César G. Fernández Rojas, educador jubilado.
“Hace como 420 millones de años, la vida dio su primer paso fuera del agua y se liberó de las profundidades del océano con la ayuda del oxígeno y la capa de ozono, (la vida multicelular en los océanos data de los 530 a los 520 millones de años, aunque esta discusión sobre la explosión evolutiva del Cámbrico no acaba). Las primitivas plantas que se afincaron fuera del agua probablemente descendieron de un grupo de algas multicelulares verdes que habitaban aguas dulces y que habrían migrado a ambientes terrestres, en los cuales sobrevivieron y proliferaron.
La sucesión evolutiva en todo el cuaternario (abarca el pleistoceno o época de las glaciaciones y el holoceno o época actual) – junto al plioceno o último periodo de la era cenozoica y cuya duración comprende los 2 o 3 últimos millones de años, produjo profundos cambios del clima, con una fauna precursora de la actual y la aparición de prototipos humanos-; tuvo un gran significado somático, psíquico y morfológico en la cambiante y además progresiva variabilidad del orden homínido.” (Cfr. Primeros pasos de la vida fuera del agua: cómo las plantas.https://ri.conicet.gov.ar › handle › 64209).
El libro sobre la Evolución (Steve Parker. Evolución. Toda su historia. 1ª. Edición en español. Ed. Blume, China, 2016), presenta una cuidadosa relación respecto a la transformación de los humanos primitivos, cuya evolución se cuantifica en millones de años.
Los primeros y más antiguos vestigios del origen de los humanoides u homininis aparecieron en el África hace 20 millones de años, aproximadamente. Si los 4.6 billones de años que tiene la Tierra de haberse formado fuese un año de nuestro tiempo, los humanos nacimos a las 8:00 p.m. del día de ayer.
Menciona Alice Roberts en el Prólogo de la Evolución. Toda la Historia: Desde los tiempos de Darwin ha aparecido una gran riqueza de pruebas fósiles. Por ejemplo, disponemos en la actualidad de una buena evidencia de la transición de la vida acuática a la terrestre de los primeros anfibios; de las ballenas ancestrales que realmente perdieron sus extremidades; de los dinosaurios con plumas de los que derivaron las aves; y de los homínidos, una gran familia de simios que caminaban erectos sobre sus patas traseras, que incluye el Homo sapiens. (Cfr. Steve Parker. Evolución. Toda su historia. 1ª. Edición en español. Ed. Blume, China, 2016).
A “Lucy” se le denomina la abuela de la humanidad, una Australopithecus afarensis, descubierta en Etiopía, en 1974, en Hadar, desierto de Afar, por los paleoantropólogos Donald Johanson y Maurice Taïeb; se la considera una de nuestras predecesoras más antigua, erguida y con apariencia simiesca, dentro de la familia humana (3.25 Ma).
Para Parker, antes, se descubrió el Ardipithecus de Etiopía (4.25 Ma), el Orrorin de Kenia (6 Ma) y el Sahelanthropus del Chad (7-6 Ma), hasta llegar a la línea evolutiva donde chimpancés y homínidos parecen separarse (10-7Ma).
Al Australopithecus afarensis le sucedió el Australopithecus africanus (3-2 Ma), posteriormente evoluciona el Paranthropus (2.75 Ma), le sigue el Australopithecus garhi (2.5 Ma), el Homo habilis (2.5 Ma), el Paranthopus bosei (1.75 Ma) y el Paranthopus robustus (1.25 Ma).(Cfr. Steve Parker. Evolución. Toda su historia. 1ª. Edición en español. Ed. Blume, China, 2016).
Según Steve Parker, posterior a esta clasificación aparece la línea evolutiva de los Humanos Primitivos. El grupo de los humanos, los homininis, (según la Paleontología) incluye a todas las especies del género Homo. Se considera que las especies humanas oscilan entre nueve y doce especies. Desde el inicio, los homininis fueron nómadas, recolectores y cazadores.
Se cifra, en primer lugar, al Homo habilis (2.5 Ma), de seguido el Homo ergaster (1.75 Ma), el Homo erectus (1.75 Ma), Homo antessesor (1.75 Ma), Homo heidelbergensis (hace 600.000 años), Homo neandertalensis (hace 350.000 años), Homo sapiens (hace 300.000 años), Homo sapiens idaltu (hace 160.000 años), Homo floresiensis (especie humana enana, hace 95.000 años) Homodenisovano (hace 40.000 años), los neandertales desaparecen hace 38.000 años, luego de cruzarse con el Homo sapiens.
La línea evolutiva de los Humanos Modernos se inicia hace 200.000 años con el Homo sapiens a partir del Homo heidelbergensis. Hace 120.000 años el Homo sapiensse traslada de África hacia el Oriente medio y después hacia el norte y este de Asia. Hace 60.000 años se extiende a través de Asia del sur y hace 50.000 años llega a Australia. Hace 45.000 años llega a Europa occidental y el Reino Unido como el cromañón y se cruza con los neandertales. Hace 40.000 aparecen las primeras pinturas rupestres en lugares como Europa, África y Australia; en esta época empiezan a desaparecer los neandertales. Hace 40.000 años los Homo sapiens se cruzan con los denisovanos en Asia. Hace 15.000 años el Homo sapiens llega a Siberia por el este de Asia y por medio del estrecho de Bering, llega a Alaska a través de Siberia y a las Américas. (Cfr. Steve Parker. Evolución. Toda su historia. 1ª. Edición en español. Ed. Blume, China, 2016, págs. 530-548). Fuente: Pontificia Universidad Javeriana
Dice la introducción de la Biblia católica latinoamericana: “Hace unos tres millones de años atrás apareció una raza ya bien parecida al hombre actual: éstos ya sabían tallar las piedras, en forma muy rudimentaria. Luego, como un millón de años atrás, el famoso Pitecántropo, había vencido el temor al fuego y lo usaba…
Pero luego se presentaron razas muy parecidas a las nuestras. A partir de unos 70.000 años antes de Cristo se multiplicaron los signos de una creatividad continua: progreso de las técnicas, preocupación por enterrar a los muertos, comienzos del arte…”.(Cfr.La Biblia Latinoamericana. LV edición. Ediciones Paulinas, Verbo Divino. España, Madrid, 1972. Nihil obstat: Alfonso Zimmermann C. ss. R. Introducciones, pág.8).
De la página digital SobreHistoria.es se destacan algunas características del Homo sapiens y el Sapiens sapiens: Homo Sapiens significa hombre sabio y es el nombre de la especie a la que pertenecen todos los seres humanos que viven hoy en la Tierra.
“En relación con el Homo sapiens los hallazgos arqueológicos reflejan cambios importantes en el comportamiento de esta especie: utilización de instrumentos de piedra y hueso más trabajados, cambios en las formas de cazar, uso y dominio del fuego, empleo del vestido, aumento en el tamaño de las poblaciones, manifestaciones rituales y manifestaciones artísticas, la creación de nuevos instrumentos líticos y óseos especializados, fabricación de herramientas compuestas y el despertar de las creencias religiosas.
El Homo sapiens llegó a utilizar herramientas de piedras complejas antes de lo que se pensaba y lo más importante es que transmitió este conocimiento a sus descendientes, lo que implica una capacidad de pensamiento ya complejo sobre el uso de tecnología rudimentaria. Estas herramientas reflejan mejor la capacidad de los humanos modernos para desarrollar ideas complejas y transmitirlas a sus descendientes, algo que probablemente se hacía a través del lenguaje.
El Homo sapiens trabajaba huesos y cuernos de animales para hacer agujas para coser ropa de cuero; arpones y anzuelos para pescar. También construyó canoas con troncos de árboles ahuecados para navegar por los ríos.
Con madera aprendió a hacer arcos, flechas y propulsores (un instrumento que usaba para lanzar la lanza más fuerte y más lejos). Gracias a estas herramientas, los hombres podían derribar presas grandes mientras permanecían a una distancia segura. También hizo collares con conchas, dientes y piedras de colores, o colgantes de hueso y marfil para adornar la ropa.
Con un cerebro muy desarrollado, tan grande como el del hombre actual. Y es gracias a su inteligencia que pudo satisfacer mejor sus necesidades. Poseía una gran capacidad para la asociación de ideas y de habla, derivada de su arquitectura craneal.
Poseía capacidad de adaptación, superioridad cultural y evolucionada organización social, la población de Homo sapiens pronto comenzó a crecer y a expandirse con éxito por otras regiones del mundo.
La dieta del Homo sapiens era nutritiva y equilibrada, ya que dominaban el fuego. La forma de vida del Homo sapiens los convertía en cazadores móviles, se alimentaban tanto de mariscos como de pescado, pasando por grandes mamíferos como los bóvidos, renos, mamuts o rinocerontes. Conocía la existencia de plantas para uso medicinal y curativas.”(Cfr.Proceso de hominización y predecesores del Homo Sapiens.sobrehistoria.eshttps://sobrehistoria.es › proceso-de-hominización-y-pr…).
La periodista Irene Rodríguez escribió en el periódico La Nación sobre el Premio Nobel de Medicina, concedido el 3 de octubre 2022, sobre cómo descifró el genoma de los neandertales el sueco Dr. Svante Pääbo, paleogenetista, quien es el ‘padre’ de la paleogenómica y sus estudios sobre homínidos prehistóricos, los cuales han dado nuevas pistas sobre los ‘Homosapiens’.
Rodríguez relata que el costarricense, Dr. Felipe Mora Bermúdez, es biólogo molecular y trabaja en el Instituto Max Planck en Alemania, donde constantemente colabora con el premio Nobel de Medicina 2022, Svante Pääbo. Mora expone:
“Cuando el equipo de Svante tenía ya lista la secuencia completa y de alta cobertura del genoma de los neandertales, surgió la posibilidad de hacer proyectos para ver si las diferencias genómicas que ellos habían encontrado tenían también alguna importancia fisiológica.
Es decir, no solo que fueran diferencias en las bases del ADN que ellos ya habían visto, sino que también fueran diferencias que tuvieran algún impacto en la biología celular o en la fisiología del cerebro y condujeran a diferencias entre nosotros y nuestros “primos” neandertales y denisovanos.
La base fue el trabajo espectacular que Svante y su equipo hicieron para secuenciar genomas (analizar gen por gen) de seres humanos arcaicos. Un avance espectacular, que es difícil de creer que haya sido posible. Es ADN que se obtenía de fósiles. Ya con esos genomas, era sencillo compararlos con el genoma de nosotros, los seres humanos modernos y ver si había diferencias.
Trazar el mapa genético y descifrar el genoma de quienes nos antecedieron en tiempos prehistóricos parece tema para una novela de ciencia ficción. Sin embargo, el mundo conoce, gen por gen. cómo eran los neandertales, y en su paso por este descubrimiento, también conocimos de otro homínido llamado denisovano.
Hay algo que es muy claro. Con los neandertales y denisovanos tenemos, por mucho, muchísimas más similitudes que diferencias. Somos realmente muy parecidos a ellos. Las diferencias son pocas, mínimas. Pueden ser diferencias importantes, pero tenemos mucho en común con ellos.
Sería muy interesante saber por qué fue que se extinguieron y cómo es que nosotros logramos sobrevivir, para comprender más qué es lo que nos tiene aquí y ver los riesgos para nuestra supervivencia y existencia futura.” (Cfr. Irene Rodríguez. La Nación. Salud. El Tico que trabaja con el Nobel de Medicina. 5 de octubre 2022).
El representante del Homo sapiens más antiguo es el hombre de Neanderthal (Alemania). Antigüedad, de 150.000 a 200.000 años.
En la precitada entrevista también se destaca que la adaptación de la dieta al clima dio ventaja al hombre sobre el neandertal. “De acuerdo con las investigaciones de Pääbo y su equipo, los neandertales, denisovanos y Homo sapiens sí tuvieron una vida en común más íntima y sí tuvieron hijos, por lo que sí hay pequeños rasgos o segmentos genéticos en común. Por ejemplo, tenemos entre un 1% y un 2% de genes neandertales y entre un 1% y un 6% de denisovano.
Sin embargo, también hay rasgos que nos hacen únicos. Dentro de los genes que no son comunes con las otras especies, alrededor de 3.000 se están en “regiones reguladoras”, que podrían ser clave en el funcionamiento de nuestros cuerpos, mentes y comportamiento, alrededor de 30 afectan sitios de expresión de los genes y alrededor de 100 afectan regiones que codifican proteínas, y podrían alterar la composición de aminoácidos.”(Cfr. Irene Rodríguez. La Nación. Salud. El Tico que trabaja con el Nobel de Medicina. 5 de octubre 2022).