William Hayden, economista y escritor.
Si acaso llegase a morir nuestra democracia, entre las principales causas de su deceso se podría señalar el día 3 de abril del 2022 cuando en votación de la segunda ronda se enfrentaron los candidatos José María Figueres del Partido Liberación Nacional (PLN) y Rodrigo Chaves del Partido Progreso Social Democrático (PPSD), el primero de ellos de un partido tradicional y el segundo de un partido nuevo y vehículo de ocupación (taxi).

En esta votación, como en la primera, primó la desidia, la apatía y la desilusión del electorado que harto del juego de la democracia en sus elecciones presidenciales, 1.530.104 costarricenses no votaron con lo cual el abstencionismo fue del 43.2%, el segundo más alto en toda la historia electoral del país.
La mayoría de los que votaron lo hicieron con el hígado, castigando al PLN por un historial muy largo de corrupción, cansados de sus dirigentes, una gerontocracia esclerótica de manos sucias, y un candidato (Figueres) con un lastre político turbio, mañoso, cínico, falso, corrupto y vinculado con uno de los casos más sonados en el país como el de Alcatel, según los analistas políticos de la época que escribieron sobre las causas de su derrota.
Fue un voto protesta, de revanchismo, y se eligió a Rodrigo Chaves, un tico no tico, casi un foráneo, con más de treinta años de vivir en el extranjero, procedente de Indonesia, una tiranía seudo democrática, un exfuncionario del Banco Mundial, expulsado sin honores de esa organización por acoso sexual comprobado y quien en plena campaña fue acusado de financiamientos paralelos, recibir donaciones en efectivo y de otra clase, manejadas en forma oculta con fideicomisos turbios y que siendo cierto los negó con descaro.
Un resentido social, un político mediocre, ambicioso y narcisista, un hábil encantador de las serpientes antidemocráticas del país, endulzó a la mayoría de resentidos con nuestro podrido sistema político y a quienes les gustó su rugido de “Yo me como la bronca”, la bronca de cortar por lo sano todas las corruptelas de los partidos políticos tradicionales, en especial la trilogía nefasta del Liberación Nacional, Unidad Social Cristiana (PUSC) y Acción Ciudadana (PAC).
En las elecciones del 3 de abril (segunda ronda) votaron por Chaves 1.009.843 (52,86%) y por Figueres 897.615 (47.14%) para un total de votos válidos de 1.907.458 y un abstencionismo del 43.15%. Considerando todo el proceso de las elecciones (febrero y abril) con un padrón electoral de 3.541.908, Chaves llegó a ser presidente con 1.009.843 votos el 28,51%, o sea que 2.532.065 ciudadanos (71.49%) no votaron por él.
Pero diay, nuestro sistema de elecciones con ese jueguito de primera y segunda vuelta lo hicieron presidente con apenas el 28.51% del total de electores, en realidad ese fue su verdadero caudal de votos, una minoría muy pequeña para vanagloriarse, la gradería de sol de los descontentos.
Esa minoría no lo legitima para creerse el pueblo, para creerse un mesías, para aspirar a la dictadura. Pero la mayoría mira para otro lado, está despreocupada, creyendo en lo mismo y esta indiferencia puede ser el fin de nuestra democracia.
Para colmo de males, se juntó el hambre con las ganas de comer. A una refugiada peruana a quien la hicimos costarricense por naturalización, en realidad la mamá política de Chaves y quien se escudó en ella para ser presidente y con quien cogobierna, ha resultado una enemiga de la democracia costarricense. La pareja Cisneros-Chaves y la minoría de descontentos, no creen en nuestra democracia, les estorba y se la quieren tumbar ¿Cómo? Primero sembrando el odio, el oprobio, la desconfianza, la descalificación, lo cual casi han logrado. Segundo utilizar los conductos de la democracia, las elecciones del 2026 a través de las cuales el partido chavista se imponga en las elecciones primarias y obtenga 40 diputados y/ o en las elecciones secundarias, ganando el poder ejecutivo y el legislativo y con ambos hacer la dictadura.
Los expertos políticos dicen que jamás va a ocurrir esta situación, que son sueños trastornados, que nuestra democracia está blindada, imposible que obtengan los cuarenta diputados.

Pero ya se ha iniciado el periodo electoral del 2026, hay cuatro precandidatos del PLN y Carlos Hidalgo del PUSC, en el PLN están esperanzados en Álvaro Ramos un jovencito inexperto que encanta por su discapacidad auditiva y su historia de superación.
Ninguno de estos dos le hace cosquillas al chavismo y si Fabricio Alvarado, Eliecer Feinzaig lo intentaran de nuevo jamás ganarían la presidencia, y menos aún una Claudia Dobles en el muerto Partido Acción Ciudadana (PAC) ni otro rojillo que ponga el Frente Amplio.
¿Qué aconsejo? UN FRENTE COMUN ANTICHAVISTA. La Coalición, alianza, asociación, como la quieran llamar, del Partido Liberación Nacional, la Unidad Social Cristiana, Nueva República, Partido Liberal y el Frente Amplio. Cinco juntos para matar el chavismo, desaparecerlo y evitar que nuestra democracia se transforme en una dictadura y tengamos que lamentar su muerte
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