Fernando Fernández, Revista Visión CR.
Aunque usted no lo crea, Guillermo Hope Marín posee el récord de rompimiento que estableció en 1974, con una patada de 3,05 metros de alto. Y que aquella marca fijada en Canadá aún sigue vigente.
Guillermo nació en el cantón de Montes de Oca, en el año 1952. Hijo de Guillermo Hope Alfaro y María de los Ángeles Marín Marín, comenzó a practicar artes marciales cuando apenas tenía 12 años de edad, bajo la mirada atenta del profesor Orlando Madrigal (q.d.D.g.).
Hope estudió en el Colegio Humboldt, desde kínder a quinto año.
Conversamos con él una tarde, en un cafecito ubicado en las inmediaciones de la Plaza Roosevelt y allí nos contó como hizo realidad ese sueño que aún está vivo.
P-. Campeón Mundial de una técnica poco conocida en el ambiente deportivo Guillermo.
R-. Básicamente, la técnica que pertenece al taekwondo y de la cual gané ese campeonato mundial se llama Tymio Nopi chagui y consiste en un rompimiento que realicé en aquella ocasión, a una altura de 3.05 metros de altura.
Se corre un poquito, luego se salta y finalmente se rompe una tabla de una pulgada de grosor.
P-. ¿Por qué se liga Guillermo a este deporte tan particular?
R-. Digamos que por información genética, de parte de mi padre y mi madre, los dos deportistas. Papá fue un decatlonista consumado y la información genética obviamente se trae.
Fortalece la piernas; yo he tenido toda la vida las piernas sumamente fuertes y eso ayudó a que durante la práctica del taekwondo yo me diera cuenta de que tenía esa capacidad.
P-. ¿Tus primeras experiencias en esta técnica?
R-. Empecé a saltar y empecé a patear los cielos rasos de la academia donde entrenaba; en las instalaciones de la Universidad de Costa Rica pateaba los marcos de las canastas de baloncesto, una experiencia para mí sumamente interesante. Y eso me dio mucha confianza para asistir al campeona mundial con la esperanza de poder ganarlo.
P-. ¿Y cómo llegaste a participar en el campeonato mundial de esa disciplina?
R-. Fue una sorpresa. Nos invitaron como academia a participar en la primera edición de este torneo, realizado en Montreal Canadá, y a partir de ese campeonato el taekwondo comienza a ser mucho más conocido a nivel mundial.
El General Coreano Choi Hong Hi, padre del taekwondo moderno, quien aunando sus conocimientos en los artes del taekkyon y del karate-do japonés, se propuso dar forma y entidad al nuevo arte marcial. Y luego organiza ese primer campeonato mundial.
Y cuando yo gané ese campeonato, me convertí en el primer deportista en ganar una medalla de oro y obtuve asimismo el primer campeonato mundial de esta disciplina, el 4 de octubre de 1974, al saltar 3 metros cinco centímetros, récord que se mantiene imbatido en la actualidad.
P-. Y más tarde participaste en dos torneos más…
R-. Pero ya en la modalidad de combate libre. Es curioso pero por lo general, si el deportista no tiene un padrinazgo importante del país, entonces se tiene que luchar contra los árbitros, contra la misma argollita que jala hacia los orientales y coreanos.
P-. ¿Se sigue practicando en el mundo y en nuestro país esta técnica?
R-. A nivel mundial, la International Taekwondo Federation (ITF), sí lo sigue practicando.
P-. ¿Y cómo es posible que después de tanto años se siga practicando esta técnica y nadie haya roto tu marca?
R-. Pues debe ser un milagro, mi angelito de la guarda.
P-. Un consejo final para los practicantes del taekwondo.
R-. En este momento existen dos tipos de taekwondo, el marcial –que es el que yo practiqué y sigo practicando- y el olímpico, donde se ha desvirtuado el taekwondo original. En esta segunda técnica se ha ido perdiendo la marcialidad, la verdadera esencia del taekwondo.
De tal forma que mi consejo va orientado a la práctica del teakwondo marcial, con profesores de cierto nivel y que tengan muchos años de experiencia.