Mario Rodríguez, abogado y comunicador.
El recién pasado año se cumplieron 25 años de la conocida tragedia de Columbine. Fue un 20 de abril de 1999, cuando dos estudiantes de secundaria Eric Harris y Dylan Klebold (18 y 17 años), ingresaron en la escuela ubicada en el estado de Colorado, portando escopetas y rifles semiautomáticos y explosivos.
El tiroteo tuvo un fatídico saldo de 12 alumnos y un profesor asesinados, una veintena de heridos y una sociedad consternada por lo que se conoce como el primer tiroteo masivo en una escuela estadounidense, y el primero en ser televisado en vivo. Incluso, el cineasta Michael Moore realizó la película “Masacre en Columbine”, con la finalidad de concientizar contra la violencia, y con una férrea crítica contra la industria armamentista.
Y a partir de ese momento, han sido muchísimos los tiroteos en centros educativos, y la polémica servida durante todo este cuarto de siglo, pero, los fallecimientos de menores de edad en E.U, y en muchas partes del mundo, desgraciadamente, es cosa de todos los días, la gran mayoría calificadas como colaterales.
Lamentablemente es que, a pesar del dolor que emerge cada vez que muere una persona menor de edad; el tema de la producción, comercialización y ventas de armas anda casi a la libre en Los Estados Unidos de América, pues, desde “… el 15 de diciembre de 1791, los recién estrenados Estados Unidos de América ratificaron la Declaración de Derechos, las diez primeras enmiendas a la Constitución, que confirman los derechos fundamentales de sus ciudadanos. De este modo, la tenencia de armas quedaba al mismo nivel que la libertad de expresión, prensa, religión o reunión” (https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-61587585).
Revelador es el documental de Radio Televisión de española (RTVE), mediante su programa “En Portada”, denominado “La masacre silenciosa” (https://www.rtve.es/play/colecciones/documentales-de-tve/2052/). En este reportaje se abordó uno de los tópicos que más agitaron la pasada contienda política estadounidense, la posesión de las armas y las incontables muertes provocadas por su uso; con un Trump que apoya la tenencia casi irrestricta de armas.
Durante el año 2023, el uso de armas de fuego acabó con la vida de 2566 menores de edad en EE. UU., el doble que hace 10 años. Además, la mayoría de los disparos acaecidos en el hogar fueron accidentales, siendo, los más pequeños la mayoría de las víctimas, probablemente por temas de descuidos por parte de los padres, quienes no mantenían las medidas adecuadas para evitar el contacto con las armas.
Un detalle del poco se habla -o se olvida con facilidad- es aquel, en donde luego de un evento de esta naturaleza, son más las víctimas que sobreviven, pero, con graves lesiones que perdurarán por el resto de sus vidas, así como, las consecuencias mentales son mayores en los niños tiroteados que, en los accidentes de tránsito.
El citado reportaje es extremadamente nutrido en datos importantísimos, veamos algunos:
- Cada año se venden 17 millones de armas nuevas;
- Un 42% de la población tienen armas en EE. UU.;
- En 2023 hubo 47 mil fallecidos por arnas de fuego;
- Desde la tragedia de Columbine han fallecido 213 estudiantes en los centros educativos;
- Las armas más vendidas son las Glock 19, pistolas o rifles, AR15 300 a 400 dólares;
- En 40 estados se puede adquirir un rifle semiautomático con 18 años;
- La mitad de los menores muertos en homicidios por armas de fuego son negros;
- Las comunidades se insensibilizan ante este tipo de situaciones; pues, la cultura de las armas, todos quieren tener un arma para resolver los conflictos con violencia;
- Una epidemia de salud pública que ha crecido desde 2015;
- Los afrodescendientes y los latinos los que más mueren, la pobreza, no tienes nada que perder;
- Un 40% de aumento en suicidios con arma de fuego en USA, en la última década;
- Hay más armas que personas, 400 millones de armas, EE. UU.;
- Los tiroteos no se pueden predecir, pero, en el 90% de los casos había información de que el perpetrador era un peligro (Justin Heinze, profesor e investigador en el IFIP, Universidad de Michigan);
De esta manera, parece que no se avecinan grandes transformaciones en el control de las armas en los Estados Unidos de América, sobre todo con la victoria del republicano Trump. Por ello, quienes sí realmente se han preocupado por la problemática, han abogado por mejorar la seguridad, buscando la reducción de daños, disminuyendo el acceso a las armas, guardándolas en momentos de crisis. De esta manera, se recomienda a los padres guardar las armas, por ende, se venden con candados especiales. También, se pueden obtener maletines, candados a los maletines, o cajas fuertes con códigos.
Finalmente, desdichadamente, nuestro país no escapa de esta triste realidad, siendo que, de acuerdo con la Unidad de Análisis Criminal del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), «desde el 2014 y hasta setiembre del 2024 se contabilizan304 menores víctimas de homicidios dolosos.
De ese total, 152 fallecieron debido a ajustes de cuentas o venganzas, el 50% del total; mientras que la violencia doméstica, aunque es la segunda causa más común, registra 49 homi2cidios (16%). Luego siguen las riñas y producto de la comisión de otros delitos” (https://www.nacion.com/sucesos/crimenes/152-menores-de-edad-murieron-en-ajustes-de-cuentas/4XCLCVYZKVFQLL5J3JDLSSGRGY/story/).
A diferencia de la súper potencia del norte, en nuestro país hay controles más estrictos para el acceso legal a las armas de fuego, pero, el comercio ilegal ha evidenciado un aumento importante, lo cual, ha tenido una incidencia directa en el aumento exponencial de asesinatos de los años 2023 y 2024, debiéndose lamentar cada muerte, porque ninguna muerte es justa, pues nuestra Carta Magna en su artículo 21 reza que “la vida humana es inviolable”. En el mismo sentido, las muertes colaterales, pero sobre todo las de niños han tenido un impacto doloroso en nuestra sociedad, precisamente, por la interrupción de una vida que apenas se estaba desarrollando, dejando una estela de dolor en sus familias.
Por ello, esperemos para este nuevo año que todos los miembros de la sociedad costarricense, pongamos de nuestra parte en cada una de las facetas que nos corresponde, para así prevenir que esto siga ocurriendo. Los padres, debemos evitar comportamientos riesgosos que coloquen en peligro a los nuestros, como, por ejemplo, discutir en carretera con otros conductores, evitar tener una mala relación con los vecinos, hacer un uso adecuado de las armas de fuego con tenencia legal, y obviamente, evitar cualquier tipo de conducta al margen de la ley, evitar consumir drogas, todo en aras de obrar de forma correcta en sociedad.
