Erwin Wino Knohr*, Revista Visión CR.
En Saprissa existe una especie de conmoción. O la sensación de que el ADN morado va tomando cada vez más forma de trampa mortal que se divisa en el horizonte.
En Saprissa aparecen microdepresiones que lo hunden poco a poco, por muy bien que parezcan las cosas.
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¿Es posible que un equipo de fútbol se deprima? ¿Qué su propia edad le condene a una muerte lenta y a una necesaria reinvención?
¿Estará su modelo gerencial y deportivo envejecido? Cuando sus dirigentes se miran al espejo y pelean contra su peor enemigo: su versión del pentacampeonato, es como buscar un ser vivo entre los escombros.
Saprissa luce atormentado, aunque no lo expresa, por esa idea oculta de la caducidad. Es como ver una actriz de cine en su decadencia, metida en el olvido que sufre con la llegada de las arrugas.
Los dirigentes saprissistas realizan cada mañana un combate contra el tiempo, pero son incapaces de aceptar que son ellos los que aparecen en el reflejo que devuelve el espejo.
La tensión en Saprissa es enorme. La salud mental de los jugadores y entrenadores, con la presión de los medios y de su barra furibunda los está enfermando. Algunos solo vemos los actores en la foto de presentación y en la de despedida, porque los dirigentes no creen que ellos son el problema.
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Muchos esperan que lo de Saprissa sea pasajero, y repiten que nada en nuestro campeonato es como inicia sino como termina.Y no dejan de tener razón, pero si existe algún crédito ese es por el esfuerzo que hace el equipo en la cancha. Ojalá, esa palabra que encierra esperanza sin saber si en realidad la tienen, se pueda ver otra vez.
Por ahora el problema de Saprissa no es de jugadores o entrenador. Es de deudas: un día sí y otro también, Es cómo deben reinventarse a los estándares que exije el futbol moderno. Su problema es de cambiar y apuntar hacia un nuevo modelo dirigencial que los vuelva a colocar en el sitial donde estaban acostumbrados a estar.
No me refiero al clásico (1 a 1). En esta oportunidad no ganaron como lo venían haciendo frente a este rival cuando se enfrentaban en el Estadio Saprissa.
Saprissa dominó el partido, pero Alajuelense controló el partido y lo jugó con determinación como quiso sin grandes apuros defensivos, hasta que la suerte saprissista en el minuto 95:20, y los fallos arbitrales de la réferi central apoyados por un VAR inexistente, le dieron el empate. Este resultado no cambia nada en el club Saprissa que sigue siendo lo mismo.
El futbol nacional en general está viviendo una epidemia. Es tan preocupante que hasta se habla de amaño en partidos de la primera división.
Lo lamentable es que cada año los dirigentes le ponen parches que lo único que hacen es aumentar esa plaga epidemiológica.
** El autor tiene una Maestría en Comunicación. Licenciatura en Periodismo y Educación Física. Además es entrenador de Futbol y Baloncesto.
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