- Especialistas aseguran que el agua favorece la movilidad muscular, pero se requiere adaptación constancia y progresión.
María Isabel Solís Ramírez, periodista y salubrista.
Aunque de joven nunca le gustó la piscina, hace unos años una hernia en su columna le limitó las posibilidades de movilizarse por sus propios medios y tuvo que tomar la determinación,tras diferentes y constantes recomendaciones médicas,de asistir a una alberca para ejercitar sus huesos, músculos y articulaciones.

Según narró doña Argerie Tinoco, quien está a punto de cumplir 80 años, a partir de aquel momento, sus hijos e hijas le insistieron que atendiera la recomendación médica y,manos a la obra: le compraron un traje, le buscaron una piscina cerca de su casa, la matricularon y la acompañan. Ella no estaba convencida sobre sus bondades, pero tenía que hacerlo, no tenía otra opción.
Recordó que se movilizaba en silla de ruedas y andadera y, los primeros días, se tenía que introducir a la piscina con ayuda de los instructores de la academia Aquatica, ubicada en Zapote, pero, tras unos meses de ejercicios en el aguaempezó a observar los beneficios de esta práctica.
Doña Argeri se había resignado a no caminar, ni a moverse, pero aseguró que los ejercicios que realiza en el agua, dos veces por semana, le cambiaron la vida.“Estos ejercicios han sido mi salvación y ahora disfruto muchísimo los días que vengo a la piscina”.
Aseguró que ahora logra moverse y levantar los brazos, también puede caminar con la ayuda de una de sus hijas, y no requiere la silla de ruedas como en el pasado.No podía levantar los brazos más allá del hombro, pero sin darse cuenta y, en forma paulatina, comenzó a mover sus músculos. “Mejoré mi flexibilidad como si fuera una gimnasta”.
Tras los avances que esta abogada jubilada ha experimentado, recomienda a las personas que sufren problemas neuromusculoesqueléticos que se atrevan y busquen la opción de realizar ejercicios en el agua.
Beneficios bajo el agua
“Esta práctica semanal es parte de mi vida; yo ahora dejo cualquier cosa por asistir a las sesiones”. Estas bondades señaladas por doña Argerie Tinoco son respaldadas por el licenciado Marvin Araya Abarca, educador físico del área de Ciudadano de Oro de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y por Yendry Delgado, instructora y gerente de la academia Aquatica.
Araya explicó a VisiónCR, que este tipo de práctica es fundamental porque el agua facilita la movilidad ósea, muscular y articular en aquellas personas que por alguna enfermedad no lo pueden hacer fuera de una alberca.
Estos beneficios, de acuerdo con Araya y Delgado, se obtienen toda vez que dentro del agua no hay gravedad por lo que se reduce el peso del cuerpo y consecuentemente baja el impacto hacia las articulaciones, huesos y músculos.

El agua, dijo Araya, ofrece adicionalmente, una gran resistencia a los movimientos del cuerpo lo que implica que las personas adultas mayores que realizan este tipo de ejercicios deben hacer más fuerza por lo que se tonifican sus músculos.
Araya Abarca,argumentó, sin embargo, que para obtener mejores beneficios es necesario que estos ejercicios sean constantes, progresivos y deben adaptarse a las condiciones de cada persona.
El especialista afirmó que es necesario que de acuerdo con la progresión que lleve la persona es pertinente incrementar la práctica y combinarla con otros ejercicios fuera de la piscina.
A este tipo de ejercicios se le atribuyen otro sin número de beneficios tales como: la reducción del estrés, ayuda a la persona a relajarse, mejora el estado de ánimo…