Ayudar, ayuda: testimonio de una víctima de TEPT

Ayudar, ayuda: testimonio de una víctima de TEPT

Aproximadamente el 70% de las personas en todo el mundo experimentarán un evento potencialmente traumático durante su vida, pero solo una minoría (5,6%) desarrollará TEPT. Se estima que el 3,9% de la población mundial ha experimentado TEPT en algún momento de su vida. No hay fórmulas mágicas para sanar, pero tratamientos integrales, experiencias previas y recomendaciones puntuales nunca están de más.

Solo la mitad de quienes padecen TEPT grave informan que reciben algún tratamiento y solo una minoría recibe atención especializada en salud mental.

Adriana Núñez, periodista Visión CR

Víctima del trastorno de estrés postraumático, el corresponsal Fergal Keane se sinceró recientemente con la BBC de Londres -medio con el cual colabora- y en un interesante artículo, relató sus experiencias y las enseñanzas que le dejó el largo camino que durante décadas recorrió, para combatir la depresión y conseguir equilibrio en su vida.

Según sus propias palabras, lo que descubrió por el camino “es un estudio más profundo de la felicidad que puede aplicarse a quienes padecen graves problemas de salud mental, pero también a quienes simplemente necesitan un empujón” Este es un resumen de su testimonio.

Fergal Keane, corresponsal BBC se sinceró sobre su largo camino hacia la recuperación física y mental

“Había pasado por varias hospitalizaciones desde principios de los años noventa. Luché sin tregua contra la vergüenza, el miedo, la ira, la negación… todo lo contrario de la felicidad. Había días grises y aterradores. Y noches en las que me despertaba empapado en sudor, rumiando obsesivamente, con pesadillas que se filtraban al amanecer”

Largos años después, en 2008, lo diagnosticaron con el Síndrome de Estrés Post Traumático (TEPT) “basado en múltiples traumas como reportero de guerra, pero también enraizado en las circunstancias de la infancia en un hogar roto por el alcoholismo” adicción que también le afectó y que logró finalmente controlar casi 15 años después.

Ya en 2019, Fergal había dejado su trabajo como editor de África de la BBC debido a sus luchas con el TEPT. “Dos años más tarde escribí un libro sobre el tema e hice un documental para la BBC. Sin embargo, incluso después de todo eso, sufrí otra crisis nerviosa.”

De acuerdo con Keane, la depresión y la ansiedad eran partes importantes del trastorno al igual que la adicción al alcohol.  Por ello, “me refugié en la energía estimulante, la camaradería y el sentido de propósito que acompañaban a los reportajes sobre conflictos” señala el corresponsal quien también hizo hincapié en que “lo que funciona para mí en mi intento de encontrar la felicidad puede que no funcione para todo el mundo.”

Y es que existen enfermedades mentales específicas que requieren tratamientos igualmente específicos. “Con el TEPT, una combinación de terapias me ayudó mucho, junto con el compañerismo de otros que tuvieron experiencias similares.”

Keane, quien se considera privilegiado por haber tenido acceso a muy buenos tratamientos, afirma que indudablemente, “la medicación también mejoraba los síntomas físicos de la ansiedad y la hipervigilancia”.

No hay ningún secreto…pero…

“Según mi experiencia, el secreto de la felicidad es que… no hay ningún secreto. Está ahí, a la vista de todos, a nuestro alrededor, esperando a que la encontremos. Pero no está siempre presente. No es la condición natural y cotidiana de la humanidad, como tampoco lo son la depresión o la rabia.”

Solo la mitad de las personas afectadas por TEPT reciben tratamiento

“Pasé años sentado en las sillas de los terapeutas, y a veces mirando por las ventanas de los pabellones psiquiátricos, esperando la cura perfecta que arreglara mi cabeza y mi maltrecho espíritu. Para mí, la soledad era la característica que definía mis problemas de salud mental. Me adentraba en mí mismo y no encontraba nada que amar o admirar”.

Y es que según cuenta Fergal Keane, “la respuesta no llegó en un destello cegador de luz”

“Si pudiera elegir una cosa que marcó la mayor diferencia -después de haberme estabilizado con el tratamiento- fue, y siempre será, el trabajo. No el trabajo que me llevaba a un estado de agotamiento casi constante mientras perseguía primicias y premios tan vitales para mi inseguro ego.”

Y amplía: “nadie te dirá lo valiente y talentoso que eres por hacer el trabajo de la verdadera felicidad. Pero lo sentirás en las reacciones de la gente a la que quieres, en la gratitud de despertarte sin una sensación de miedo, en la conciencia de la belleza que te rodea. Y sabrás que mantendrás tus compromisos y vivirás como una persona que no sólo habla de preocuparse por los demás, sino que hace todo lo posible por vivir lo que dice.”

Definitivamente, el primer paso en este camino, es aceptar la situación, compartirla con personas de confianza y aceptar la ayuda profesional.

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