Mario Rodríguez, Revista Visión CR.
Probablemente, uno de los mayores fracasos de la sociedad moderna sean las cárceles. Pero son innegables los efectos negativos que tienen los delitos en la comunidad, especialmente en quienes lo sufren directa o indirectamente.
Por ello, quizás las penas de prisión sean un mal necesario, pero lo innegablemente cierto es que, desde el Congreso, hay una tendencia en pensar que el “antídoto” siempre es el expansionismo penal, lo cual considero un tremendo error, pues la solución es el aumento en la inversión social por parte del gobierno, y por consiguiente, el mejoramiento de las condiciones de vida de los costarricenses.
Las historias surgidas a raíz de una prisionalización son tan diversas como estrellas en el firmamento o arena en el mar, e indudablemente algunas de estas nos deberían dejar una huella imborrable. Por ejemplo, en nuestro país tenemos un sistema garantista que se basa en el derecho penal del acto, es decir, en donde cada uno enfrenta las consecuencias por su acciones u omisiones.
Pero también hay personas que padecen los efectos de la cárcel, pues su madre se encuentra recluía en una; incluso, algunos seres humanos han vivido sus primeros años de vida dentro de una prisión.
Al finalizar el mes de agosto anterior, la población de mujeres en el CAI Vilma Curling era de 609, y además se cuenta con un Módulo Materno Infantil, con “… un espacio de 750 m2, con capacidad para hospedar, temporalmente, a treinta y ocho madres privadas de libertad en habitaciones individuales y con acceso a espacios comunes compartidos. Las madres pueden alojarse en este módulo desde los ocho meses de embarazo y hasta que los y las menores cumplan tres años de edad. Durante este periodo, los niños y las niñas cuentan con una rutina preestablecida, asisten durante las mañanas a una guardería fuera de la cárcel, especializada en atención a niños y niñas con madres privadas de libertad, y durante las tardes y fines de semana conviven con sus madres en el Módulo” (Hernández Miranda, Andrea. “Maternidad desde el encierro: exploración de las condiciones espaciales y arquitectónicas del Módulo Materno Infantil del CAI Vilma Curling en Costa Rica”. En Anuario del Centro de Investigación y Estudios Políticos, UCR, 2022).
Debo hacer énfasis en que no poseo el dato actual de la población en dicho módulo, pero es impresionantemente relevante que los niños estén con sus madres el mayor tiempo posible.
En la gran mayoría de ocasiones, la cárcel para una mujer representa un variopinto de emociones, todas evidentemente negativas, como por ejemplo, la vergüenza, el estigma social, e indudablemente, el dolor por la separación de sus hijos y familia, al respecto, “El impacto de la cárcel en sus vidas es muy alto por sus pérdidas afectivas, familiares, hijas e hijos, y es aquí, donde cobra sentido la cárcel como espacio de represión para las mujeres, pues el dolor infligido a través de la separación familiar y de sus hijos es por considerarlas principalmente madres (Palma Campos, Claudia. “Me puse a jugar de Narco. Mujeres, tráfico de drogas y cárcel en Costa Rica. Editorial UCR, San José, 2018. pág. 277)
De ahí, la relevancia de las historias de vida de Aurora Sky Castner y Creichel Pérez, quienes, si bien viven a miles de kilómetros de distancia uno del otro, son dos ejemplos que nos deben de inspirar a todos.
Empecemos por la joven estadounidense, y cuya historia de vida se ha vuelto viral en casi todo el planeta, pues, es una destacada estudiante que ha ingresado a la Universidad de Harvard. ¿Cuáles son las opciones de una joven nacida dentro de una cárcel de ingresar a una de las más prestigiosas universidades? Pues, “Dieciocho años después de nacer en la cárcel del condado de Galveston, Aurora Sky Castner se graduó el jueves por la noche como tercera de su promoción en el instituto de Conroe (…) La madre de Castner estaba en la cárcel cuando la dio a luz. No tuvo ningún papel en la vida de su hija desde el día en que el padre de Castner la recogió recién nacida de la prisión, criándola como padre soltero” (https://www.clarin.com/internacional/nacio-carcel-mejor-clase-ahora-estudiara-harvard_0_aGpGhheyaM.html?srsltid=AfmBOor2PeLcAyMqFeKzdHTivIF2rtUSrSMCvLpGfqGnoJim0BG_UoAi).
Creo que, las palabras se quedan cortas para expresar la admiración que se puede sentir por una mujer así, quien, contra todos los pronósticos logró dar un salto que pocas personas alcanzan, y en circunstancias totalmente desventajosas; ahora, la joven se prepara para estudiar leyes en una de las mejores escuelas del orbe, y con un futuro aún más brillante, dejando una estela de superación, y convirtiéndose en un gran ejemplo.
Hace unos meses, el periódico La Nación, nos deleitó con un reportaje sobre la historia del jugador de LA LIGA, el joven Creichel Pérez (https://www.nacion.com/puro-deporte/futbol-nacional/la-desgarradora-historia-del-futbolista-que-crecio/3UJW6UQ45FAUZJUVEHBDHYO3TM/story/). Si bien, no nació en la cárcel, si padeció la pena de la ausencia de su madre, ello con tan solo cinco años, y, por si fuera poco, también vivió el desprecio de su padre, pero ahora, es un jugador de fútbol de primera división, en uno de los más importantes clubes del país, y con un futuro prometedor. ¿Cuáles eran las opciones?
Quizás, nulas. Pérez le narró al periodista Esteban Valverde que: “Mi mamá me dejó muy pequeño porque la metieron a la cárcel por intento de homicidio, entonces a mí quien me crió fue mi abuela, pero nosotros vivíamos en un cuarto cinco personas: dos tíos, mi abuela, mi hermana y yo. Todos dormíamos en la misma cama”.
Indispensable es señalar que Pérez contó con la ayuda de otra figura maternal: su abuela; y sus tías, las cuales se convirtieron en piezas claves en ese rompecabezas que llamamos vida. Ha obtenido el bachillerato, y planea estudiar una carrera universitaria, y obviamente consolidarse como atleta profesional, ejemplo para muchos niños y jóvenes que están viviendo una situación como la que el padeció.
Si bien en ambos casos las madres no significaron apoyo alguno, estoy seguro de que, en este momento en Vilma Curling, hay madres que aman a sus hijos, y desean obtener la libertad para reunirse lo más pronto posible con ellos. En el mismo sentido, madres que cuentan tristemente los días faltantes para la separación de sus bebés, esa es una de las tantas tragedias de la cárcel.
Tanto la futura abogada, como Creichel, se convierten en ese bálsamo que requerimos para entender y para agradecer las grandes bendiciones que hemos recibido. Contar con los padres, con su apoyo, amor y dedicación, son de las mayores bendiciones que un niño puede recibir. Pero, además, en tiempos donde tantos jóvenes navegan en aguas turbulentas y sin rumbo seguro, pues, el crimen organizado intenta reclutarlos, ante las falencias de una sociedad un tanto inerte y complaciente, deberían convertirse estos ejemplos en el norte a seguir para todos.