De Trespatines a Ofelia Taitelbaum a Rodrigo Chaves
Luis Paulino Vargas Solís.
Ya la señora Taitelbaum está en la cárcel. Como correspondía que sucediera, no solo por infringir la ley, sino porque lo que hizo resulta moralmente repudiable, al aprovecharse de la candidez de una humilde mujer y por el daño que a ella le ocasionó.
Fue largo, y dilató en exceso, el proceso que culmina en este encarcelamiento. Lo cual deja enseñanzas que deben aprovecharse. En un punto debemos ser firmes y no ceder a los histerismos fascistas de los juandiegos-castro y los rodrigos-chaves: las garantías procesales deben mantenerse incólumes, puesto que proveen un resguardo para la integridad y los derechos de cada ciudadana y ciudadano de Costa Rica, para cada una y cada uno de nosotros. Pero algo debe hacerse para que, razonablemente, los procesos caminen con más celeridad. Y eso me sospecho que pasa, más que por modificaciones de las leyes, por contar con más recursos y simplificar procedimientos.
Pero el asunto tiene otras facetas e implicaciones, que deberían ser del interés del presidente Rodrigo Chaves.
Cierto que ese señor, al igual que Pilar Cisneros, creen ser una realeza que está por encima de las leyes. Cierto, además, que todo lo que hacen parece estar movido por una ambición autoritaria que aspira a controlar al completo la institucionalidad de Costa Rica, y lograr que las leyes se retuerzan, se apliquen o desapliquen, según lo demande el capricho de esos dos personajes. Pero, el caso es que todavía no lo logran, y muchos costarricenses, estamos dispuestos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para impedírselos.
De modo que, eventualmente, y excepto que se vaya del país, Rodrigo Chaves deberá enfrentar posiblemente varias docenas de juicios, y no es imposible que alguna de las muchas demandas que enfrenta, implique ir a la cárcel. Eso sí, el señor Chaves gozará de las mismas garantías que ha gozado la señora Taitelbaum, y podrá apelar las resoluciones de cada tribunal, todas las veces que sea posible de acuerdo con la ley.
O sea: si le tocase ir a la cárcel, el momento se demorará hasta tanto no se hayan agotado todas las instancias judiciales previstas. Y, entretanto, similar a Taitelbaum, don Chaves podrá andar por las calles de Costa Rica libremente, y hasta podrá presumir, como lo hizo Taitelbaum: “estoy seguro que nunca iré a la cárcel”.
No lo veremos ir a la ópera, como dice Chaves que vio a Taitelbaum. Ese tipo de gustos, estéticamente refinados, no son propios de talantes como el suyo. Más probablemente lo veremos en alguna rumbosa y estridente fiesta con karaoke incluido.
Pero eso será por mientras tanto, por mientras se agotan las instancias de apelación. Igualito que Taitelbaum. Solo espero que, para entonces, los procesos de hayan aligerado y los plazos sean más cortos.