Fernando Fernández, Revista Visión CR.
¿Cómo podemos hacer que el futuro sea más justo? Este mes de septiembre, en la sede de la ONU en Nueva York, habrá una oportunidad única en una generación para que la comunidad internacional forje un nuevo camino en beneficio de todos.
¿Qué es la Cumbre del Futuro?
En 2020, la ONU cumplió 75 años y marcó la ocasión iniciando una conversación global sobre las esperanzas y los temores para el futuro.
Ese fue el comienzo de un proceso que conduciría cuatro años después a la convocatoria de la Cumbre del Futuro, un importante evento que tendrá lugar en septiembre en la sede de la ONU, justo antes del debate anual de alto nivel de la Asamblea General.
La Cumbre fue concebida en el apogeo de la pandemia de Covid 19 ,cuando en la ONU existía la percepción de que, en lugar de cooperar para enfrentar esta amenaza global que nos afectaba a todos, los países y las personas se estaban separando.
“Nos vimos realmente confrontados con la brecha entre las aspiraciones de nuestros fundadores, que estábamos tratando de celebrar en el 75 aniversario, y la realidad del mundo tal como es hoy”, dice Michele Griffin, directora de Políticas de la Cumbre. “Los problemas que enfrentamos, las amenazas, pero también las oportunidades y las imperfecciones en la forma en que respondemos”.
Los Estados miembros de la ONU encargaron al Secretario General, António Guterres que presentara una visión para el futuro de la cooperación global. Su respuesta a este llamado fue “Nuestra Agenda Común”, un informe histórico con recomendaciones sobre la cooperación global renovada para abordar una serie de riesgos y amenazas, y una propuesta para celebrar una cumbre con visión de futuro en 2024.
El evento constará de sesiones y reuniones plenarias basadas en cinco ejes principales (desarrollo sostenible y financiación; paz y seguridad; futuro digital para todos; jóvenes y generaciones futuras; y gobernanza global), y otros temas relacionados con la labor de la ONU, incluidos los derechos humanos, la igualdad de género y la crisis climática.
El resultado inmediato será una versión finalizada de un Pacto para el Futuro, con un Pacto Digital Mundial y una Declaración para las Generaciones Futuras en el anexo, todos los cuales se espera que sean adoptados por los Estados Miembros durante la Cumbre.
Todos los Estados miembros de la ONU están invitados a participar en la Cumbre del Futuro.
¿Por qué es importante la Cumbre?
Porque si bien estos temas ya se han abordado en el pasado y se han alcanzado acuerdos innovadores como el Acuerdo de París sobre el clima y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, existe una percepción generalizada de que las estructuras de las Naciones Unidas, muchas de las cuales se establecieron hace décadas, ya no son lo suficientemente justas ni eficaces.
La Cumbre del Futuro ofrece una oportunidad de cumplir las promesas que ya se han hecho, preparar a la comunidad internacional para el mundo que viene y restablecer la confianza.
“El ingrediente más importante de la cooperación internacional es la confianza”, afirma Michele Griffin. “La confianza en los demás. Un sentido de nuestra humanidad compartida, nuestra interconexión. Y la cumbre está diseñada para recordarnos a todos, no solo a los gobiernos y no solo a las personas que estarán en la ONU en Nueva York en septiembre, sino a todos, que tenemos que trabajar juntos para resolver nuestros mayores problemas compartidos”.
¿Quiénes son los actores clave?
La Cumbre estará precedida por dos Días de Acción, que también se celebrarán en la sede de las Naciones Unidas, en los que representantes de la sociedad civil, el sector privado, el mundo académico, las autoridades locales y regionales, los jóvenes, los Estados miembros y muchos otros actores tendrán la oportunidad de participar en los principales temas del evento.
“Si miramos a las Naciones Unidas, pensamos que los gobiernos son los actores clave”, afirma Griffin. “Y es cierto. Son ellos los que se sientan a la mesa, pero lo hacen en nombre de su gente”.
“Los actores de la sociedad civil y los jóvenes han participado en todo momento y estarán presentes en la cumbre”, explica Griffin. “El sector privado estará presente en reconocimiento del enorme papel que desempeña en la configuración de las vidas y las oportunidades de las personas en la actualidad. Esta cumbre es para y por todos, y todos deberían verse reflejados en ella”.
¿Qué sucederá después?
Los organizadores de la Cumbre han subrayado que la clausura del evento no será el final de los debates y las cuestiones planteadas durante los cuatro días.
Michele Griffin lo describe como el comienzo de un proceso: “la mayoría de las semillas que plantemos en esta Cumbre tardarán algún tiempo en crecer y florecer”, dice, “y todos tenemos que participar en la tarea de exigir a los gobiernos que cumplan con sus compromisos en el escenario internacional”.
Después de la Cumbre, la atención se centrará en la aplicación de las recomendaciones y promesas contenidas en el Pacto para el Futuro. En noviembre, Azerbaiyán acogerá la Conferencia sobre el Clima de las Naciones Unidas (COP29), donde la financiación climática ocupará un lugar destacado en la agenda; en diciembre se celebrará la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Países en Desarrollo sin Litoral en Botsuana, donde se buscarán soluciones para el desarrollo sostenible; y el próximo mes de junio se intensificarán en España los esfuerzos para reformar la arquitectura financiera internacional (incluidos organismos como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional qué deciden, cómo y en qué condiciones conceder préstamos, subvenciones y asistencia técnica a los países en desarrollo), en la Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo (Ffd4).