Mario Rodríguez*, Revista Visión CR.
Reconozco que hace algunos años le quitaba la etiqueta de “deporte” a aquellas actividades que implicaban la fuerza propulsora de un motor. Con algunos lustros siguiendo la Fórmula 1 (F1), cambié por completo de opinión, y, efectivamente, concuerdo en que un conductor de F1 es un deportista que tiene una enorme capacidad física, y ha pasado por un entrenamiento -desde niños- que pocas personas podríamos asimilar. Es más, durante una sola carrera se pueden quemar 3000 calorías, lo cual requiere de una excepcional condición física.
La magnitud de la F1 trasciende las fronteras de los países que, a lo largo de los años han sido cede de sus eventos, y, probablemente, en la gran mayoría del globo terráqueo, hay millones de personas apasionadas con el rugir de los motores de estos monoplazas que alcanzan velocidades superiores a los 300 km/h. Por ejemplo, Argentina cuenta con una de las más grandes leyendas de este deporte, el famoso Fangio (5 campeonatos), y luego de muchos años de sequía, apareció Franco Colapinto (21 años), con la escudería Williams Racing, quien ha demostrado habilidad, tanto fuera como dentro de los circuitos, pues, ha derrochado carisma, sencillez y naturalidad en las entrevistas.
La historia de la F1 ha tenido grandes exponentes, particularmente, considero a Senna (3) y a Michael Schumacher como los mejores de la historia (7 títulos), pero también, tenemos a Lewis Hamilton con 7 campeonatos, y,Max Verstappen quien recién obtuvo su cuarto título consecutivo, así que, hay mucho por escribirse en el universo F1. Quizás, uno de los “peros” para establecer al mejor corredor, es el nivel de incidencia de los vehículos en los triunfos, en donde, la fuerza del motor suele hacer la gran diferencia en el momento de establecer al ganador, aunque, obviamente, la capacidad del corredor es importantísima.
También, siempre ha habido mucha polémica cuando se designan las dos plazas para cada uno de los equipos, pues, si bien lo más importante son las condiciones del piloto, cierto es que, el tema económico tiene una gran relevancia, por ende, es importantísima la influencia mediática de los pilotos, y los “sponsors” que, puedan arrastrar a la parrilla. Por ejemplo, en ese orden de ideas, en el año 2013, el piloto español Jaime Alguersuari afirmó que «la Fórmula 1 se ha convertido en una subasta» (https://www.elmundo.es/elmundodeporte/2013/02/16/motor/1361025007.html).
Detalle curioso, los padres del argentino Colapinto vendieron su casa para enviar a su hijo adolescente a vivir solo a Italia, lo cual representanta claramente los sacrificios que implica intentar ser un piloto profesional. Mientras tanto, la otra cara de la moneda es Lance Stroll, quien es hijo del dueño de la escudería Aston Martin.
Situación interesante, la del piloto mexicano “Checo” Pérez, quien desde sus inicios contó con el apoyo de la empresa TELMEX, la misma que, es propiedad de uno de los hombres más ricos del mundo Carlos Slim, y quien, además, es amigo del corredor, y de su familia, lo cual ha permitido su permanencia en Red Bull a pesar de las críticas por su rendimiento reciente.
La llegada repentina de Colapinto, ha creado un sinnúmero de especulaciones sobre su futuro su futuro, pues, las dos plazas de su equipo ya están ocupadas, por otro lado, ante la posibilidad de que TELMEX deje su patrocinio, hay elucubraciones en torno a la posible llegada del argentino al equipo Red Bull, pero no es seguro, así que, quedan pocas opciones para verlo en el 2025, a pesar de su buen rendimiento en las carreras disputadas.
Pero, lo verdaderamente increíble con Colapinto es el efecto provocado en su país, y más allá, veamos algunos datos. En primera instancia, llega a media temporada en sustitución del corredor Logan Sargeant, debido a que este último había tenido una temporada desastrosa, con la destrucción de varios vehículos. Por ende, fue una sorpresa la designación de Colapinto, quien en un inicio logra el apoyo del productor musical Bizarrap, que abrió las puertas para que empresas argentinas se interesaran en apoyarlo (Mercado Libre, por ejemplo), pero lo inimaginable, es la reacción de su llegada a la F1.
Por ejemplo, en la carrera del circuito de Interlagos, en Sao Paulo, se logró 11 puntos de audiencia televisiva en Argentina; además, el estadio estuvo lleno de sus coterráneos, quienes colapsaron a las agencias de viajes en los días previos; también, el número de visualizaciones y de seguidores en las páginas de F1de la escudería Williams Racing, y del propio Colapinto han aumentado exponencialmente (en la semana del anuncio de su confirmación como titular en Williams cosechó 873.850 seguidores, un crecimiento del 158,29 %), al punto de que, la misma F1 ha empezado a producir contenido en español.
En el mismo sentido, la llegada de Colapinto opacó a otros corredores consolidados, y, por ejemplo, en el diario Olé de Argentina, las noticias sobre la F1 pasaron al primer lugar, incluso, por encima de las notas relacionadas a Boca y River, situación inédita en una nación que vive y come fútbol.
Es evidente el impacto de la F1 en el planeta, y Costa Rica no es la excepción, pues cada vez son más los aficionados. Incluso, hay costarricenses que viajan a los diversos eventos que se desarrollan, y, ello me lleva a pensar sí, ¿algún día podremos tener nuestro propio “Efecto Colapinto”? Pues, por qué no, ya que, el joven Evan Michelini, desde muy pequeño está enfocado en su sueño. De tan solo 17 años, si bien es italiano, vive en tiquicia desdeque tiene un año, y se siente un costarricense más. Incluso, en entrevista concedida para el diario La Nación, manifestó que “Costa Rica también es mi país, por eso quiero experimentar en las pistas de mi país”. Así que, se vale soñar y esperar que todo el esfuerzo de dejar a su familia, para correr en la Fórmula 4 en Italia, vayan a significar los pasos necesarios para contar con un “tico” en la F1.