Óscar Álvarez, politólogo y analista internacional.
Después de las políticas arancelarias del presidente Donald Trump nada será igual en el comercio internacional.
Se vive un cambio de paradigma en lo que se refiere a las relaciones económicas y comerciales de la primera potencia del sistema internacional. Aunque en la Bolsa de Valores de Nueva York ahora se refleja un mayor optimismo por la tregua comercial entre Estados Unidos, la Unión Europea y China.
El año 2025 quedará en la historia como un año típicamente disruptivo. Mientras que el año 2026 será testigo de una nueva negociación del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (TMEC).
Ingresamos en aguas de cambios profundos que aumentaron las desilusiones para unos y las esperanzas para otros y la incertidumbre para la mayoría.
Cuando ya algunos países tenían claras todas sus respuestas, les cambiaron las preguntas.
Vengo llegando de un Foro en Madrid sobre libertad y democracia y percibí a la mayoría de los participantes como atrapados entre las aguas del populismo que provienen de Cuba, Venezuela y Nicaragua y las aguas de la guerra proteccionista y arancelaria que proviene de Washington DC.
Parafraseando al estratega militar Carl Von Clausewitz, la guerra comercial es política, es la continuación de la política por otros medios, esta vez medios arancelarios.
Ahora predomina la incertidumbre y las sorpresas: aquéllos que durante toda su vida política habían promovido y defendido el proteccionismo ahora salen promoviendo el libre comercio en el mejor estilo de Adam Smith y David Ricardo.
Es muy difícil saber o predecir cual será el resultado final de todos estos cambios. Siempre ha sido difícil pronosticar el futuro. Tal vez imposible. Aunque los sabios y profetas de todas las ideologías siempre nos han vendido la idea de que ellos si conocen y saben pronosticar el futuro.
Lo que no está claro es la magnitud y la profundidad del cambio. Se trata de un ajuste para mejorar la posición hegemónica de los Estados Unidos dentro del conjunto de la economía internacional? Será viable el plan de una nueva industrialización de la mayor potencia global sobre la base de una política de aranceles? O será necesario algo más? Será necesario ese plan de industrialización o va contra todas las leyes de la economía?
Será cierto que los Estados Unidos, o buena parte de su población fue víctima de la globalización y el libre comercio? Sería cierto que el libre comercio beneficiaba más a las economías pobres y pequeñas y perjudicaba más a las economías grandes y ricas? En ese caso teníamos razón quienes promovíamos la apertura comercial para un país pequeño y emergente como Costa Rica. Aquí hay buen material de preguntas y reflexiones para las escuelas de economía.
Va a regresar el conjunto del sistema económico occidental a una especie de nuevo mercantilismo? Vamos a retomar elementos del sistema económico europeo del siglo XVII? Es decir ver el comercio internacional como un juego de ganadores y perdedores y tratar siempre de tener una balanza comercial favorable y subsidiar a las exportaciones y castigar a las importaciones con aranceles y otras barreras no arancelarias?
Vamos a volver en Costa Rica al modelo “cepalino” de sustitución de importaciones de la década del 50 del siglo pasado y abandonamos el modelo de promoción de las exportaciones y entonces nos vamos retirando de todos los tratados de libre comercio? Espero que no.
Es el proteccionismo de Trump una especie de proteccionismo a la defensiva? Es decir un proteccionismo de respuesta al proteccionismo que ya venían practicando otros actores económicos?
Se vive la transición desde la globalización y el libre comercio hacia una globalización atenuada con un componente de aranceles que nos recuerdan el sistema mercantilista del siglo XVII?
Por qué se critica el actual proteccionismo de los Estados Unidos pero nunca se criticó el proteccionismo de la Unión Europea, de China o del Mercosur?
Vamos a ser críticos de los aranceles en todos los casos o solamente si los aplican desde Washington? Son solamente preguntas para mover a la reflexión.
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI) la economía mundial está ingresando en una nueva era y aconseja a los gobiernos la mayor prudencia en el manejo de los asuntos comerciales a fin de evitar la generalización de las guerras comerciales.
Y sobre las respuestas de Costa Rica? Nos conviene pelearnos con Estados Unidos por los aranceles o mejor nos vamos a Washington y nos sentamos en la mesa de negociación para tomar un café con sus autoridades de comercio para ver si logramos que nos eliminen o por lo menos nos reduzcan los aranceles del 10% a nuestras exportaciones?
Aprovechemos la incertidumbre y la angustia que nos generan estos tiempos de cambio para reflexionar más profundamente sobre los temas más generales de la economía, el comercio internacional y la sociedad en general.
Y recordemos que en la ciencia no hay verdades finales, sólo acercamientos, hipótesis, verdades provisionales, que eventualmente nos acercan a la verdad, que nunca es final.
