Federico Paredes, analista agroambiental.
A ninguno de nosotros se nos ocurriría usar el adjetivo “epiyectivo” para señalar “cansancio”. No obstante, la RAE tiene identificado este adjetivo como un sinónimo de “exhaustivo”.
Hay muchos términos que existen en nuestra lengua castellana,que no son de uso frecuente en nuestra habla latinoamericana, por ejemplo.
Yo no recuerdo en mi época de colegio e inclusive de universidad, el término “resiliente” o “resiliencia”, el cual se puso de moda o “entró en escena” (digamos) a partir del año 2000. Ahora todos sabemos lo que implica la resiliencia, o ser resiliente.
Últimamente en nuestro país hemos escuchado el término “gentrificación” utilizado por cierta fracción de diputados en el Congreso. Pero ¿Qué cosa es la gentrificación?
Este término está definidopor los sociólogos como un proceso de transformación de un espacio urbano que se encuentra en estado de deterioro o que está en proceso de decaer a partir de la reconstrucción o la rehabilitación infraestructural, con mayores desarrollos que los preexistentes.
Dicha acción implica un aumento de los alquileres o del valor deventa de estos espacios lo cual conduce a que los residentes, que tradicionalmente habitan el lugar, lo abandonenubicándose en lugares más periféricos.
Este fenómeno lo hemos visto sobre todo en la provincia de Guanacaste donde la plusvalía de los terrenos, especialmente los que se encuentran frente al mar,han sidoc omprados por grandes cadenas hoteleras o desarrolladores inmobiliarios, que luego son disfrutados por clases sociales con mayor capacidad económica.
La Gran Área Metropolitana (GAM) de San José está viviendo un fenómeno similar con el sinnúmero de urbanizaciones condominales que se han desarrollado en sectores que habían sito estigmatizados por su no muy buena reputación; este es el caso de Los Sitios o La Fila de Moravia que estaban revestidos de una cuasi inmunidad para que la policía entrara a resolver hechos delictivos o a combatir grupos dedicados a realizar acciones ilícitas. En este caso, la gentrificación ha sido muy positiva ya que estos desarrollos urbanísticos, prácticamente le “han limpiado la cara” a estos sectores.
Volviendo al escenario etimológico del término de marras, es interesante señalar que “gentrificación” tuvo su origen en Inglaterra, con el sustantivo “gentry” que se refiere a la alta burguesía, a la pequeña aristocracia, o en general a la familia-bien o gente de clase social alta.
Estamos hablando de un vocablo que también se ha adaptado a varios idiomas como el francés“gentrification”, al alemán “Gentrifizierung” y al portugués “gentrificação”. El término gentrificación fue utilizado por primera vez por la socióloga Ruth Glass en 1964 cuando se dedicó a estudiar los cambios sociales que se presentaban en Londres con relación al resto del territorio.
En Costa Rica, la gentrificación ha adquirido notoriedad merced a los grandes desarrollos hoteleros y turísticos en el Golfo de Papagayo, el Caribe Sur y en otras áreas del territorio nacional. El mayor temor es que, si bien es cierto todas las playas en este país son públicas, los avances turístico-hoteleros ponen en riesgo la accesibilidad del tico promedio para acceder a esas playas.
Algunos congresistas han manifestado su preocupación de que,si no se regula bien este fenómeno, podríamos entrar en una corriente como la que han tenido Puerto Rico, Cancún, Hawái,Baja California o República Dominicana, en donde solo los turistas del extranjero o nacionales con dinero pueden acceder a estas playas o sitios paradisíacos
Otro factor de corte sociológico que implica todo esto, es el temor de que la presencia de sectores extranjeros influya de manera directa en las costumbres y cultura local. Ya esto lo vimos en Tamarindo cuando no había alcanzado la notoriedad que tiene hoy día como polo de desarrollo turístico. Empresarios locales no-costarricenses se dieron a la tarea de organizarse para tener una policíalocal que los defendiera del vandalismo y los robos a sus negocios, ante la inopia de las autoridades del Ministerio de Seguridad.
Los residentes nacionales “pegaron el grito al cielo” y fue cuando las autoridades de Seguridad Pública junto con las municipalidades de la zona hicieron su ingreso para “poner orden” y afianzar su presencia en Tamarindo.
La Ley de la Zona Marítimo-Terrestre debe ser actualizada y mejorada para poder ejercer los controles y soberanía necesarios e impedir que el país “se nos vaya de las manos”. Ojalá que esta actividad no resulte epiyectiva.