Por Carlos Fernández Mora, periodista y escritor.
Cuando el gran humorista Miguel Ángel Obregón tuvo su semanario de crítica, humorismo y combate «La Semana», pasó, como pasan todos los intelectuales bohemios, por serias dificultades con el impresor y otras personas, para cubrir los gastos de su periódico.
Max Jiménez Huete, uno de los poetas, pintores y escultores más grandes que tuvo Costa Rica en estos últimos tiempos, que admiraba las grandes capacidades intelectuales de su amigo el Cholo Obregón, visitó una mañana las oficinas de «La Semana», y al saludar a su Director, y enterado de las dificultades económicas, le dice, con aquella su voz de trueno:
«Me da pena pensar, mi querido Cholo, en los disgustos que tendrás con tus acreedores».
Y aquella figura humorística de Obregón, siempre sonriente y dándole poca importancia a sus dificultades económicas, le responde al poeta Jiménez Huete:
«Si Max; muchos disgustos, es cierto, pero me consuelo sabiendo los que ellos tienen conmigo» …