Fernando Fernández, Revista Visión CR.
Una reciente investigación encabezada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) encontró que las vacunas de 14 enfermedades diferentes han salvado aproximadamente 154 millones de vidas en los últimos 50 años.
El estudio, dado a conocer hace apenas unas pocas semanas, advierte que la mayoría han sido de niños menores de 5 años y cerca de dos tercios de niños menores de 1 año.
En 1974, la Asamblea Mundial de la Salud lanzó el Programa Ampliado de Inmunización con el objetivo de vacunar a toda la niñez contra la difteria, el tétano, la pertussis (tosferina), el sarampión, la poliomielitis, la tuberculosis y la viruela para 1990.
El programa luego fue expandido para incluir otras enfermedades.
La modelización, que marca 50 años desde que este programa se estableció, demuestra que un niño menor de 10 años tiene casi un 40% más de probabilidad de llegar a su siguiente cumpleaños comparado con lo que pasaría si no tuviéramos vacunas.
Una persona mayor de 50 años tiene un 16% más de probabilidad de celebrar su siguiente cumpleaños gracias a las vacunas.
Qué demostró el estudio
Los investigadores desarrollaron modelos matemáticos y estadísticos en los que ingresaron datos de la cobertura de vacunas y cifras de población de 194 países entre los años 1974 a 2024. No todas las enfermedades se incluyeron (por ejemplo la viruela, que fue erradicada en 1980, quedó excluida).
El análisis incluye las vacunas de 14 enfermedades, 11 de las cuales estaban incluidas en el Programa Ampliado de Inmunización.
Para algunos países, vacunas adicionales como las de la encefalitis japonesa, la meningitis A y la fiebre amarilla fueron incluidas, ya que estas enfermedades contribuyen a una grave carga de trastornos en ciertos ámbitos.
Las modelizaciones se usaron para simular la propagación de las enfermedades desde 1974 hasta ahora, a medida que las vacunas eran introducidas, para cada país y grupo etario, incorporando los datos con el incremento de la cobertura de vacunas a lo largo del tiempo.
Los niños son los grandes beneficiados de las vacunas.
Desde 1974, las tasas de mortalidad en la niñez antes de cumplir su primer año se han reducido en más de la mitad. Los investigadores calcularon que casi un 40% de esta reducción se debe a las vacunas.
Los efectos han sido mayores en los niños nacidos en los años 80 debido a los esfuerzos intensos que se hicieron globalmente para reducir la carga de enfermedades como el sarampión, la poliomielitis y la tosferina.
Un 60% de los 154 millones de vidas salvadas hubieran sido perdidas al sarampión. Eso se debe probablemente a la habilidad de la enfermedad para propagarse rápidamente. Un individuo con sarampión puede contagiar a entre 12 y 18 personas.
El estudio también encontró algunas variaciones en diferentes partes del mundo.
Por ejemplo, los programas de vacunación han tenido un impacto mayor en las perspectivas de vida en países de bajos y medianos ingresos y en entornos con sistemas de salud más débiles como en las regiones del este del Mediterráneo y África.
Estos resultados resaltan el papel importante que juegan las vacunas en la equidad sanitaria.
El éxito de las vacunas no está asegurado
La cobertura de vacunaciones baja o en declive puede resultar en epidemias que pueden devastar las comunidades y abrumar los sistemas de salud.
La pandemia de covid, en particular, vio una reducción general de la cobertura de vacunación contra el sarampión: de un 86% de la niñez que había recibido su primera dosis en 2019 a un 83% en 2022.
Eso es preocupante porque es necesario alcanzar altos niveles de cobertura de vacunación (más del 95%) para lograr la inmunidad de rebaño contra el sarampión.
En Australia, la cobertura de vacunación de niños, incluyendo contra el sarampión, las paperas y la rubeola, ha decaído comparado a datos de antes de la pandemia.
Este estudio es un recordatorio de por qué necesitamos continuar vacunando, no sólo contra el sarampión, sino contra todas las enfermedades para las que tenemos vacunas seguras y efectivas.
Los resultados de esta investigación no nos cuentan toda la historia del impacto de las vacunas.
Por ejemplo, los autores no incluyeron los datos de algunas vacunas como la de la covid o del VPH (virus del papiloma humano).
Además, como en todos los estudios de modelización, hay algunas incertidumbres, ya que los datos no están disponibles para todas las épocas y países.
Sin embargo, los resultados muestran el éxito global de los programas de vacunación a lo largo del tiempo.
Si queremos seguir viendo vidas salvadas, necesitamos seguir invirtiendo en las vacunaciones a nivel local, regional y global.