Claudio Alpízar Otoya, presidente Partido Esperanza Nacional.
El pasado sábado 25 de enero 2025, nuestro Partido Esperanza Nacional (PEN) concluyó exitosamente con todo el proceso de asambleas que son requisito indispensable para la inscripción de un partido político en nuestro país (84 cantonales, 7 provinciales y 1 nacional). Ya hemos presentado la solicitud formal al TSE y estaremos participando en el proceso electoral 2026.
Un proceso que nos llevó a transitar durante 18 meses(iniciado el 29 de julio 2023) por todo el territorio nacional, realizado -como decía mi maestra de escuela- despacio y con buena letra, porque estamos convencidos de la urgencia de verdaderos partidos políticos -ni partidos taxis, ni franquicias electorales- para el fortalecimiento de la democracia costarricense, que aún es parte de ese grupo exclusivo de las 24 únicas democracias plenas del mundo. Un privilegio que disfrutamos los más de 5 millones y medio de costarricenses. Un grupo de países que apenas aglutinan el 8% de ciudadanos de la población mundial que viven en democracias plenas.
Ese transitar por todo el territorio nacional para formar un partido político no es tarea fácil, pero bien hace el TSE con ese requisito que transversalmente obliga a quienes aspiren a gobernar el país a conocer todo el territorio nacional, a darse un “baño” de pueblo y conocer las diferencias y las grandes necesidades de 84 realidades cantonales, muy diferentes a pesar de lo pequeño de nuestro territorio nacional. Un proceso que, en nuestro caso, se caracterizó más por escuchar a los ciudadanos que por llegarles con soluciones mágicas de escritorio, un proceso que aprovechamos para conocer y socializar las necesidades de cada comunidad.
El Partido Esperanza Nacional tiene como su ideología la socialdemocracia, como una tercera vía entre lo que plantean hoy las derechas y las izquierdas, las que nos han separado a los costarricenses, así han bombardeado lo que fue un proyecto en común hace algunas décadas. En el PEN hemos logrado aglutinar a gente buena y comprometida con la nación, que en el pasado pudieron estar con buenas intenciones en otras agrupaciones. Somos un partido para sumar compromisos, no para cercenarlos.
Estamos prestos a competir de cara a las Elecciones Nacionales 2026, con dignidad para buscar llegar a dirigir el Poder Ejecutivo y a nutrir la Asamblea Legislativa de mujeres y hombres no solamente bien intencionados, sino con la preparación y el conocimiento necesario de los grandes problemas nacionales, para así, no improvisar en planes y propuestas. Las que estamos trabajando como grupo para hacer la oferta de nuestro proyecto político a la ciudadanía.
Nuestro objetivo es fortalecer la clase media costarricense, base de la fortaleza desde donde surgió la diferenciación de nuestro país con otras naciones del continente y más allá. Para ello nuestra propuesta será dar desde un estado eficiente y eficaz todos los instrumentos necesarios para aquellas personas que nacen y crecen en situaciones desfavorables de pobreza; para que puedan equipararse conlos que tienen la suerte de nacer en mejores condiciones. Nadie escoge donde nacer.
Un estado que con sus políticas públicas genere una verdadera esperanza en los más pobres para poder llegar a engrosar la clase media costarricense. Que, además, vele porque quienes ya están ahí no vivan en la zozobra de caer en la pobreza. Ese es nuestro objetivo mayúsculo, que nos obliga a un Estado que funcione eficiente y eficazmente en sus políticas públicas. Los recursos siempre serán escasos, de ahí la responsabilidad en las inversiones.
En este transitar para la conformación del PEN hemos encontrado un altísimo nivel de indiferencia ciudadana con la política y los procesos electorales, sin duda el mayor reto que enfrenta cualquier agrupación política para engrosar sus filas partidarias. No en balde en las elecciones 2022 el abstencionismo superó el 40%, o sea, 4 de cada 10 costarricenses no acudieron a votar.
Empero, recuperar los niveles de participación de antaño no solamente pasa por mejores partidos políticos, sino por buscar que usted como ciudadano olvide sus rencores y su rabia, que son malos consejeros. Lo que muchos pseudopolíticos explotan electoralmente para lograr su voto, rabia que luego acentúan al no generar las soluciones para un mejor vivir de la población. Solo tres ejemplos actuales: educación deficitaria, sistema de salud que se precariza y una inseguridad ciudadana que se agudiza. Doloroso, porque sobre estos tres pilares se fundamentó el camino al éxito que caracterizó a nuestro país.
En el PEN estamos convencidos que para mejorar la credibilidad en el sistema de partidos y para tener éxito en el ejercicio del poder, debemos hacer Política con P mayúscula, que trasciende por devolverle el señorío a la disciplina, desde el discurso hasta las acciones. Lo soez y lo vulgar no es Política con P mayúscula, además no nos une, sino que nos divide aún más. Estamos obligados no solamente al señorío de nuestras autoridades, sino a llegar al poder con ideas, con planes y programas para ejecutar desde el día uno.
El cambio que requiere nuestro país es un nuevo modelo de desarrollo, sustentado en la prosperidad, el respeto al prójimo, la equidad y la tolerancia a discernir. Nos han ido quitando la esperanza lentamente, año a año, gobierno a gobierno, acentuando en nuestras mentes que somos un país fracasado, cuando es todo lo contrario, se nos ha reconocido por ser exitosos a nivel mundial. Debemos volver a creer en nosotros.
Dejemos el dolor por la esperanza, alejemos de la mente los fracasos, para lo cual no podemos seguir siendo indiferentesa la política, porque la Política sí importa. Le invitamos a conocernos y ser parte de este proyecto, de este sueño, a unirse y luchar por una mejor naciónde la cual todos seamos beneficiados y respetados.
Deberían investigar toda la porquería que sucede en casa presidencial. Esa red de cuido que tienen da asco. Existen personas que trabajan ahí que se inventaron puestos o convenios ganando una millonada.
La esperanza volverá cuando exista transparencia don Claudio.
Ahorita ningún funcionario del gobierno está limpio. Todos están podridos.