Redacción.
Hace muchos años, la familia real británica protagonizó uno de los misterios jamás resueltos de la historia: la desaparición de los príncipes de la Torre de Londres, un suceso que marcó al Reino Unido.
Eduardo V de Inglaterra y su hermano Ricardo, mejor conocidos como los príncipes de la Torre, eran hijos del rey Eduardo IV de Inglaterra, uno de los protagonistas de la Guerra de las Dos Rosas, que puso en disputa el trono de aquel país.
El misterio de los príncipes de la Torre de Londres.Cuando el rey Eduardo IV cayó enfermo en 1483, a los 40 años, nombró a su hermano Ricardo III como regente del príncipe heredero Eduardo V, quien se convirtió en rey tras la muerte de su padre.
Poco tiempo después, Ricardo III ordenó que sus sobrinos Eduardo V y Ricardo, quienes tenían tan solo 12 y nueve años respectivamente, fueran llevados a la Torre de Londres, con la promesa de que ahí serían cuidados y protegidos hasta la coronación del heredero. Sin embargo, cuando llegó la fecha de la ascensión, el parlamento declaró a los niños como hijos ilegítimos del rey Eduardo IV.
Eso significaba una sola cosa: que el siguiente en la línea de sucesión era Ricardo III, quien había sido nombrado por el difunto rey como regente del príncipe heredero. Evidentemente, Ricardo III proclamó su derecho al trono y usurpó la coronación que se había organizado para su sobrino.
A partir de ese momento, los príncipes de la Torre desaparecieron misteriosamente. Algunos relatos de la época aseguraban que fueron vistos en contadas ocasiones disparando flechas y jugando en el jardín.
Después de esto, comenzaron a surgir especulaciones de que los niños habían sido asesinados por el rey Ricardo III. Aunque no fue el único señalado como el culpable, hubo quienes aseguraron que el autor del crimen había sido el segundo duque de Buckingham, Henry Stafford, para asegurar su lugar como mano derecha de Ricardo, o Enrique Tudor, quien posteriormente ascendió al trono.
Aunque oficialmente nunca se resolvió el caso de los príncipes de la Torre de Londres, doscientos años después de su desaparición se descubrieron restos humanos de unos infantes, cuyos huesos, se dice, tenían adheridos restos de terciopelo, una tela que solo los miembros de la realeza podían utilizar.
En 1674, el rey Carlos II ordenó la demolición de una parte del palacio real de la Torre de Londres, y fue en ese momento cuando, bajo las bases de una escalera, a unos tres metros bajo tierra, apareció un baúl que contenía huesos, que por su tamaño se supuso que eran de dos niños.
Durante cuatro años, los restos se convirtieron en una especie de atractivo turístico, hasta que el rey Carlos II ordenó su sepultura en la Abadía de Westminster. Aunque en 1933 los restos se sometieron a pruebas forenses que confirmaron que se trataba de dos personas de entre diez y doce años, los resultados fueron puestos en duda cuando, en 2012, se realizaron pruebas forenses a un esqueleto identificado como el de Ricardo III.
La Torre de Londres es uno de los lugares más icónicos del Reino Unido. Fue construida por Guillermo el Conquistador en el siglo XI y funcionó como palacio real, tesorería, registro público, casa de las Joyas de la Corona y cárcel.
Sin embargo, sin duda, aquello que le dio popularidad a esta construcción fue la siniestra leyenda que se le adjudica: la desaparición de los príncipes.