Óscar Álvarez, politólogo y analista internacional.
El pasado martes 05 de noviembre, el pueblo estadounidense ha decidido el regreso del expresidente Donald Trump a la Casa Blanca como el presidente 47 de los Estados Unidos durante los próximos cuatro años y a partir del próximo 20 de enero de 2025. Su compañero de fórmula James David Vance será el vicepresidente de la república.
Trump ha ganado tanto el voto popular (51%) como el Colegio Electoral (312 electores), así como el control del Senado, la Cámara de Representantes y la mayoría de gobernadores. Ya la Corte Suprema de Justicia tenía mayoría (6 a 3) de jueces del partido republicano. Vendrían cuatro años caracterizados por un poder ejecutivo con el apoyo de las dos cámaras del congreso y la benevolencia del poder judicial.
Los termómetros financieros y bursátiles han respondido muy positivamente a la victoria de Trump. Las bolsas y criptomonedas también. La Bolsa de Wall Street ha reaccionado favorablemente al resultado electoral. Tal parece que incluso las empresas estadounidenses ven la propuesta de proteccionismo como algo favorable para las industrias estadounidenses.
Al escribir esta columna no dispongo de los datos finales de la jornada pero si es notable que empresas de encuestas como Atlas Intel, Election Time y Real Clear Politics anduvieron muy acertadas en sus pronósticos. Otras no tanto.
Hubo muchas señales de una inminente victoria de Trump tanto en las casas de apuestas como en la bolsa de valores de Nueva York, dónde empezaron a subir las acciones de las empresas “Trump trade” de alguna manera ligadas a la primera administración Trump. Así también en el voto anticipado ya venía ganando el republicano.
En las primeras horas del 06 de noviembre he notado mensajes de felicitaciones al ganador de parte de Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, Keir Starmer, primer ministro de Reino Unido, Emanuel Macron, presidente de Francia, Javier Milei, presidente de Argentina. Otros mensajes de felicitaciones han llegado de Claudia Sheimbaun, Nayib Bukele, Volodimir Zelensky, Giorgia Meloni, Narendra Modi, Luis Lacalle Pou, Daniel Noboa, Rodrigo Chaves, José Rafael Mulino y Victor Orbán. En cuanto a Vladimir Putin ha decidido no felicitar en vista de la tensa relación que existe entre Estados Unidos y Rusia, aunque expresa disposición a un diálogo con el mandatario ganador.
Para saber de lo que serían los principales rasgos de la política económica de la administración Trump 2.0 recomiendo consultar mi columna aparecida en La República del jueves 24 de octubre:” Propuestas económicas de Donald Trump”. También para saber sobre los impactos geopolíticos del resultado recomiendo releer mi columna del jueves 17 de octubre: “Geopolítica de las elecciones en los Estados Unidos”.
Políticas económicas de Trump 2.0
Algunos de los rasgos muy puntuales de la política económica de Trump en su segundo gobierno serían los siguientes:
- Combate a la inflación hasta hacerla desaparecer.
- Reforma fiscal. Continuar y consolidar la reducción de impuestos sobre la renta y las desregulaciones de la economía que implementó en su primer gobierno. Contra impuestos de la renta a las propinas.
- Simplificar, aún más, el código tributario.
- Impulsar la independencia energética de los Estados Unidos favoreciendo el fracking.
- Continuar en el TMEC, CAFTA y otros tratados de libre comercio. No regresan al Trans Pacific Partnership. (TPP)
- Promover políticas de proteccionismo comercial sobre todo hacia China, pero también hacia México y la Unión Europea. Según economistas dicho proteccionismo podría incrementar los precios de los productos importados y las tasas de inflación. En algunos casos el proteccionismo sería una forma de amenazar y de negociar, sin ponerse en práctica. Pero en el caso de China sí se ejecutaría y se elevarían los aranceles, sobre todo a los autos eléctricos y otros productos chinos.
- Reforma Migratoria. Políticas duras contra la inmigración ilegal que incluyen deportaciones masivas de delincuentes y terroristas. Riesgos en su ejecución para México, Honduras, Guatemala y El Salvador. También para Venezuela y países árabes e islámicos.
- Poner límites a las tasas de interés de las tarjetas de crédito. Veremos si se aprueba.
- Dar voz a la Casa Blanca en la Reserva Federal o Banco Central. Riesgo para la autonomía bancaria.
- Favorecer la utilización de monedas digitales como el Bitcoin.
Políticas exteriores de Trump 2.0
En cuanto a política exterior, se podrían anticipar ciertos rasgos muy generales como los siguientes:
- Mayor énfasis a la búsqueda de la paz y al unilateralismo en vez del multilateralismo.
- Menos perfil a la agenda 2030 y agenda 2045 y otras iniciativas de las Naciones Unidas. Menos énfasis a las agendas ambientalistas.
- Establecer lazos de comunicación con el gobierno de Moscú en la búsqueda de una eventual solución negociada al conflicto en Ucrania. Se promovería el fin de la guerra en Ucrania.
4. Política de contención y aranceles altos a China. Apoyo a Taiwán.
5. Apoyo al estado de Israel y política de contención a Irán y sus proxies. Se retoman los Acuerdos Abraham de Paz, por ejemplo entre Israel y Arabia Saudita. Se promovería la paz en el Medio Oriente.
6. Redefinición de la relación entre los Estados Unidos, el G7, la OTAN y la Unión Europea.
7. Proteccionismo y mayor presión sobre el gobierno de México para que colabore en la contención de la inmigración ilegal.
8. Un política más dura hacia los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Retórica más confrontativa y más sanciones económicas sin llegar a la intervención militar.
9. Se mantienen las relaciones de alianza y amistad con socios tradicionales tales como Costa Rica, Panamá, República Dominicana, entre otros. Se respeta la Ley de Chips y Ciencia con énfasis en inversiones en el área de semiconductores. Pero la gran prioridad es llevar las empresas a territorio estadounidense. Grandes retos para la diplomacia costarricense.
10. La Argentina de Javier Milei, y no el Brasil de Lula, pasa a ser el aliado principal de Estados Unidos en la América Latina.