Por Carlos Fernández Mora, periodista y escritor.
Uno de los grandes placeres del recordado Profesor don Carlos Gagini era fumar buenos puros. Sus amigos, que lo sabían, le obsequiaban cajas de puros de las más finas marcas de Cuba.
Fue don Carlos Gagini un hombre que dejó muy gratos recuerdos a su paso por la Dirección de los Colegios de Segunda Enseñanza, de la Imprenta y de la Biblioteca Nacional. Todos los cargos que desempeñó los supo dignificar y enaltecer con su talento y probidad.
Como escritor, muchas de sus obras han sido declaradas como textos oficiales en escuelas y colegios. Fue don Carlos un escritor fecundo.
Encontrándose una vez parado en la esquina del Almacén Juan Knohr Hijos, en la Avenida Central, que fuera la «Librería Las Américas”, un muchacho como de siete años de edad, le dice:
—»¿Señor: quiere darme fuego?».
El Profesor Gagini, sin quitarse el puro de la boca, le contesta al atrevido muchacho:
—»Enciende tu cigarrillo, muchacho».
—»¡Es que no alcanzo, señor!».
Y el gran educador y lingüista, de manera terminante, y dándole a sus palabras un sentido moralista, le responde:
—“¡Entonces, cuando alcances fumarás!”…
*caricatura de Noé Solano.
