Luis Ramírez, exdiputado.
El pasado lunes 5 de Mayo tuvimos que escuchar un aparente informe de labores del presidentede la República, el cual en realidad solo fue una arenga de campaña digna de una plaza pública.
Lo sucedido ya es un hecho histórico. Los hechos históricos no siempre son buenos. Algunos han resaltado por sobre la normalidad, por lo negativos,dañinos y faltos a la ética. Hace unos días precisamente Costa Rica debió soportar la escucha de uno de estos deslucidos discursos.
En el Plenario Legislativo habían concurrido las altas autoridades que conforman nuestro gobierno, democrático, republicano y sobre todo con reglas elementales del respeto al balance dentro del gobierno, a la división de poderes.
En ese balance entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, emerge el Poder judicial que se constituye en un tipo de “Primus Inter pares”. El poder legislativo hizo presencia y se aprestó a escuchar el Informe. El Poder Ejecutivo debió haber presentado un informe del Estado de la nación. Y el Poder judicial fue insultado. Y el cuerpo diplomático irrespetado.
Pero, tan solo habían pasado algunos minutos desde el inicio del informe y rápidamente se percibió el estilo de plaza pública. El cuerpo Diplomático internacional acreditado ante el Gobierno de Costa Rica debió estar perplejo. Quizá nunca habían asistido a una expresión de esta naturaleza. La pose del presidente se caracterizó por no tener argumentos de formación humana, ni ética, ni formación académica que no sean sus números, sin respetar el valor de una sociedad que merece respeto.
Ni siquiera cumplió con su deber de informar a los ciudadanos del avance de su gobierno. Casi simultáneamente criticó a los miembros de los poderes de la república de hacer discursos, citand oautores de nuestra cultura occidental, señalándolos como anacrónicos y faltos de interés.
Con ello su mensaje se ajustaba a aquel adagio popular que dice: “dime de qué presumes y te diré de que careces”. Procedió a hacer una arenga política. Utilizó la técnica moderna de los videos. Olvidó que los videos son ilustrativos y no necesariamente explican la verdad. Los videos no hacen elaboración de inteligencias como lo explicaba Tomás de Aquino. Solo son imágenes. Quien daba el discurso sobre los videos era el relator y no el presidente.
El relator de los videos es el mismo que le elabora la campaña política a sus allegados. Es decir escuchamos el informe del relator. ¡Qué pena! Quizá el cuerpo diplomático presente se sintió desubicado ya que ellos no son parte del electorado. Y como los insultos siempre son parte de la retórica del presidente, en este informe no podían faltar. “Dime que presumes y te diré de que careces”.
Cuando el presidente critica los discursos formales, en realidad lo que quiere ocultar es su falta de formación política, su falta de formación en valores, su falta de humanismo, su falta de respeto a la institucionalidad de un país que por tantos años hemos construido los costarricenses a base de luchas contra irrupciones de la naturaleza de la que hoy vivimos.
¿Los temas de fondo? Desaparecidos. Las muertes de los costarricenses que son el punto más doloroso que vivimos. Los niños inocentes asesinados y heridos, no fueron de importanciapara el presidente. Los ocultó. Pero si arengó a que los ciudadanos votaran por cierta cantidad de diputados para hacerle la cohorte a sus propuestas anti institucionales.
Ante la falta de argumentos para hacer un discurso de altura, aparecieron las frases estridentes, altisonantes, tratando de sustituir los argumentos con frases casi a gritos, que solo muestran su falta de formación, incapaz de elaborar argumentaciones.
Pero ese es el presidente que dio el pasado lunes su informe de labores, lo que en realidad no fue un informe verdadero. Era en realidad una arenga de campaña político electoral. Arroparse en no pedir el voto para alguien, no es suficiente para decir que no se participa en política. Este sí fue un discurso de campaña política. Fue una típica arenga de plaza pública.
Disculpen los representantes de los supremos poderes de la República por esta diatriba. Disculpe el cuerpo diplomático presente por haber tenido que escuchar las frases altisonantes y observar la falta de ética y de razonamiento. Costa Rica no es así.