Fernando Fernández, Revista Visión CR.
El 91% de la población de laFranja de Gaza vive actualmente en la fase de crisis de inseguridad alimentaria, mientras que 345.000 personas se encuentran en la fase más peligrosa, que significa la inanición total.
«La vida se ha convertido en un infierno insoportable», dicen los residentes de Gaza, ya que todas las necesidades básicas de la vida se han colapsado: las panaderías han dejado de funcionar, los hospitales se han convertido en escenarios de muerte lenta, y los niños mueren de hambre, el más reciente Uday Fadi Ahmed, que murió de desnutrición en el hospital Al-Aqsa de Deir al-Balah.
Según la agencia noticiosa Euronews, cifras recientes reflejan la magnitud de la tragedia: 3.600 niños reciben actualmente tratamiento por desnutrición, lo que supone un aumento del 80% con respecto al mes pasado, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA).
UNICEF ha advertido de que 335.000 niños menores de cinco años, todos los niños de Gaza en este grupo de edad, están al borde de la muerte por desnutrición aguda. El panorama es aún más sombrío, ya que, según los informes, el 96% de la población de Gaza sufre inseguridad alimentaria aguda.
Según la Red de ONG palestinas, la Franja de Gaza ha entrado en la fase de hambruna completa, advirtiendo de un desastre humanitario sin precedentes que amenaza la vida de la población, especialmente de niños y mujeres, debido a la continua denegación de ayuda humanitaria desde el 2 de marzo de 2025.
La red indicó en su comunicado que, según los datos publicados por las organizaciones de ayuda, el 91% de la población de la Franja de Gaza vive actualmente en la fase de «crisis» de inseguridad alimentaria (fase 3 y superiores), mientras que 345.000 personas se encuentran en la quinta fase, la más peligrosa, que significa hambruna completa.
Según Al-Shabaka, las cifras revelan que el 92% de los niños de entre 6 meses y 2 años, así como las madres lactantes, no tienen acceso a sus necesidades nutricionales básicas mínimas, lo que les expone a graves riesgos para la salud que les perseguirán durante toda su vida. Además, el 65% de la población ya no tiene acceso a agua limpia para beber o cocinar.
Por su parte, Hamás acusó a Israel de utilizar el hambre como arma de guerra y confirmó en un comunicado que Gaza ha entrado en la fase de hambruna real, describiendo la crisis como «uno de los peores desastres humanitarios de la historia moderna». El movimiento afirmó qie «desde el 2 de marzo, Israel ha intensificado su asedio cerrando los pasos fronterizos e impidiendo la entrada de alimentos, agua y medicinas, en un crimen que representa una grave escalada de la política de genocidio».
Frente a su tienda de campaña, Umm Ayman al-Ar se sienta con su familia de siete miembros y relata su lucha diaria para satisfacer las necesidades más básicas de la vida. Su marido, que perdió su trabajo a causa de la guerra, sale cada mañana en busca de cualquier fuente de sustento, mientras que la familia depende por completo de lo que le proporcionan las ‘takiyat’ cercanas y los proyectos temporales de alimentación del campo, que a su vez ha sufrido una grave escasez de alimentos tras el cierre de los pasos fronterizos.
«Volvemos al punto de partida», lamenta Umm Ayman, señalando que las verduras y la carne han desaparecido de los mercados, lo que la obliga a depender de una ayuda limitada que ya no es suficiente para cubrir las necesidades de su familia.