En las Islas Faroe viven unas 54.000 personas, pero hay más de 70.000 ovejas.
También hay más de 20 túneles, algunos de ellos submarinos.
Fernando Fernández, Revista Visión CR.
Nuestro acostumbrado «tour» de los jueves nos llevará hoy a las llamadas Islas de las Ovejas: las Feroe.
A medio camino entre Islandia y Noruega se encuentran estas islas, un lugar con dos “obsesiones” bastante particulares: los túneles y las ovejas. Si algún usted piensa visitar este lugar, salpicado por imponentes acantilados, laderas verdosas y montañas empinadas, probablemente no pasará un día sin que se encuentree con vías subterráneas y criaturas despeinadas.
Mientras que el cada vez mayor número de túneles se presenta como la solución más idónea para ayudar a conectar las 18 islas que forman parte de este territorio autónomo de Dinamarca, las ovejas están arraigadas en su historia e identidad. En las Islas Feroe, cuyo nombre significa “Islas de las Ovejas”, hay unos 54.000 isleños y, curiosamente, cerca de 70.000 ovejas.
Un lugar con túneles por doquier
Durante mucho tiempo, los residentes y visitantes han tenido ciertas limitaciones para moverse por el archipiélago. Una de las características de las islas es un terreno irregular, minado literalmente de pendientes y formaciones abruptas. Si bien esto forma un paisaje encantador, ha dificultado la construcción de caminos para conectar los diferentes núcleos urbanos.

Los primeros túneles en las Islas Feroe se construyeron en la década de 1960. Hasta ese entonces, la gente tenía que atravesar las áreas montañosas para llegar a ciertos destinos. Casi 60 años después, los habitantes cuentan una red de carreteras interconectada con una veintena de vías subterráneas. 17 de ellas están en tierra y cuatro se extienden bajo el agua.
El primero de los túneles submarinos de las islas se inauguró hace más de dos décadas. Vágatunnilin fue inaugurado en 2022 y conecta a través de sus casi cinco kilómetros de longitud Streymoy con Vágar. Se trata de una conexión de vital importancia porque en esta última se encuentra la principal vía de entrada a las islas, su único aeropuerto.

Todos los túneles submarinos de las islas
Antes de la puesta en marcha de este túnel, cruzar entre Vágar y Streymoy dependía exclusivamente de un ferry, con todas las limitaciones que esto implicaba: horarios restringidos, travesías sujetas a las condiciones climáticas y un tiempo de viaje considerablemente mayor. La apertura de Vágartunnelen redujo drásticamente estos inconvenientes.
El segundo de los túneles submarinos, el Norðoyartunnilin, comenzó a funcionar en 2006. Tiene una longitud de 6,3 kilómetros y conecta la segunda ciudad más grande de las Islas Feroe, Klaksvík en Borðoy, con Leirvík en Eysturoy. Podríamos decir que la obra ha sido un éxito dado que en la actualidad es atravesado por unos 4.000 coches al día.

Años más tarde, en 2020, las autoridades cortaron la cinta del Eysturoyartunnilin, un túnel que conecta conecta ambos lados de Skálafjørður con Eysturoy. La obra destaca por varios aspectos. Aunque como veremos a continuación se construyó un cuarto túnel, siegue siendo el más largo (11,2 km) y el más ambicioso dado que incluye una rotonda submarina.
Las Islas Faroe presumen de un pasaje encantador
El túnel más recientemente inaugurado en las islas es el Sandoyartunnilin de 10,8 km de longitud. Se trata de una vía que conecta Sandoy con Streymoy. Alrededor de 700 vehículos al día recorren este tramo cuyo punto más bajo está a 155 metros de profundidad. Como podemos ver, la conexión terrestre de las islas cambió drásticamente en los últimos años.
Los túneles son más que impresionantes obras de ingeniería. Estos están decorados con obras de artistas feroenses que transforman las aburridas paredes en auténticas galerías de arte. Al mismo tiempo, buscan impulsar el sector turístico como una vía de ingresos alternativa a las dominantes pesca y agricultura.
Pero no todos los túneles de las islas tienen que ver con el transporte. También hay muchos otros. Por ejemplo, las autoridades han licitado obras para perforar diversas zonas montañosas para crear túneles capaces de conducir grandes caudales de agua para mejorar la capacidad de la de las islas Faroe.
El reino de las ovejas
Destaca el reportaje que las ovejas han estado presentes en las Islas Faroe desde hace siglos, cuando las introdujeron los primeros colonos irlandeses. La cría de ovejas para obtener carne y lana, la pesca y la caza de ballenas son actividades clave de las islas hasta nuestros días. Y la la mayoría de las familias de esta región del mundo todavía están involucradas de alguna manera en los rebaños.
Las ovejas son un símbolo que atraviesa varios aspectos de la vida en las islas. Estos animales están por todas partes. No solo se las puede ver felices comiendo hierba en casi cualquier parte (incluido del aeropuerto en Vágar), pero también están presentes en el logo de la Junta de Turismo, la marca de cerveza Oveja Negra y varios monumentos. Incluso los feroenses tienen su propia versión de Google Street View, un Sheep View mapeado con ovejas.
Los feroeses son de origen escandinavo; muchos son descendientes de vikingos noruegos que colonizaron las islas alrededor del año 800 d . C.
Aproximadamente una cuarta parte de la población reside en Tórshavn, mientras que el resto reside en pequeños asentamientos, casi todos ubicados en la costa. Los idiomas oficiales son Feroés —el más emparentado con el islandés— y danés. La mayoría de los isleños son luteranos pertenecientes a la Iglesia Evangélica Luterana de Dinamarca. La población se triplicó entre 1801 y 1901 y se ha más que duplicado desde entonces.