Erwin Wino Knohr*, Revista Visión CR.
El portero es el más cuestionado en un partido. Es un juez que se convierte en héroe o villano por sus decisiones.
En un equipo es tan importante que es el único, junto al árbitro, que viste diferente, además puede ver el partido de forma completa desde su área.
También el único capaz de determinar de forma más directa el destino de un encuentro con sus aciertos o errores.
Es un jugador que sufre del aislamiento y de la soledad en los momentos cruciales de un partido. Debe saber jugar con los pies. Colocar con precisión el balón a 10 o 60 metros. Por algo Johan Cruyff lo describió en una de sus certeras frases como “el hombre sin manos”.
Leonel Moreira, (Alajuelense) a pesar de su baja estatura, (1,78mts), en muchos partidos realizó atajadas salvadoras que le dieron victorias a su equipo. Sin embargo en otros puso en riesgo triunfos que pusieron a tambalear el liderato en el campeonato. No tiene juego aéreo, es temeroso en las salidas y duda en jugadas cruciales, aunque en el marco tiene reflejos y agilidad felina.
Esteban Alvarado (Saprissa), 193mts), me sorprende su inconsistencia. Cuando juega un clásico frente a Alajuelense parece transformado. Detiene cualquier remate. Domina el área. Los balones aéreos no son problema y demuestra una chispa en sus ojos que lo convierte en un buen portero.
Pero frente a otros rivales funciona en una frecuencia emocional distinta, como esos porteros que le tienen miedo al lanzamiento desde el punto de penal.
Estatura, jugar con los pies como el “hombre sin manos”, dominar el área y los balones aéreos, agilidad consistencia y reflejos en el marco, son características de los porteros en la élite mundial.
La diferencia, entonces, entre un equipo que gane el campeonato nacional y el que lo pierde, podría estar entre los tres palos. ¿Cuál portero asumirá la responsabilidad?
*Máster en Comunicación. Lic. en Periodismo. Lic. en Educación Física. Entrenador de futbol y baloncesto
