Edadismo: perjuicio social en detrimento de la población mayor

Edadismo: perjuicio social en detrimento de la población mayor

Fabián Trejos Cascante, Gerente General de AGECO.

Recientemente la Asociación Gerontológica Costarricense (AGECO) fue copartícipe de un importante conversatorio organizado por la Junta de Salud del Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología. La actividad denominada “No al edadismo, rostros de la experiencia” contó con panelistas de alto nivel quienes presentaron importantes consideraciones sobre el tema que quise recopilar en este artículo ya que toda la población debería conocerlo y atenderlo con urgencia por el bien de nuestra sociedad presente y futura.

Edadismo: un problema social que afecta a las personas mayores – ¿Hoy dónde estamos?

A toda edad y sin distinciones, somos personas ciudadanas con derechos. No obstante, en nuestra sociedad, los efectos del edadismo limitan y hasta obstaculizan el disfrute pleno de la vejez. Diariamente nos enfrentamos a conductas, pensamientos y actitudes generalizadas y naturalizadas de agresión, violencia y falta de respeto. Esto va en detrimento de los derechos de las personas adultas mayores, conductas contra las cuales se debe de luchar propiciando cambios culturales o bien, utilizando herramientas legales.

Una sociedad debe ser justa, inclusiva y solidaria, no obstante, el edadismo se vive y se experimenta en múltiples formas diariamenteLas acciones, expresiones y circunstancias que se generan de manera consciente o inconsciente alcanzan un impacto profundo en la población mayor. La lucha contra el edadismo no es solo un acto de justicia, es una acción vital para el futuro de nuestra sociedad y de todas sus generaciones.

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El edadismo es la forma en la que pensamos, sentimos o actuamos respecto de la edad, y esto puede afectar nuestra propia concepción y la de otras personas. En relación con la edad, surgen estereotipos, prejuicios y discriminación y con ello surgen graves consecuencias para la salud, el bienestar y los derechos humanos de la población mayor. Puede presentarse desde la manera más sutil hasta la más evidente como es el caso de negarle una cita médica domiciliaria a una persona enferma, cobrar sobreprecios en servicios públicos, generar comentarios discriminatorios o excluir a personas en puestos vacantes por su rango de edad.

El edadismo incluye estereotipos (la forma en la que pensamos) que en muchas ocasiones se presenta como inferencias y generalizaciones respecto de nuestra percepción sobre otras personas. El edadismo también genera prejuicios (cómo nos sentimos con lo que pensamos, reacciones emocionales o sentimientos de carácter positivo o negativo) y discriminación (conducta o trato que responde a preconcepciones sobre la edad).

Al hablar de edadismo podemos vivirlo en tres formas: desde el ámbito institucional, o bien el edadismo auto infligido y el interpersonal. En materia institucional se entiende como la aplicación de leyes, regulaciones, normas sociales, políticas y prácticas de instituciones que limitan injustamente las oportunidades de las personas en función de su edad. Es el caso de una persona a la que se niegue una cirugía médica o un servicio bancario. Debido al edadismo es frecuente encontrar sesgos en la recopilación de datos y estadísticas de la población al excluir a las personas adultas mayores.

EDADISMO DISCRIMINACIÓN HACIA LOS MAYORES

El edadismo interpersonal se presenta cuando hay interacción entre dos personas o más se y se pueden evidenciar conductas tales como las faltas de respeto o, caso contrario, acciones de sobreprotección que limitan los derechos de la población mayor.

El edadismo autoinfligido es aquel que debido al auto concepto personal surgen conductas de autolimitación, angustia, depresión y hasta limitación de las decisiones y acciones en la vida cotidiana.

Nuestro quehacer diario puede responder a preconcepciones de edadismo. Por ejemplo, existen personas que se refieren a la población mayor empleando palabras en diminutivos. Hay quienes deciden ocultar las canas, o emplear el término viejo (a). También hay edadismo cuando se niega el derecho o la capacidad de aprendizaje, al negar la edad que se tiene y cuando se excluye a personas mayores de actividades familiares, solo para mencionar algunos ejemplos.

La mezcla de estos tres factores: estereotipos, prejuicios y discriminación se aprende en el seno del hogar desde nuestra infancia. Gracias a estas conductas se afectan aspectos vitales de la vida de las personas como la toma de decisiones, las oportunidades de atención, la calidez en la atención, la inclusión en la investigación, la formación profesional y las oportunidades de empleo, entre otros. Esto incide en ámbitos como el legal, el acceso a vivienda, el financiero, el tecnológico y la atención de emergencias. Genera un impacto directo en la calidad de vida disminuyendo la autoestima, la esperanza de vida, empeorando la salud física y mental y generando una recuperación lenta de enfermedades o padecimientos, entre otros.

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Los conceptos o imágenes asociadas a la población mayor también influyen en el edadismo al presentar preconcepciones que se generalizan, como es el caso de pensar que todas las personas mayores son frágiles. Comentarios en redes sociales, fotografías; términos empleados en los medios de comunicación y hasta conceptos mercadológicos de marcas también pueden reforzar los estereotipos. Esto invisibiliza sus necesidades, su diversidad social, sus derechos y contribuye a la exclusión personal y social.

El edadismo impacta la salud mental y el bienestar psicológico.Las personas que enfrentan la vejez y en especial situaciones de abuso, faltas de respeto y manifestaciones de edadismo pueden ver afectación en la autoestima y presentar cuadros de depresión y de ansiedad. Cuando existe aislamiento social surge soledad y con esta puede haber deterioro funcional y pocas o nulas relaciones sociales. Las personas se sienten rechazadas, marginadas, con ansiedad y preocupaciones por su salud, sienten miedo de ser ignorados(as) y hasta pueden enfrentar sentimientos asociados a la muerte. También pueden aparecer molestias físicas y cuadros médicos tales como la pérdida de apetito, colon irritable, osteoartritis o polifarmacia.

Edadismo o discriminación por edad

La población mayor tiene derecho a recibir educación en edadismo, a reforzar la autoestima; a recibir terapia psicológica y apoyo emocional. Se requiere de cohesión social, de una cultura de conexión, con mejor infraestructura, políticas públicas acordes, oportunidades tecnológicas y más conocimiento para respetar y mejorar las condiciones de este grupo etario.

Construir una sociedad sin edadismos implica conocer y exigir los derechos que corresponden. No es pedir un favor, es el cumplimiento de derechos humanos. Es necesario develar la discriminación y la violencia y denunciarlas y evitar relaciones desiguales de poder. Se debe luchar contra la construcción de patrones sociales y la creencia de que las personas mayores ya no son útiles, no se actualizan, no se adaptan al cambio, son malhumoradas, son menos creativas y piensan con antiguas concepciones; no aportan y no son capaces de evolucionar, entre otros mitos. Se requiere inclusión social, económica y política para esta población.

El Estado está obligado a prevenir, sancionar y erradicar la discriminación y el cumplimiento de las leyes y velar por el cumplimiento de las medidas afirmativas (derechos especiales para esta población), debe de atender las medidas legislativas, auditar el servicio de las instituciones públicas y propiciar y consolidar la participación social (caso de Gobierno Abierto).

La población tiene derecho a una vida digna, en igualdad de oportunidades y sin discriminación, con autonomía, independencia, con trato amable, con facilidades de accesibilidad, garantías de salud, servicios para la recreación, esparcimiento y deporte.

Importancia de Actividades Recreativas en la Vejez

Es fundamental combatir el edadismo promoviendo una visión más realista y positiva del envejecimiento. Para ello, se deben implementar políticas públicas que protejan los derechos de las personas mayores, fomentar espacios laborales inclusivos y garantizar una atención médica equitativa. Asimismo, es necesario sensibilizar a la población desde edades tempranas para quebrar los mitos sobre la vejez y reconocer el valor de la experiencia y el conocimiento acumulado a lo largo de los años.

El envejecimiento es un proceso natural que todos experimentaremos. Construir una sociedad que valore y respete a sus mayores es una inversión en el bienestar colectivo. Solo así podremos erradicar el edadismo y avanzar hacia un mundo más inclusivo para todas las generaciones.

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