Wlliam Hayden, economista y escritor.
La Ley jaguar nació con vicios de inconstitucionalidad.
Desde un principio, en Casa Presidencial sabían que era contraria al voto de la Sala Cuarta # 998-1898 del 16 de febrero de 1998 en el sentido de que es inconstitucional disminuir las facultades de la Contraloría General de la República por medio de una ley, y que -para mermar esas facultades- se requiere una reforma constitucional.
Lo sabían en Zapote, pero aun así hicieron la ley y en el decir de la exministra de la Presidencia Natalia Diaz: «lo vamos a intentar». Intentar cambiar el criterio de la Sala. Se la jugaron.
Varios abogados expertos en derecho constitucional que fueron consultados por casa presidencial se opusieron a la Ley Juagar. No fueron escuchados.
La ley se redactó y se presentó mal desde el principio y se hizo acompañar con una ola de violencia en contra del Congreso y de la Sala Cuarta con el propósito de amedrentarlos. Así no se gobierna en un país de derecho.
El voto de la Sala Cuarta se ajusta a su función constitucional. Velar porque la Ley Jaguar respete la Constitución. No es una afrenta al gobierno de Chaves y así lo debe entender el presidente de la República y sí así lo entiende debe terminar con esa ola de violencia generada desde el pasado 6 de junio y que nos deje vivir en paz.
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