Carlos Manuel Echeverría*, Revista Visión CR.
Los hoteleros que están en contra de que baje el precio de los boletos para viajar intra Centroamérica la sacaron del estadio. No lo puedo creer, pero lo hicieron y lo siguen haciendo.
Primero que todo, aquí hay un tema de principios. ¿Se está o no a favor de facilitar los desplazamientos humanos en el marco de la ley o se limitan por conveniencia de quienes tienen el poder para limitarlos? Un no, sería ir en contra de toda la lógica económica y pretender que por un supuesto daño que no existe, se perjudique a la sociedad centroamericana y su economía.
¿Y más aún, se es o no consecuente con la posición que, en el ámbito del Consejo de Ministros de Turismo del SICA, Costa Rica con los hoteleros de acuerdo, ha adoptado respecto a luchar por facilitar el turismo intra regional, ¿bajando las tarifas aéreas y comercializando la Región SICA como un todo? Irse por el no, sería una barbaridad, un sin sentido que espero no encuentre eco en el Congreso Nacional.
El 8 de setiembre del presente año, en La República o larepublica.net, en un publirreportaje, se esgrimieron los siguientes argumentos a los que voy a referirme uno a uno:
- Turistas extranjeros estarían menos tiempo en CR pues se irían a otros destinos en el área: va a pasar si, pero se está partiendo de una base errada: que no vendrán turistas que quisieron ver volcanes, pirámides y lagos primero, antes de venir a la playa en Costa Rica.
Los hoteleros tratan la demanda turística interesada en Costa Rica como estática, lo que no es así: el hecho de venir a más de un destino generará mayor demanda global, pues nos hará más atractivos al vernos como parte de una región que tiene mucho que ofrecer. Asimismo, muchos turistas, por más tarifa barata que haya, preferirían quedarse en Costa Rica si la oferta nacional les es atractiva. Es aquí donde los hoteleros costarricenses tienen que demostrar de que madera están hechos y no andar “llorando” y asustando al conglomerado de operadores turísticos locales y para ello, manipulando diputados susceptibles al chantaje.
Para un turista que viene de Norteamérica, Asia o Europa por ejemplo, el costo de la porción centroamericana, no será significativo, lo que obviamente no es cierto para quien por razones de trabajo, intercambio académico, artístico o deportivo, familias separadas geográficamente, empresarios de mediano y pequeño tamaño, gremiales empresariales, laborales y cooperativistas a los que se les dificulta viajar a los precios actuales. ¿Qué les decimos a todos estos grupos de nacionales y centroamericanos en general que tienen interés y necesidad de viajar a intra centroamericanamente?
- Contracción de divisas y el empleo que genera el sector: el primer argumento, el de las divisas es falaz y habría que aplicárselo a todos los viajes que hagan los costarricenses y a los importadores. Somos una economía abierta. Estos hoteleros, en su afán por permanecer en zona de confort coquetean con el modelo económico de control central, donde se fijan los precios arbitrariamente para limitar la demanda. Bajemos los tributos como se ha propuesto a los viajes intra centroamericanos y dejemos que el mercado acomode los precios hasta donde se pueda.
Sobre el que afecte el empleo en el sector, en el punto 1 se explicó que no. La tendencia es a que vendrán más turistas y la sumatoria final de los días en Costa Rica, si los hoteleros y demás operadores turísticos nacionales se mantienen dinámicamente competitivos, será mayor. Además, Costa Rica es un país caro y los turistas que ya vienen tienden a ser de cierto nivel. Ergo, una tarifa centroamericana más baja, no es algo que les haga cambiar sus decisiones de como planear sus vacaciones. En todo caso, pienso sería al revés: es posible que gente que viene a ver pirámides y lagos en Guatemala y Nicaragua, lugares bonitos en Honduras y “surfos” en El Salvador, decidan darse la vuelta a Costa Rica. Lo interesante sería que nuestros hoteleros ofrecieran tarifas especiales.
- Reducción de ingresos del ICT: Ya se ha dicho que no debería ser así, pero en todo caso, si se diera esa situación tan lejana a la realidad y el negocio turístico es bueno, el estado debe encontrar otras fuentes para financiar las campañas del ICT.
- El sector apenas se recupera tras la temporada cero que implicó la pandemia: este argumento pierde totalmente su valor ante lo ya expresado. Además, el volumen turístico ya se recuperó.
- El tipo de cambio del dólar barato pone en riesgo incontables emprendimientos: Si se demanda divisas para viajar a Centroamérica, el tipo de cambio subirá yeso destroza este pueril argumento. Por otro lado, el tipo de cambio bajo, mantiene bajos los precios de los muchos insumos importados para satisfacer al turista. Es una calle de dos vías. No es justo que por este tipo de argumentos se prive de oportunidades de viaje a los costarricenses que deben o quieren viajar al resto de Centroamérica.
Un último punto: Somos parte de un esquema de integración, más que por convicción, por realismo. Es donde vivimos y es con los otros países miembros, todos pequeños como nosotros, con los que se pueden enfrentar multitud de desafíos y acometer oportunidades comunes, partiendo de las economías de escala posibles. No es aceptable que los infundados temores de los hoteleros, afecten otros sectores económicos y los sociales, haciendo quedar al país mal, pues literalmente, “todo el mundo “se enteraría de que Costa Rica falló en el marco del SICA. Con un solo país que “rompa el naipe”, el esquema se malogra.
*Carlos Manuel Echeverría Esquivel- ex director ejecutivo de la Federación de Entidades Privadas de Centroamérica y Panamá (FEDEPRICAP) y ex asesor del Secretario General del SICA.