La utopía renacentista que presagió los totalitarismos del siglo XX.
Óscar Álvarez Araya, politólogo y analista internacional.
Tomás Campanella puede ser considerado el precursor del socialismo utópico, el socialismo científico y el comunismo.
Tomás Campanella fue un monje dominico, escritor, filósofo, teólogo, poeta y astrólogo italiano del Renacimiento. La Ciudad del Sol, su obra cumbre, fue precursora del socialismo utópico, el socialismo científico y el comunismo.
Campanella nació en el Borgo di Stilo, Calabria, Reino de Nápoles, de familia muy humilde, el 6 de setiembre de 1568. A los 12 años ya era conocido como poeta y orador. En 1582 ingresó a la Orden de Predicadores o Dominicos, fundadores de la Inquisición. Sin embargo, como la filosofía escolástica no lo satisfacía, comenzó a seguir su propio plan de lecturas.
Por esos años entró en relaciones con el astrólogo judío Abraham, quien le inició en el mundo del ocultismo, y con Telesio, quien lo llevará al racionalismo y hará que su pensamiento sea muy crítico respecto al aristotelismo que imperaba en la academia en aquel entonces. Estas inclinaciones hacia los estudios independientes le trajeron muchos problemas con las autoridades eclesiásticas.
Tan es así que, en 1594, con motivo de sus críticas sistemáticas a la filosofía de Aristóteles, que era la correcta según la visión de la ortodoxia católica, el Santo Oficio ordena su encarcelación en Roma, donde también estaba preso Giordano Bruno, otro fraile dominico.
En 1599 fue acusado de rebelión y herejía contra la dominación española en Calabria. Después de resistir siete tormentos consecutivos, fue condenado a la pena de muerte. Según los inquisidores, él tenía como objetivo la instauración de una república teocrática en Calabria. Campanella negó los cargos y fingió demencia para eludir la condena, logrando así que se la reduzcan a cadena perpetua.
Campanella estuvo recluido en el Castel Nuovo de Nápoles durante 27 años. Desde allí, desde la humedad de su celda, escribió la mayor parte de sus más de 80 obras, incluidas La ciudad del sol, en 1602, y una defensa de Galileo durante el primer proceso contra el astrónomo.
En 1600 escribió un proyecto de estado universal, que fue rechazado por monarquía española. En 1603 sus obras completas fueron incluidas en el Índice. Después intentó establecer su idea de sociedad ideal en Calabria, pero tampoco tuvo éxito.
Cuando Campanella había cumplido ya 60 años, el Papa Urbano VIII le otorgó la libertad. Campanella se reinstaló en Roma y le propuso al Papa una reestructuración de la iglesia sobre la base de una especie de religión natural, pero sus ideas no fueron aceptadas.
Más tarde huyó a Francia, donde fue bien recibido por Richelieu y el rey Luis XIII, que le asignó una pensión. A partir de 1635, Campanella se dedicó a preparar la publicación de sus Obras Completas. En ocasión de un viaje a Holanda conoció a Descartes. Pasó sus últimos días en un convento de dominicos de París, donde falleció el 21 de mayo de 1639.
La Ciudad del Sol
Su obra principal es La ciudad del sol, escrita en 1602 y publicada entre 1620 y 1623. Se inscribe dentro de la tradición de las utopías filosóficas que se iniciaron en Grecia con La República de Platón, y siguió más adelante, en el Renacimiento, continuando con obras como Utopía de Tomás Moro y La nueva Atlántida de Francisco Bacon.
Campanella reconoce la gran influencia que tuvo en su obra la publicación de Utopía en 1516. En La ciudad del sol, Campanella describe una ciudad ideal donde la propiedad privada ha sido abolida y todos los bienes y recursos son compartidos entre sus habitantes. L a obra se desarrolla bajo la forma de una conversación entre el gran maestro de la orden de los hospitalarios y un viajero genovés, piloto de Colón, que en uno de sus recorridos por el Océano Pacífico tiene la ocasión de conocer la Ciudad del Sol, con sus costumbres e instituciones. El Genovés ubica la “Ciudad del sol” en la isla Taprobana, conocida hoy en día como Ceilán o Sri Lanka. De esta manera el texto se ubica en la era de los descubrimientos iniciada por el genovés Cristóbal Colón.
Excedente económico, comercio y trueque
En la Ciudad del Sol, todos trabajan y producen lo necesario para alimentar y vestir a todos los habitantes. Según el autor, en esa ciudad, donde casi no se utiliza el dinero, ya no existen la propiedad privada, la pobreza, las clases sociales ni las diferencias entre ricos y pobres. El excedente económico se destina al comercio con otros pueblos por medio del trueque, recibiendo a cambio otras mercancías en lugar de dinero.
Propiedad colectiva y poder de los funcionarios
En esta ciudad, la propiedad colectiva de los medios de producción y de consumo es colectiva. Un cuerpo de funcionarios está encargado de distribuir el trabajo, los bienes e incluso los honores, en un claro anticipo de lo que habría de llegar a ser el poder de la burocracia durante el siglo XX. Las mujeres de la ciudad son comunes, influencia clara de La República de Platón.
Grupos sociales y jornada de trabajo
Los trabajos fuertes de labranza y ganadería están a cargo de los hombres. A las mujeres se les reserva el cultivo de la música, por ser más sensibles. Los intelectuales se desempeñan como sacerdotes y conferenciantes. La jornada de trabajo es de cuatro horas diarias para todos por igual.
Pena de muerte y esclavitud
Existe pena de muerte para los que incurren en los delitos más graves, en particular para quienes cometen un crimen contra Dios o contra los funcionarios supremos. Si bien no existe la esclavitud, sí hay ciertas formas de trabajos forzados.
Guerra
Los solares practican la guerra como medio de defensa ante las agresiones de los reinos vecinos. Pero toda declaración de guerra debe ser refrendada por una asamblea general, una idea de tono democrático.
Religión y Astrología
Los solares honran al Sol y a las estrellas, pero sin adorarlas. Creen en la inmortalidad del alma y solo deben gratitud a Dios como padre y origen de todo. Es decir que rige una forma de deísmo, en la medida en que todos creen en un ser superior. La Astrología también desempeña un papel fundamental en la ciudad.
Poetas
Los poetas declaman loas a los más valerosos, pero no pueden faltar a la verdad de los hechos. Al poeta que finge embustes se le castiga fuertemente. Aquí es evidente la influencia de Platón.
Instituciones políticas
Existe una asamblea general en la que participan todos los ciudadanos mayores de veinte años. La asamblea general elige al Consejo de Funcionarios, un órgano para deliberar sin poder decisorio. Dicha asamblea no elige al gabinete. El gabinete está conformado por el Gran Metafísico o Sol y tres príncipes, quienes se reúnen a diario para confirmar o modificar lo acordado por la Asamblea General.
El Gran Metafísico o Sol, llamado Hoh, es la suprema autoridad, tanto en lo temporal como en lo espiritual. Su decisión es vinculante y definitiva en todos los asuntos de la ciudad. El cargo es a perpetuidad, salvo que se encuentre a alguien que sea más capaz y sea más apto para el gobierno. En este sentido, el trabajo de Campanella retoma las ideas del “agustinismo político”, tesis en boga durante la Edad Media según la cual el poder religioso tenía preeminencia sobre el poder secular.
Por lo general, el Sol surge de su grupo de 25 sacerdotes que viven en lo alto del templo, dedicados a la oración y las investigaciones científicas. Para ser Sol era necesario tener conocimientos sobre la historia de las naciones, las ciencias, matemáticas, físicas y astrológicas, la metafísica, la teología y todas las profesiones manuales.
El Sol es asistido por tres príncipes del mismo rango: Poder, Sabiduría y Amor. Poder se encarga de la guerra, la paz y el arte militar; Sabiduría entiende todo lo relacionado con las ciencias y sus cultivadores; Amor es responsable de los asuntos de procreación, educación y sanidad.
La pirámide de poder está conformada de la siguiente manera; El Sol, o Gran Metafísico, y sus tres príncipes, integran la cúspide; el Consejo de Funcionarios ocupa el sector medio; y en la base esta la Asamblea General de ciudadanos. La Asamblea puede deliberar sobre cualquier materia y tomar decisiones pero sujetas a modificación, reprobación o aprobación por parte del Gabinete. En caso de discrepancias o dudas, el Gran Metafísico o Sol toma la decisión final.
Hierocracia y comunismo
En la Ciudad del Sol, particularmente en la conformación de la Asamblea General, se nota una cierta influencia de las ideas democráticas. El Consejo de Funcionarios también tiene un papel importante, que permite hablar de una presencia de ideas afines al deísmo racionalista.
Pero en el ámbito estrictamente político, la Ciudad del Sol de Campanella es un gobierno del Sol o Gran Metafísico, quien proviene de la casta sacerdotal y ejerce el poder temporal y espiritual a perpetuidad. Es decir que se trata de una hierocracia o gobierno de los sacerdotes.
En el ámbito estrictamente económico, la Ciudad del Sol es la utopía de un sistema comunista de propiedad colectiva de los medios de producción y de consumo, así como de las mujeres. El Gran Metafísico tiene muchos puntos en común con el Filósofo Rey de La República de Platón.
Influencias y legado
El astrónomo Nicolás Copérnico introdujo el sistema heliocéntrico, previamente concebido ya por el astrónomo griego Aristarco de Samos, que sostenía que el Sol era el centro del universo. Campanella pensaba que, si el sol era el centro del universo, también debería ser el centro de la sociedad humana, y bajo esa premisa escribió su utopía La Ciudad del Sol.
Es evidente que Campanella también se inspiró en La República de Platón y en Utopía de Tomás Moro. La ciudad del sol puede considerarse precursora de autores del socialismo utópico del siglo XIX tales como Robert Owen, Charles Fourier y Saint-Simon.
La obra también contiene ideas económicas y políticas que serían retomadas en el siglo XIX por Carlos Marx y Federico Engels y serían puestas en práctica en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas entre los años 1917 y 1991, y que aún subsisten en países tales como Cuba y Corea del Norte. De manera que podría decirse Tomás Campanella fue el primer precursor del socialismo utópico, el socialismo científico y el comunismo.
Para algunos analistas, La ciudad del sol vaticina también los totalitarismos, en la medida en que los solares no solo vivían sin propiedad, sin familia, sin dinero, llevando una existencia totalmente reglamentada en sus actos y pensamientos, sino que tampoco tenían libertades políticas, derechos electorales ni libertad religiosa. Dependían por completo del poder absoluto, perpetuo y totalitario del Sol o Gran Metafísico.