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Hispanistas estadounidenses se muestran inquietos por lo que consideran un ataque de la Administración Trump a la diversidad universitaria, la igualdad y la inclusión tras prohibir que Harvard aceptase estudiantes extranjeros y decretar el inglés como idioma oficial de Estados Unidos.
El Instituto Cervantes celebró en Madrid una nueva edición de la Tribuna del Hispanismo, dedicada en esta ocasión al hispanismo estadounidense, en la que los catedráticos participantes se han mostrado preocupados por el ataque del presidente del país norteamericano, Donald Trump, a la diversidad universitaria.
En el evento han participado los catedráticos David T. Gies, de la Universidad de Virginia; Robert L. Kagan, de la Universidad Johns Hopkins, y Antonio Niño Rodríguez, de la Universidad Complutense de Madrid.
Durante el debate, se ha puesto sobre la mesa la gestión de la Administración Trump en torno a las universidades y estudiantes extranjeros y cómo podría afectar a los estudios hispánicos. Para Gies, una persona «irritantemente optimista», la actual situación genera incomodidad en el día a día de su trabajo.

«Están atacando la diversidsad, la igualdad y la inclusión: por ley no se da beca a un proyecto con palabras de este tipo. Pero es que la profesión universitaria vive a base de la diversidad, de muchas voces y razas y gente de países de todo el mundo que viene a estudiar a español. ¿Ahora quién se va a atrever? Veremos en tres años, esto no va a durar, pero es un momento difícil», ha explicado el catedrático.
Por su parte, Kagan ha hablado de «más optimismo que pesimismo», ya que entiende que un Gobierno en los Estados Unidos «no tiene capacidad para cambiar la cultura». Ha declarado que «hay maneras de manipular y evitar esta fuerza de arriba y mantener una cierta estabilidad. Hay presión, está claro, pero a la vez hay resistencia, sobre todo en grandes ciudades y algunas universidades».
El catedrático de la Universidad Johns Hopkins ha explicado que «en Estados Unidos hay una cultura muy extendida de hispanoparlantes, allí se estudia español porque es una lengua de alcance global y eso no va a desaparecer, gracias a la importancia del peso demográfico».

Mientras, Antonio Niño ha asegurado que este giro en la política universitaria respecto a los extranjeros es «peligroso y puede tener efectos negativos». Ha querido destacar que «la cultura norteamericana es multicultural por definición, no está ligada a un modelo homogéneo, ni étnico, ni lingüístico… es una cultura de integración. Yo creía que los valores norteamericanos son los de la declaración de Independencia. ¿O es que acaso uno no puede buscar la felicidad si habla español en Estados Unidos?», ha cuestionado.
Para el historiador español, resulta «muy significativo» el decreto firmado por Trump el pasado 1 de marzo en el que se establecía el inglés como lengua oficial del país. Destaca que esto «tiene un valor simbólico, no tanto práctico, porque las instituciones federales no estarán obligadas a ofrecer información en dos lenguas. Pero sí simbólico en un contexto de persecución a inmigración y población ilegal».
Minoría numerosa
Los hispanos suponen la minoría más numerosa de Estados Unidos, con una población que, según las estimaciones de la Oficina del Censo de EE.UU., supera los 65 millones y representa cerca del 20% de la población total del país.
En esta ocasión, ha estado presente en el debate el análisis de la llegada de nuevo de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, si bien teniendo en cuenta que el voto hispano no fue «determinante» para su victoria, según recoje un estudio del Observatorio de la lengua española y las culturas hispánicas del Instituto Cervantes en Harvard.
En 2024 el número de hispanos con derecho a ejercer el voto ascendió a 36,2 millones, lo cual representa un 14,7 % del electorado total —una cifra histórica— por lo que, considerando que las elecciones en Estados Unidos pueden llegar a decantarse por menos de 100.000 votos en estados clave, la comunidad hispana puede constituir un grupo decisivo.