Fernando Fernández, Revista Visión CR.
Una de cada seis personas tiene entre 10 y 19 años. La adolescencia es una etapa de crecimiento y formación marcada por cambios físicos, emocionales y sociales, en la que factores como la pobreza, el maltrato y la violencia pueden aumentar la vulnerabilidad a los problemas de salud mental.
A pesar de que uno de cada siete adolescentes de entre 10 y 19 años (el 14%) padece algún trastorno mental, (1) muchas de estas afecciones no reciben el reconocimiento y el tratamiento que requieren.
Los adolescentes con un trastorno mental pueden sufrir exclusión social, discriminación, dificultades educativas, mala salud física y violaciones de los derechos humanos. También pueden ser víctimas de estigmatización, lo cual puede disuadirles de buscar ayuda, e incurrir en conductas de riesgo.
Determinantes de la salud mental
La adolescencia es un período crucial para el desarrollo de hábitos sociales y emocionales fundamentales para el bienestar mental, como los patrones de sueño saludables, el ejercicio regular, la capacidad para enfrentar situaciones difíciles y resolver problemas, las aptitudes interpersonales y la gestión de las emociones. Por eso, los adolescentes necesitan contar con un entorno favorable y protector en su familia, su escuela y su entorno.
La salud mental puede verse afectada por diversos factores. Cuantos más sean los factores de riesgo a los que están expuestos los adolescentes, como la exposición a situaciones adversas, la presión social del entorno y la exploración de la propia identidad, mayores serán sus efectos en su salud mental.
Además, la influencia de los medios de comunicación y la imposición de normas de género pueden resultarles dañinas porque aumentan la disparidad entre la realidad que viven y sus expectativas o aspiraciones de futuro. Otros determinantes importantes de la salud mental de los adolescentes son el buen ambiente en el hogar y las relaciones con sus compañeros. La violencia, en particular la violencia sexual y el acoso escolar y en el grupo, una crianza muy severa por parte de los padres y los problemas graves de índole socioeconómica o de otro tipo son riesgos conocidos para su salud mental.
Algunos adolescentes corren más riesgo de padecer trastornos de salud mental a causa de sus condiciones de vida o de situaciones de estigmatización, discriminación, exclusión o falta de acceso a servicios y apoyo de calidad. Entre ellos se encuentran los que viven en lugares donde hay inestabilidad o se requiere ayuda humanitaria; los que padecen enfermedades crónicas, trastornos del espectro autista, discapacidad intelectual u otras afecciones neurológicas; las jóvenes embarazadas y los padres adolescentes o en matrimonios precoces o forzados; los huérfanos, y los miembros de minorías étnicas o sexuales o de otros grupos marginados.
Trastornos emocionales
Los trastornos emocionales son frecuentes en los adolescentes. Los trastornos de ansiedad, que se pueden manifestar como crisis de angustia o un exceso de preocupación, son los más frecuentes en este grupo de edad, y también son más comunes entre los adolescentes mayores que entre los de menor edad.
Se calcula que el 4,4% de los adolescentes de 10 a 14 años y el 5,5% de los de 15 a 19 años sufre un trastorno de ansiedad, y que el 1,4% de los adolescentes de 10 a 14 años y el 3,2% de los de 15 a 19 años padecen depresión. (1).
Los trastornos por ansiedad y por depresión pueden afectar significativamente a la asistencia a la escuela o colegio, el estudio y el rendimiento académico. El retraimiento social puede agravar el aislamiento y la soledad, y la depresión, en particular, puede llevar al suicidio.
Trastornos del comportamiento
Los trastornos del comportamiento son más frecuentes entre los adolescentes jóvenes que entre los de más edad. El 3,1% de los adolescentes de entre 10 a 14 años y el 2,4% de los de entre 15 a 19 años tienen un trastorno por déficit de atención con hiperactividad, que se caracteriza por la dificultad para mantener la atención, un exceso de actividad y conductas impulsivas. (1) Otra afección que pueden sufrir los adolescentes es el trastorno de comportamiento disocial, que se caracteriza por conductas destructivas o desafiantes y afecta al 3,6% de los adolescentes de 10 a 14 años y al 2,4% de los de 15 a 19 años. (1) Los trastornos del comportamiento pueden interferir en el rendimiento académico y aumentan el riesgo de incurrir en actos delictivos.
Trastornos de la conducta alimentaria
Los trastornos de la conducta alimentaria, como la anorexia y la bulimia nerviosas, suelen aparecer durante la adolescencia y la juventud. Afectan a un 0,1% de los adolescentes de 10 a 14 años y a un 0,4% de los de 15 a 19 años, (1) y son más frecuentes en las adolescentes que en los varones. Estos trastornos se manifiestan con conductas alimentarias anormales y preocupación por la alimentación y, en la mayoría de los casos, por el peso y la figura corporales.
Los jóvenes que presentan trastornos alimentarios ven dañada su salud y, a menudo, tienen también depresión, ansiedad y problemas con el consumo indebido de sustancias. La anorexia nerviosa puede llevar a la muerte prematura, a menudo debido a complicaciones médicas o al suicidio, y se asocia a una mortalidad superior a la de cualquier otro trastorno mental.
Psicosis
Los trastornos psicóticos, que suelen aparecer a finales de la adolescencia o principios de la edad adulta, causan síntomas como alucinaciones o delirios. Son experiencias que pueden afectar gravemente a la capacidad del adolescente para realizar actividades cotidianas y para el aprendizaje y que, en muchos casos, conducen a la estigmatización y a violaciones de los derechos humanos. Un 0,1% de los adolescentes de 15 a 19 años sufre esquizofrenia. (1)
Suicidio y conductas autolesivas
El suicidio es la tercera causa de defunción entre los adolescentes mayores y los jóvenes de entre 15 y 29 años. (2) Los factores de riesgo de suicidio son diversos: el consumo indebido de bebidas alcohólicas, el maltrato en la infancia, la estigmatización que disuade de buscar ayuda, los obstáculos que impiden recibir atención y el acceso a medios para suicidarse. Las plataformas digitales, al igual que otros medios, pueden ayudar a aplicar medidas de prevención del suicidio, pero también pueden inducir a cometer actos autolesivos.
Conductas de riesgo
Muchas conductas de riesgo, como el consumo de sustancias o las prácticas sexuales no seguras, se inician en la adolescencia. Pueden ser mecanismos que se usan para hacer frente al malestar emocional, pero pueden afectar muy negativamente al bienestar físico y mental.
Los jóvenes tienen más tendencia a adoptar hábitos nocivos de consumo de sustancias que pueden perdurar a lo largo de la vida. En 2019, la prevalencia del consumo de alcohol entre las personas de entre 15 y 19 años era elevada en todo el mundo (del 22%), con muy pocas diferencias entre sexos, y en algunas regiones se observó un aumento de este consumo. (3)
El consumo de tabaco y de cannabis son también problemas en estas edades. Muchos fumadores adultos adoptaron el hábito antes de los 18 años. En cuanto al cannabis, la prevalencia mundial del consumo entre los adolescentes en 2022 fue superior a la de los adultos, con un 5,5% frente a un 4,4%, respectivamente. (4)
Promoción y prevención
Las intervenciones de promoción de la salud mental de los adolescentes se centran en mejorar su capacidad para gestionar las emociones, enseñar alternativas a las conductas de riesgo, desarrollar resiliencia ante las situaciones difíciles o adversas y promover los entornos y las relaciones sociales saludables.
Estos programas deben diseñarse con un enfoque integral, que abarque varios canales y espacios de intervención —como los medios digitales, los centros sociales y de atención, las escuelas o el ámbito comunitario— y que se sirva de diversas estrategias para llegar a los adolescentes, en especial a los más vulnerables.
Detección y tratamiento tempranos
Al abordar los trastornos de salud mental en los adolescentes, es fundamental evitar la institucionalización y medicalización excesivas, priorizar las soluciones no farmacológicas y respetar los derechos de los niños recogidos en la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño y otros instrumentos de derechos humanos.
(1) Institute of health Metrics and Evaluation. Global Health Data Exchange (GHDx)
(2) Estimaciones Mundiales de Salud de la OMS 2000-2021
(3) Global status report on alcohol and health and treatment of substance use disorders 2024