María Isabel Solís Ramírez, periodista y salubrista, Revista Visión CR.
Costa Rica se convertirá, en pocos meses, en el primer país del mundo en tener un Código de Adaptación al Cambio Climático, mediante un proyecto de construcción colectiva que tiene tres grandes socios: el colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA), el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través del fondo verde para el clima.
El anuncio se realizó durante la última Jornada Técnica, que se desarrolló el jueves 12 de setiembre en la sede del CFIA,y en la que los panelistas destacaron la urgencia de que el país cuente con un instrumento que le permita elevar la resiliencia antes los embates que está produciendo el cambio climático como inundaciones, deslizamientos, aumento del nivel del mar, e incremento de lluvias y sequías.
Los participantes en estas jornadas técnicas, argumentaron que la incertidumbre que nos está produciendo el cambio climático no debe ser parte de la inacción y señalaron la necesidad de tomar decisiones basadas en criterios técnicos para adaptar la infraestructura a tales cambios para reducir daños y ser más resilientes.
Según lo explicó a VisiónCR, Olman Vargas, presidente del CFIA, ya se empezó a trabajar en la elaboración de este instrumento y están estableciendo las mesas de trabajo y discusiones técnicas para la elaboración de este código de adaptación al cambio climático.
De acuerdo con Vargas, se espera que, en unos 12 meses, se tengan los primeros borradores y se le dará prioridad a los temas que tienen que ver con inundaciones y deslizamientos, sin embargo, se trabajará en otros temas relacionados con vivienda, energía, agua potable, planes reguladores, movilidad.
Para la elaboración de este código se contará tanto con expertos costarricenses como extranjeros y se estima que unas 70 personas se involucrarán en la elaboración de este instrumento de trabajo.
De grandes dimensiones
René Castro, uno de los impulsores de la iniciativa y Lenín Corrales, consultor en Cambio Climático, fueron claros en que el impacto del calentamiento global es de grandes dimensiones y afectará la calidad de vida de la población local, regional, nacional y mundial por los desajustes que está produciendo el clima en diversas actividades humanas como la producción agrícola y la afectación en salud por el incremento de enfermedades como el dengue.
A juicio del Ing, Rafael Murillo, de la escuela de Ingeniería de la UCR, se requiere un cambio de cultura para adaptarse al cambio climático.
De acuerdo con Castro es necesario normar, por ejemplo, la adquisición y el uso de aire acondicionados, el hecho de que las viviendas tengan cielo raso y hasta la construcción, de manera que las casas tengan zonas de tendido de ropa para reducir el uso de secadoras.
También señaló la conveniencia de reforestar con árboles que tenga alguna resistencia al viento y evitar situaciones como la ocurrida en Chile cuando el país se quedó sin fluido eléctrico porque se presentaron fuertes vientos que derribaron los árboles que cayeron sobre el tendido eléctrico. También llamó la atención sobre la revisión de los materiales que se emplean en el proceso constructivo.
A juicio de Castro, este tema es una responsabilidad de todos los sectores y de todos los colegios profesionales. Abriga la esperanza de que una vez que se cuente con este instrumento de trabajo, el nuevo Código de Adaptación al Cambio Climático se convierta en Ley de la República.
El panelista Rafael Murillo, de la escuela de Ingeniería Civil de la Universidad de Costa Rica, destacó que desafortunadamente, el cambio climático es una responsabilidad de la especie humana que con sus prácticas ha acelerado el calentamiento global. “Lanzamos la piedra contra el viento y no previmos sus consecuencias”.
A juicio del académico, debemos modificar la cultura del ser humano y reconoció que se debe actuar como país, sin dilaciones no solo en el ámbito del diseño y la construcción, sino en los planes educativos.
Por su parte, Vladimir Naranjo, representante del CFIA, dijo que nos hemos basado en el pasado para construir el presente, pero ahora hay que realizar un cambio paradigmático: utilizar el presente para ver el futuro.
Destacó que ahora los desastres son más regulares y severos y si no hacemos algo en la infraestructura terminan aislando e incomunicado a comunidades y eso no lo podemos permitir por eso este abordaje requiere un tratamiento integral. Dijo que no podemos cometer los mismos errores del pasado como autorizar edificaciones en zonas muy cercanas a las costas o que ya fueron anegadas.
Luis Diego Vargas, diputado de la República, señaló que las leyes no pueden alejarse del cambio climático y aseveró que tenemos que ver cómo protegemos el ambiente y visualizamos lo que vamos hacer en el futuro.
Murillo fue claro que se requieren alianzas intersectoriales para aprovechar todo el capital humano e insistió en que se necesita un cambio cultural y trabajar en equipo. “Somos elementos simbióticos”, dijo.
Los panelistas explicaron que adicionalmente se requiere trabajar en armonía con la naturaleza con un enfoque multidisciplinario para tener un ambiente sostenible para las próximas generaciones.
