Redacción.
El actor Alain Delon, uno de los grandes símbolos del cine francés, un “monstruo sagrado” como le denomina la prensa de su país, ha fallecido este domingo a los 88 años, según han informado sus hijos y recoge la agencia francesa AFP.
“Alain Fabien, Anouchka, Anthony y (su perro) Loubo están profundamente tristes por anunciar el fallecimiento de su padre”, han informado sus hijos en un comunicado. “Falleció serenamente en su casa de Douchy, rodeado de sus tres hijos y su familia”, añaden.
Delon estaba gravemente enfermo. Arrastraba la secuelas de un derrame cerebral y se le había detectado un linfoma. En abril se supo que le habían sometido a una tutela forzada, solicitada por su hijo mayor, Anthony Delon, de 59 años, a lo cual se opuso públicamente su abogado. Y se evidenció una guerra entre sus hijos varones, por un lado y su hija por otro, a través de comunicados y tribunales. En Navidad, publicaron una comentada fotografía con toda la familia reunida.
El icono de Visconti
Alain Delon trabajó en su primer largometraje en 1957, a la edad de 23 años. A partir de ahí, acumuló papeles en 88 películas, siete películas para televisión y siete obras de teatro. A pesar de convertirse en un icono, recibió un único premio César de la cinematografía francesa, el de mejor actor por Nuestra historia, de Bertrand Blier.
Fueron célebres sus papeles en El gatopardo y Rocco y sus hermanos, ambas de Luchino Visconti o A pleno sol de René Clément. Pero también se puso del otro lado de la cámara y dirigió dos largometrajes y produjo 32 títulos. Realizó varios rodajes en España, como El tulipán negro, El Zorro o Mando perdido.
Lo que sí que recibió fue un reconocimiento a toda su carrera con la Palma de Oro en Cannes en el año 2019, que él mismo llamó “homenaje póstumo” y que aprovechó para despedirse, con palabras de agradecimiento y una firme defensa del público del cine. “Son los que hacen a las estrellas”, dijo. De sus hijos, en la entrega solo estuvo presente su hija Anouchka. Ese mismo año, el actor sufrió un derrame cerebral.
Cuando en 2019 el Festival de Cannes no tuvo otra que rendirse a lo inevitable y, en consecuencia, rendir homenaje a uno de los más grandes iconos que ha dado el cine (todo él, no solo el francés), eligió para el acontecimiento una película muy particular. Fue la misma que se estrenó en la Croisette en 1976 y de la que Alain Delon, además de protagonista (doble protagonista), fue productor.
Su vida romántica también hizo grande su leyenda. Se enamoró de Romy Schneider en 1958, de quien reveló a su muerte que había sido el gran amor de su vida, aunque solo estuvieron juntos cuatro años.
A su hijo Anthony, que también se dedicó a la interpretación, lo tuvo junto a la actriz y cineasta Nathalie Delon. Con la comunicadora y exmodelo neerlandesa Rosalie van Breemen, de quien se divorció en 2002 (para casarse después con el magnate de las ópticas Alain Afflelou) tuvo a sus otros dos hijos, el modelo, escritor y “aspirante a actor” Alain Fabien y a Anouchka.
El fotógrafo Ari Boulogne (fallecido en 2023), hijo de la cantante Nico, reclamó la paternidad de Delon pero no consiguió el reconocimiento y el actor siempre lo desmintió, a pesar del parecido.
El futuro como charcutero que no sucedió
Nacido en la ciudad de Sceaux en 1935, su infancia estuvo marcada por el divorcio de sus padres cuando tenía cuatro años y el hecho de que se crio con una familia de adopción. Empezó a formarse para trabajar como charcutero, pero a los 17 años decide adelantar su servicio militar y se vio embarcado en la guerra de Indochina.
A su vuelta a Francia, empezó a hacer algunos trabajos y fue entonces cuando el actor Jean-Claude Brialy lo descubrió, en particular por su belleza, y lo llevó al Festival de Cannes, donde recibió las primeras propuestas. Realizó su debut de la mano del director Yves Allégret en 1957 en Quand la femme s’en mêle.
“El baile ha terminado (…) se ha ido a bailar con las estrellas”, afirmó la actriz Claudia Cardinale, que trabajó con él en El gatopardo.
“Klein o Rocco, el gatopardo o el samurái, Alain Delon interpretó papeles legendarios e hizo soñar al mundo. Prestó su rostro inolvidable para sacudir nuestras vidas”, reaccionó el presidente Emmanuel Macron en X, homenajeando a este “monumento francés”.
“Su muerte deja un vacío abismal que nada ni nadie podría llenar”, afirmó a AFP Brigitte Bardot, ahora considerada como la última leyenda viva del cine francés.