Por Carlos Fernández Mora, escritor y periodista.
Al nacer uno de los hijos de nuestro gran poeta Aquileo J. Echeverría, hubo necesidad de buscar a una señora para que lo alimentara.
Aquileo fue personalmente a buscarla y a convencerla. La señora dijo al poeta que sí, pero que necesitaba una alimentación especial de huevos, jamón, queso, cereales, avena, mantequilla, sustancias de pollo o de gallina, tostadas con mermelada, etc., etc., y que le pagara cincuenta colones mensuales.
Aquél hombre, que jugaba con la ironía, el chiste y el sarcasmo, le respondió a la señora:
—¡“Yo gano cien colones al mes. Mejor le doy el sueldo y nos da de mamar a todos!”…
*caricatura de Noé Solano.
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