César G. Fernández Rojas, educador jubilado.
La naturaleza humana, toda ella, es un anhelo de Servicio. Sirve el pobre, sirve el rico, sirve el joven y el viejo, sirve el culto y el iletrado. La naturaleza, toda, integralmente sirve a propósitos determinados. Este círculo de servicio y gratitud conduce a una vida llena de armonía, dignidad, prudencia y bienestar.
Entre las cualidades humanas, destaca la humildad como la virtud que le permite a la persona tener el conocimiento de sí misma, condición y fundamento de las demás virtudes. Por su medio el ser humano reconoce las limitaciones y también las fortalezas de sus capacidades; es el equilibrio del sujeto cuando tiene falsas pretensiones porque se ve de más o por sus falsas pretensiones por lo que se ve de menos. La humildad se guarda en la verdad; como dice santa Teresa de Jesús: la humildad es andar en la verdad.
La Real Academia de la Lengua dice que la humildad consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento. 2. f. Bajeza de nacimiento o de otra cualquier especie. 3. f. Sumisión, rendimiento.
Los diccionarios y algunas obras de consulta toman como acepciones para referirse a la noción de humildad, a la bajeza de nacimiento y sumisión. De acuerdo con el diccionario Oxford Languages la sumisión es: Acción de someterse, sin cuestionarlos, a la autoridad o la voluntad de otra persona o a lo que las circunstancias imponen.
La bajeza, por su parte, tiene como sinónimos: indignidad, ruindad, mezquindad, vileza, abyección, envilecimiento, humillación, degradación, hundimiento, cobardía, servilismo, ignominia, infamia, iniquidad.(Cfr. Diccionario de sinónimos y antónimos – WordReference.com).
Juan José Oliva Gallardo en las conclusiones de su obra Humildad, término, concepto y representación medieval, concluye: después de haber recorrido, en los limitados términos de este trabajo, las grandes líneas de la etimología y de la noción de humildad a través de los tiempos, parece conveniente hacer una síntesis de todos los contenidos y ver la evolución y el punto común.
La noción de humildad, derivada del término que la expresa, indica, tanto en griego como en latín, algo ínfimo, que está a ras de suelo. Traslaticiamente, aplicado a personas, significa en el mundo clásico “vil”, “de baja condición o linaje”, “que tiene mala fortuna”. En el mundo hebraico “humilde”, se refiere en primer lugar a la condición social del individuo.
En la civilización greco-romana, debido a su carácter abierto y evolutivo, el concepto de “humildad” evoluciona, especialmente gracias a la filosofía estoica, hacia una idea de humildad unida al conocimiento de sí mismo y de su sumisión a los dioses.
El cristianismo, heredero en muchos puntos de la mentalidad estoica, perfecciona la noción de “humildad”, añadiendo el dogma de la creación, por el cual el hombre es nada con respecto a Dios y está obligada a postrarse de manera absoluta ante Él.
Los autores cristianos, conscientes de la esencialidad de este dogma de la fe cristiana, insisten en la práctica de la humildad como fundamento y condición para las demás virtudes, recordando que el fundador del cristianismo, Jesús de Nazaret, no solo predicó la humildad, sino que con su vida dio el más alto ejemplo de ella. Respondiendo a esta llamada del Evangelio y de los maestros de la Iglesia, muchos cristianos, a lo largo de la historia, han hecho profesión de buscar la perfección sobre la base de la humildad: los monjes y los místicos.(Cfr. Juan José Oliva Gallardo. Humildad, término, concepto y representación medieval.RACO.cat. https://www.raco.cat › index.php › article › viewFile).
En nuestros tiempos, la práctica de la humildad, como condición social muestra que, para manifestar los valores de la dignidad, la prudencia, la afabilidad, la terneza, el respeto y la bondad, la humildad no se mira, no se expresa a través de las clases sociales, o por los beneficios, las ventajas, los estilos de vida y la ocupación. Sencillamente, las personas, todas, sin importar su condición, -mientras no haya altivez o desprecio-, muestran constelaciones de valores que guían sus vidas, las hace mejores para convivir en armonía y humildad.
A pesar de ello, persisten quienes insisten en personificar la humildad con la sumisión; para ellos, probablemente es una virtud difícil de conceptuar, porque piensan que su naturaleza se relaciona con el ejercicio del autoritarismo, la imposición y la docilidad. Dicen de manera sesgada que la humildad es procedente de los sectores sociales menos favorecidos. Y lo que parece sorprendente no es solamente que a la humildad se la considere un rasgo poco valioso, sino que haya recibido tan poca atención y se la rebaje frente a otras virtudes sociales.
No obstante, la humildad tiene un lugar de privilegio respecto al tipo de aptitudes que más se necesitan en la sociedad y para quienes sirven a la comunidad. El concepto humildad, con el parafraseo del diccionario Oxford Languages, proviene directamente del latín clásico humus (del suelo y la tierra), vocablo ya citado por escritores romanos como Ovidio, Horacio, Virgilio y Cicerón. Actualmente se le trata como un término edafológico que se refiere a la capa superior del suelo, resultado de la lenta descomposición y oxidación de la materia orgánica; con el producto de la descomposición de las rocas se va formando la capa fértil de la tierra, el suelo, donde nace la vegetación, las plantas y los árboles. Da vida y robustez a la naturaleza.
La riqueza del humus en el ser humano, por medio de la virtud de la humildad, se decanta en la formación de una conciencia superior por la lenta descomposición y oxidación del ego personal hasta formar el sentido más profundo de la naturaleza humana, el sustrato del sujeto ético.
[Nota de Autor: Sustrato es la traducción latina del término griego hipokeimenon (ὑποκείμενον), y que en la filosofía de Aristóteles se aplica, en el sentido de sujeto, (de subiectum, que viene a tener el mismo significado) a la materia que soporta la forma durante el cambio, y también a la sustancia, que es el soporte de las cualidades o formas accidentales, con el significado de ser de donde se afirman las demás cosas. Es aquel principio que Aristóteles cree necesario para poder explicar el cambio, esto es, para que la adquisición y privación de una forma sea posible a partir de la existencia de un elemento permanente].(Cfr. Sustrato Encyclopaedia Herder. herdereditorial.com. https://encyclopaedia.herdereditorial.com › wiki › Sustrato).
La persona humilde tiene el mismo grado de dignidad de otras personas con cualidades que resaltan su personalidad como la firmeza, la persistencia, la sensatez, la prudencia, la seriedad, la honorabilidad, el servicio en favor del bien común y amabilidad con los demás; resalta por sus cualidades personales y sus aptitudes, pero rehúye de la ostentación, la arrogancia y la vanidad.
La práctica habitual de la humildad se engarza a la ética cuando los actos racionales, volitivos y emocionales, como lluvia fina que empapa la tierra –la propia- con el entendimiento nos empapa de realidades trascendentes, por medio de una ética de valores y virtudes esenciales para el desarrollo evolutivo de la naturaleza humana.
Ciertamente, las decisiones que se toman en la vida, como cualquiera otra actividad humana, están sujetan a los alcances y los límites de la ética. La ética reconoce la influencia de otras personas en la integración socio cultural de los individuos; tiene causas, efectos y consecuencias por la empatía y el carisma que ejercen esas personas. Y aunque la ética humaniza y socializa, hay que valorar la influencia –positiva o negativa- que ejercen otras personas.
Cuando se dan las vulneraciones por la bajeza de otros, la responsabilidad no significa depositar la obligación de lo que sucede en las personas que están siendo violentadas con acciones contrarias al respeto de su dignidad; ello permitiría minimizar y encubrir las actitudes y las acciones de quienes practican la manipulación, la discriminación, el adoctrinamiento, el abuso, la vileza y la exclusión, que escalan en el deterioro de la calidad de vida de las personas que son víctimas de esta connivencia.
Continuará.
