Carlos Manuel Echeverría Esquivel, exprofesor de Ciencias Políticas, UCR.
En mis años mozos, tuve oportunidad de estudiar sistemas económicos comparativos y economía soviética en la Universidad de Harvard, en Cambridge, EEUU, en 1976. Francamente los socialistas en esos tiempos eran otra cosa y la afirmación incluye a quienes dirigieron insurgencias.
Este artículo no pretende ser más que pinceladas sobre quienes esgrimen hoy en día ser socialistas. Lo escribí porque me pareció útil hacerlo. Por supuesto que, si alguien se da por aludido, con gusto le invito a un café. No se trata de herir susceptibilidades; se trata de alertar hasta a los mismos socialistas sobre su condición.
No quiero caer en el error de mucha gente de derecha y hasta de centro derecha, de meter a todos los socialistas en la misma canasta, generalmente la estalinista.
Esto es un error que afecta negativamente la contribución que mucha gente valiosa “de izquierda” podría hacer, como fue el caso de Costa Rica, donde hasta el líder comunista, pero con pensamiento criollo, Manuel Mora Valverde, hizo valiosas contribuciones para consolidar la paz costarricense y contribuir a crear la Costa Rica progresista, que lamentable hoy “hace aguas”. Más connotado aún, el caso de Pepe Mujica, nuestro Nelson Mandela latinoamericano.
Es evidente la falta de valores éticos o las deficiencias formativas en el hogar y en la educación formal de quienes, desde el estado, a menudo apuntalados por personas de igual o peor calaña desde el sector privado, han logrado desde plataformas con ribetes socialistas, apropiarse ilegalmente de cuantiosos recursos estatales o por mala gestión los han dilapidado. Han saboteado la economía mixta que nos funcionó bien por varias décadas.
Era sabroso en los años de mi formación y los de mi primera participación en un gobierno, a los 25 años, así como cuando impartía clases en la Escuela de Ciencias Políticas de la UCR, el debatir con profesores y estudiantes que profesaban ideas de izquierda y las fundamentaban.
En Yugoeslavia, país al que fui varias veces en esos años, que había desarrollado su socialismo autogestionario, debatíamos sobre las ideas de Edward Kardej asimiladas por Josif Broz Tito vis a vis las demócrata cristianas, mi divisa.
Hoy en día la cosa es distinta: la gente de izquierda que lidera, en general por supuesto pues hay excepciones, no es capaz de articular argumentos de peso en favor de su filosofía.
La gente más extrema, no parece tener nociones claras del marxismo, de su dialéctica, del materialismo histórico y de cómo los cambios en el modo de producción afectan las relaciones sociales. Voy a concentrarme en los socialistas tendencia autoritaria y no los social demócratas, pues estos encajan dentro de otra esfera, en el marco de la democracia representativa y pluralista. Lo mismo diría de los social cristianos de izquierda.
Mi estudio de la economía soviética con el profesor Evsey Domar y la comparación con otros sistemas de organización económica, así como de las nociones básicas del marxismo, me hicieron rechazar de cuajo los postulados de la economía soviética, cuyo mecanismo de precios, la prevalencia de la planificación centralizada, la forma de asignar prioridades privilegiando desmedidamente el consumo social sobre el individual, la determinación de las cifras de acumulación e inversión pasando por un autoritarismo desmedido y a veces inhumano, el desarrollo estructuralista enfocado sin tomar en cuenta con la seriedad debida las ventajas comparativas y menos las competitivas, dinámicas como lo son en el marco de la economía de mercado regulada.
No se puede dejar de lado la naturaleza de la remuneración personal, la apropiación desmedida y arbitraria de la plusvalía por parte del Estado, todo esto como expresión de la idea prevalente de lo que se llamaba socialismo científico.
Sobre estos temas se conversaba en esos tiempos y muchos socialistas sabían de qué estaban hablando o al menos tenían nociones, aunque erraban conceptualmente. Al menos había ideas detrás de los planteamientos.
Hoy cuesta encontrarlas y la mayoría de los que ejerciendo liderazgo expresan ideas sociales, demuestra poco estudio, poca formación y una patología de hacerse con el poder, ejercerlo autoritariamente para que no “los bajen”, más que para establecer un esquema alternativo de desarrollo socio económico. Da la impresión buscan más que todo sacarse un clavo personal con la vida y montarse en el poder generador de riqueza, comoparte de las nomenklaturas tropicales en desarrollo. De hecho cuando se autoconsumió el modelo soviético y cesaron los aportes de la URSS a los movimientos socialistas en AmLat, muchos de sus integrantes quedaron desvalidos, extraviados, huérfanos, en el mundo de los modelos económicos… en el limbo.
Favorecen la emigración: menos bocas que alimentar y remesas que ingresan. Lo veo en varios países en América Latina, aunque también veo gente de izquierda seria, no populista y comprometidos con el juego democrático, caso de Chile, Uruguay y el Ecuador de Correa, que, al fin y al cabo, entregó el poder cuando su candidata perdió. En otros, a nombre de un concepto demagógico sin contenido llamada Socialismo Siglo XXI, que era en realidad una billetera nutrida por mucho petróleo comercializado a 150 US$ el barril (precio variable de referencia), lo que veo son desastres económicos en que se privilegia el atacar la emprendeduría y las empresas no estatales.
Se promueve su destrucción, sin entender evidentemente que el factor gestión capitalista es el que combina los factores de producción, capital, tierra, trabajo y tecnología, para generar valor productivo y competitivamente, parte del cual va al estado según la política fiscal vigente y parte en justa plusvalía, si no es desmedida y eso se previene legislando.
Los nuevos socialistas, analfabetas económicos en su mayor parte, no pueden manejar el concepto de plusvalía excepto cuando se la dejan ellos…el caso por ejemplo de la piñata sandinista. Hugo Chaves, en su barbarie, nacionaliza empresas privadas sin ton ni son, subía salarios y congelaba precios. Claro, como en Venezuela el estado manejaba más del 90% de la exportación a altos niveles de producción petrolera , no como ahora, antes era fácil hacerlo, pero sus consecuencias han sido terribles.
Lenin desvirtuó el paradigma marxista, hoy en todo caso superado porque el capitalismo incipiente de sus tiempos, al madurar, no se comportó como Marx esperaba, porque los bolcheviques se empeñaron en “comunizar” en base a soviets que nunca funcionaron, primero a Rusia y luego al imperio. Así mismo, Lenin creí que al poder se llegaba hasta por la toilette; abandonarlo jamás. Hay varios ejemplos de ello en AmLat, donde los gobiernos dizque de izquierda, terminan siendo dictaduras corporativistas.
Luego vino Stalin, a quien tanto le debemos con el pueblo ruso que se sacrificó por el mundo ante el embate hitlerista, pero que terminó de liquidar con su forma de ejercer el poder, la visión marxista de “don Karl”, la que creo, ya ha perdido vigencia, si es que en algún momento la tuvo. Lo que sí dijo Marx inequívocamente, es que la dictadura del proletariado, sobre el proletariado dicen algunos, se daría en los países capitalistas más avanzados luego de varios ciclos de abundancia y depresión, no en semi feudales como Rusia, los africanos posteriormente y varios de América Latina.
La visión marxista, que considero errada, en todo caso era liberalizadora, nunca esclavizante, como sucede actualmente en negación de los DDHH más elementales y con pésimo manejo económico, al desdeñar despreciativamente la lógica económica, así como su necesario manejo prudente y pretender que la economía es mágica, economía vudú me gusta llamarla. Algunos socialistas inclusive, se han dado cuenta de que manejar la economía con prudencia, les favorece. Eso después de que han llevado a el pueblo al infierno.
Hoy en día, círculos de juventud que quieren participar en política, se jactan de que no tiene ideología y lo ven como una virtud. El no tener una forma de ver la vida, que es la definición fundamental de laideología, deja a cualquier ser humano en el desamparo y previene la existencia de partidos permanentes sólidos, los que se enfrentan a los “taxis electorales”. Los nuevos socialistas promueven la actitud anti ideológica y el pragmatismo, pues eso facilita el poder destruir las democracias como lo hacen ahora. Las carcomen desde adentro, legitimados por haber sido electos. Que diferencia con un gran marxista como lo fue Enrico Berlinguer en Italia, que nunca quiso ser gobierno porque no sentía que no le había llegado la hora al marxismo.
Ciudadanos sin ideología y formación deficiente, como se sabe sucede hoy en día, son fácilmente manipulables por los pseudo socialistas con mensaje opaco. Hace poco, en la UCR, en la presentación de un valioso libro, un vicealcalde de corte de izquierda indefinida, empezó su discurso hablando de las injusticias sociales, mientras, pensaba este servidor, que se olvidaba de su salariazo, producto de la inmoral forma en que en Costa Rica se calculan los abultados salarios de los alcaldes y vice alcaldes, sinvergüenzada que en Costa Rica se volvió norma en cualquier instancia donde se pudiera abusar, promovido el desaguisado en muchos casos por mentes con desatinos socialistas .
Grave la indefinición ideológica de partidos de izquierda como el Frente Amplio, por ejemplo. O porque no tienen claridad ideológica o por estrategia política, su indefinición se vuelve en una peligrosa ilusión ciudadana, ciudadanía que no parece estar facultada para ejercer como tal, en forma plena. Peligroso tomarlos en serio si no se sabe de su motivación final. Se llegan a dar cuenta de que el socialismo aplicado a la producción es un fracaso. Entonces, terminan aceptando la empresa privada, uniéndose a ella por conveniencia, pero imponiendo el autoritarismo propio del leninismo.
Es menester tener ideología, cuya definición incluyo al final de este ensayo, precedida por una referencia a Molnar y su libro “La izquierda vista de frente”, que leí en los años setenta. Invito a los jóvenes a fortalecer su concepción ideológica y reflexionar si les conviene dejarse manejar por gente por lo general resentida, con carencias de formación y que, aun así, pretenden errada o cínicamente manejar socio-economías en forma políticamente aceptable o crear oportunidades de desarrollo sostenidas por capacidad competitiva y empresarial incremental. Mejor pensar en una formación que genere capacidades y valores, ciudadanos en el pleno sentido de la palabra, factores de progreso económico social, más que operarios de máquinas por un lado y consumidores por el otro.
El desafío del capitalismo y su correspondiente democracia republicana liberal, es el funcionar para todos y mediante el desarrollo del mercado accionario o el cooperativismo autogestionario. generar un capitalismo de propietarios. La propiedad estatal ya no se justifica al nivel de antaño y en Costa Rica, como aquella es de todos y de nadie, todo se lo roban, envalentonados por una justicia que no es ni pronta ni cumplida.Motivo a los jóvenes a no dejarse engañar por aquellos que prometen paraísos socialistas, sin entender siquiera como funciona una economía productiva. En una democracia republicana y liberal, todos tienen cabida, todos deben hacer su aporte, siempre y cuando jueguen limpio”. Como dice el cantautor Victor Manuel, “aquí cabemos todos o no cabe ni Dios”.
Molnar. La izquierda vista de frente es un ensayo de Thomas Molnar, publicado en 1973, en el que el autor analiza críticamente la ideología de la izquierda, centrándose en sus raíces filosóficas y su evolución. Molnar argumenta que la izquierda, en su esencia, se caracteriza por la negación de los valores tradicionales y una constante búsqueda de utopías. Para él, la izquierda política intenta transformar la sociedad a través de la deconstrucción de instituciones y normas que considera opresivas, aunque a menudo sin una base sólida para lo que pretende construir en su lugar.
Molnar también critica el enfoque de la izquierda hacia el progreso, viendo sus ideales como un alejamiento de la realidad y una tendencia hacia el nihilismo. Además, contrapone la visión de la izquierda con la de la derecha, que en su opinión está más arraigada en una «intuición del ser» y en la preservación de los valores esenciales de la civilización occidental. Fuente: ChatGPT.
Definición de ideología. La ideología es un conjunto de ideas, creencias, valores y principios que forman un marco de referencia para interpretar la realidad y guiar el comportamiento, tanto individual como colectivo. Estas ideas suelen estar relacionadas con temas como la política, la economía, la cultura, la religión y la sociedad. Las ideologías ayudan a estructurar la manera en que las personas comprenden el mundo, sus roles dentro de él, y cómo creen que debería funcionar. Fuente: ChatGPT.