Por Carlos Fernández Mora, periodista y escritor.
Durante su segunda Administración se le presentó al señor Presidente de la República de ese entonces, Licenciado don Cleto González Víquez, una situación “muy apretada” con respecto a un problema de límites en la provincia de Heredia.
A la Casa Presidencial llegó un buen día una comisión de vecinos muy importantes de Santo Domingo de Heredia, que venían a pedirle a don Cleto su deseo de segregarse de la provincia herediana y unirse a la de San José.
Después de haberlo pensado un buen rato, el gran demócrata, en tan apurado trance, les responde:
“Muy bien… sí se puede, pero siendo el río Virilla el límite natural de esas provincias, córranlo ustedes al otro lado de Santo Domingo y así el asunto quedaría arreglado”…
*caricatura de Noé Solano