El Deja Vu de las semifinales

El Deja Vu de las semifinales

Erwin Wino Knohr*, Revista Visión CR.

Arrancarán las semifinales donde cualquier equipo puede ser campeón nacional. Herediano y Saprissa dicen, bueno no lo dicen abiertamente, que en 22 partidos y en el Torneo de Copa y la Copa Centroamericana, se prepararon para ganar en seis fechas este campeonato.

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Hasta ahora Alajuelense es el equipo bueno porque clasificó primero.

Alajuelense ganó la opción de terminar las semifinales y una posible final en su estadio, si no lo clausuran en las luchas y presiones fuera de la cancha.

En nuestro medio cuando un equipo termina primero, es visto como una traición para el resto de competidores, porque miran en sus logros reflejado el fracaso.

Woody Allen en su filme Match Point, utiliza el tenis como herramienta para presentar lo impredecible y volátil que es la competencia y de cómo puede definirse el ganador, lo que equivale a ser bueno, o el perdedor, lo cual es igual a ser malo.

Hasta ahora Alajuelense es el equipo bueno porque clasificó primero y Puntarenas el malo al ser el último. Sin embargo en la historia de Costa Rica no existe el criterio de cuál equipo hace mejor al resto.

En estas semifinales regresó el Deja Vu para los que clasificaron en primer lugar y no fueron campeones en la fase final. Todos esperan el derrumbe del que fue primero, que fue el bueno, y en las series finales se convierta en el malo.

Hablan de jugadores y equipos que no soportan jugar en el Estadio Saprissa, porque el público se encarga de minarlos sicológicamente con arengas. Otros sostienen que los árbitros no pueden con la presión de la Fuerza Herediana, y los más radicales que el VAR lo manejan los silbateros con intereses partidistas. Todo dentro de un campeonato que no favorece el nivel del futbol nacional.

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Hay jugadores y equipos que no soportan jugar en el Estadio Saprissa.

Cada equipo afinará en la cancha o fuera de ella la puntería donde dirigir su artillería para triunfar. De los clasificados que se comportaron como una gelatina en partidos contra los centroamericanos y los equipos pequeños del torneo nacional; esperemos que no esperen ganar en la mesa, o que sea la suerte y el público los que decidan al campeón.

¿Sería mucho pedir si dejamos a los jugadores, aunque son muy humanos, los que decidan con su esfuerzo en la cancha cuál es el campeón?

*Máster en Comunicación. Lic. en Periodismo. Lic. en Educación Física. Entrenador de futbol y baloncesto

 

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