William Hayden, economista y escritor.
El financiamiento a la educación superior, a cargo de las universidades estatales desde hace muchos años, se ha convertido como la Hidra de Lerna de la mitología griega, un antiguo y despiadado monstruo acuático en forma de serpiente policéfalo (con múltiples cabezas) y de aliento venenoso a la que Hércules mató en el segundo de sus doce trabajos.
La Hidra tenía la virtud de regenerar dos cabezas por cada una que perdía o le era apuntada y no existe en nuestro sistema institucional un Hércules que pueda exterminar este monstruo y sus cabezas de las cuales distingo las siguientes:
1-Financiamiento constitucional obligatorio. El Estado tiene la obligación (artículo N°78) de dedicar el ocho por ciento (8%) anual del Producto Interno Bruto (PIB) a financiar la educación estatal, incluida la superior.
2- Fondo Especial para el financiamiento de la Educación Estatal (FEES). El Estado debe dotar de patrimonio propio a la Universidad de Costa Rica, al Instituto Tecnológico de Costa Rica, a la Universidad Nacional y a la Universidad Estatal a Distancia y además debe crearles rentas propias, independientemente a las que ellas generen y con otras que sean necesarias para el sostenimiento de este fondo, cuyo hueco cada vez es más profundo (va a llegar a China).
Las rentas de este fondo no pueden ser abolidas ni disminuidas, solo si se crean otras que las sustituyan (pero esto no suele ocurrir frecuentemente).
La Administración del FEES debe preparar un plan quinquenal (el próximo para el 2025) de egresos de operación y de inversión que se consideren necesarios para el buen desempeño de estas instituciones y el Poder Ejecutivo debe incluir en el Presupuesto Ordinario de la República el presupuesto presentado por la Administración del FEES ajustado por la variación del poder adquisitivo de la moneda. Ambas instancias deben negociadas y si no se ponen de acuerdo el gasto final presupuestado será resuelto por la Asamblea Legislativa (artículo N°85 de la Constitución).
3- Insuficiencia de Ingresos. Como las universidades estatales son gratuitas -no generan ingresos y sus presupuestos de gastos son crecientes y exigentes- y como gozan de autonomía en su gobierno no hay manera de comprobar la eficiencia de su desempeño y evaluar la consistencia de los gastos y no se puede saber el peso de la burocracia (empleomanía, aumentos salariales, beneficios por anualidades, fondos de pensiones complementarias) en el mantenimiento de esos gastos crecientes y exigentes.
4- Inflexibilidad del Gasto Público por este y otros mandatos constitucionales y legales.
5- Incapacidad del Estado para generar los recursos necesarios para cumplir con estas obligaciones, la cobija no alcanza para tanto, porque esta cabeza tiene otras cabecitas venenosas adicionales:
a) Nuestra economía está estancada en el crecimiento del PIB, no pasa de un 3.5% de crecimiento anual en el periodo 2000-2023. En consecuencia, no genera riquezas ni ingresos suficientes.
b) No hay en el horizonte nada alentador que reactive a la economía más allá de este 3.5% anual del PIB. En esta materia, este gobierno -como los anteriores- se han contentado con un nadadito de perro. Suben algo, bajan mucho y se quedan en el medio.
c) Estamos condenados para siempre a ser un país pobre. Las Zonas Francas, el «trapito de dominguear», ya están desteñidas y en retazos, como los blue jeans que usan los ricos en su burla social para parecer pobres.
d) Los ingresos tributarios no dan para cubrir esas obligaciones constitucionales, la mayor parte se va en salarios y en el pago del servicio de la insaciable y creciente deuda bonificada y los gobiernos de turno no meten mano para eliminar las exoneraciones fiscales, la elusión, la evasión y el contrabando que en conjunto suman el 16% del PIB. Sus contribuyente a las campañas presidenciales no los dejan.
e) Esto obliga al endeudamiento interno del Estado con sus consecuencias negativas.
6- Irrespeto a la Constitución por las autoridades del Poder Ejecutivo, en cualquier gobierno, por no cumplir con estas obligaciones y al final una burla que se justifica porque no están exigidos a ser posible lo imposible.
7- Pugna y desgaste institucional permanente entre el Poder Ejecutivo y las Universidades e Instituciones de Educación Superior agrupadas en el FEES, estas son insaciables en sus galillos para tragar más pinol y el Poder Ejecutivo carece cada vez de menos pinol y busca embudos más delgados.
8- Carboneo de las autoridades universitarias a los estudiantes que se vuelven masas irrespetuosas y manipulables porque hábilmente venden que el Gobierno está atetando contra la Educación y los convocan, así como a los ciudadanos a la marcha de protesta el próximo miércoles 28 bajo la consigna de Defender la Educación en las Calles.
El frío no está en las cobijas. Falta una Concertación Nacional, racional y de buena fe para dilucidar la situación de esta hidrade lernes de la educación superior, de la cual he identificado a algunas cabezas. Falta inteligencia, voluntad y paciencia para peinarlas, dejarlas calvas –a la moda- o cortarlas.