas latitudes, que desvelan el gran impacto que la conmemoración de la Natividad de Jesús aporta a los seres humanos.
Voces unidas y alegres
Según un artículo publicado en la prestigiosa revista Psychology Today (Psicología hoy), cuando las personas entonan villancicos o se reúnen a cantar himnos y alabanzas, “disminuye el estrés y aumenta el vínculo social”.
Así lo afirmaron investigadores de la Universidad de Michigan quienes señalan que esas tradiciones, “pueden aumentar el bienestar físico y psicológico, además de incrementar los vínculos sociales entre quienes cantan juntos”.
La música, como el canto, contribuyen a que disminuya el estrés, debido a que facilita el aumento de los niveles de oxitocina en la sangre.
Otra acción importante, es la que proviene de la costumbre navideña de seleccionar un obsequio o detalle especial para agasajar a los amigos y familiares más cercanos. “Entregar un regalo nos hace sentir más positivos y felices,” indica un estudio realizado por varios investigadores de la Universidad de Columbia Británica, Canadá, quienes han subrayado entre sus conclusiones, “que pensar en los demás y ser detallistas a la hora de regalar, potencia, el bienestar de quien recibe el detalle y también el propio.”
El espíritu navideño aumenta la dopamina y la serotonina
Especialistas de la Universidad de Copenhague, Dinamarca, han afirmado que más allá de las emociones festivas que produce, el espíritu navideño está arraigado en una base científica”.
Así lo demostraron mediante un estudio que realizaron con la finalidad de “detectar y localizar el espíritu navideño en el cerebro humano mediante resonancia magnética funcional (FMRI)”. Para esos fines, efectuaron un análisis cruzado entre un grupo de personas que celebraban la Navidad y otro que no tenía tradiciones navideñas. Los participantes fueron sometidos a imágenes visuales con temas navideños y se midió la activación cerebral.
“Los resultados mostraron que los individuos con tradiciones navideñas presentaban una mayor activación en áreas cerebrales específicas, como el córtex sensoriomotor, el córtex premotor y motor primario, y el lóbulo parietal (inferior y superior), en comparación con aquellos que no celebran la Navidad y tenían asociaciones neutrales. Esas áreas cerebrales están vinculadas con la espiritualidad, los sentidos somáticos y el reconocimiento de emociones faciales, entre otras funciones.”
La investigación mencionada fue concluyente al indicar que existe una “red del espíritu navideño” en el cerebro humano, “con una activación significativamente mayor en personas que conmemoran la Navidad y que presentan más asociaciones positivas en comparación con aquellos que no tienen tradiciones navideñas, ni asociaciones emocionales con esta festividad.”
“Los cerebros de quienes tienen el espíritu navideño, revelaron un aumento sustancial en los niveles de dopamina y serotonina. Estos neurotransmisores, vinculados a la sensación de felicidad, se elevan al ver imágenes navideñas, sugiriendo que la esta época despierta una mayor alegría en la mayoría de las personas”.
Pero si aún con los datos expuestos, usted amigo lector, todavía no se siente impelido a “enrolarse” en el espíritu navideño, que implica compartir, ser amable, sonreír y agradecer por la vida, le dejamos cuatro razones adicionales -de gran peso- que quizás le faciliten realizar su mayor esfuerzo con el fin de contribuir a la alegría de quienes le rodean, al fortalecimiento espiritual y al equilibrio emocional que tanto bienestar aporta a nuestra calidad de vida:
- La Biblia precisa que los ángeles de Dios festejaron con cantos el nacimiento de Jesús. (Lucas 2:14) Si el cielo festejó, ¿por qué no lo hacemos todos, simples mortales?
- Los Sabios de Oriente también lo celebraron. Hicieron un largo viaje para presentar ofrendas ante el Hijo de Dios.
- El mismo Jesucristo, durante sus años de prédica, enseñó que se debe celebrar lo que es correcto y digno de festejarse.
- Y como dijo el apóstol Pablo, quien basó su práctica en una profunda teología, “el que guarda cierto día, para el Señor lo guarda. El que come, para el Señor come, pues da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor se abstiene, y da gracias a Dios. Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo, y ninguno muere para sí mismo.»
Anímese, inicie su viaje personal hacia la Navidad. Aún quedan un par de semanas para que reflexione y busque la forma de contribuir con entusiasmo a la unión familiar bajo la luz de la estrella de Belén. Recuerde que contagiar alegría y gratitud redunda en grandes satisfacciones.
FELIZ NAVIDAD Y UN PRÓSPERO AÑO NUEVO A TODOS LOS ESTIMADOS LECTORES QUE NOS HAN ACOMPAÑADO A LO LARGO DEL 2024.