Por Carlos Fernández Mora, escritor y periodista.
Don César Nieto Diez, hombre de acción, sincero, y periodista de pluma diamantina, fue durante muchos años Cónsul de Costa Rica en Barcelona.
Cultivó sinceramente la amistad de dos bohemios incorregibles: Rubén Darío y Aquileo J . Echeverría a quienes por mucho tiempo los tuvo hospedados en su casa de Barcelona. A nuestro gran poeta vernacular lo asistió hasta en sus últimos instantes de su muerte. Hay quien asegura que Aquileo murió en los brazos de don César Nieto Diez.
Fue precisamente cuando Echeverría trataba de hacer la tercera edición de «Concherías» en Barcelona y consultaba personalmente todo lo relacionado con la edición con su gran amigo el señor Nieto Diez .
En cierta ocasión, con motivo del regreso a Costa Rica del periodista Nieto Diez, tronco de una familia distinguida de Costa Rica en la que figuran, sobre todo, singulares artistas como César Nieto Casabó, Profesor de Música, doña Carmen Madrigal Nieto, pintora y César Nieto Gólcher, periodista, nuestro genial Aquileo, siempre agradecido, escribió la sugestiva quintilla que, una vez más exhibe su fecundidad poética, sobre todo, en el juego de palabras, pleno de humorismo:
A don César Nieto
San José.
Tan bien el mar te ha sentado
y vienes tan remozado
que puede decirse que,
el César que ha regresado
es nieto del que se fue.
*caricatura de Noé Solano.