Arturo Fournier, abogado jubilado y exdiplomático.
Semana del 24 de FEBRERO al 02 de MARZO del 2025
En el Mundo
24 de febrero del 2022 (hace 3 años) Rusia ataca a Ucrania, alegando defender a sus nacionales, en lo que fue denominado “operación militar especial”.
Mucho se ha dicho y existen opiniones muy encontradas en relación con este conflicto, por lo que para muchos es difícil hacerse de un criterio objetivo, máxime que en nuestro sector del mundo sólo tenemos acceso a una verdad, puesto que se ha prohibido el acceso a medios de información rusos.

Hoy más que nunca tiene vigencia la observación del premier británico Chamberlain sobre la necesidad de dos para lograr la paz, al escuchar las reacciones negativas de presidente Zelensky, contra el presidente Trump.
Los dos países enfrentados funcionaron como una sola nación por más de 300 años, por lo que algunos hablan de una guerra civil y no de un choque entre dos países.

Por tal razón debemos analizar la actitud de muchos ucranianos a favor de la invasión nazi (el exterminio de alrededor de 1,6 millones de judíos ucranianos), entre ellos por el criminal de guerra Bodhan Kosiy, quien se vino a refugiar a nuestro país, donde reconoció ante el Juez Penal de Alajuela, que “yo soy la persona a la que se refieren los hechos denunciados”. ¿Cuáles eran? = haber asesinado a niños, viejos y adultos, a familias enteras, siguiendo los preceptos de Stepan Bandera -cuyos seguidores, según algunos, integran el ejército actual-, usando métodos muy parecidos, pero ahora contra los ucranianos/rusos y no contra los judíos.
La guerra se mantiene por 3 largos años, se han involucrado con suministro de armas y de técnicos especializados, no sólo los contendientes directos, sino países europeos y los EE.UU., por lo que algunos hablan de una tercera guerra mundial de bajo perfil.
“Give peace a chance” cantaba John Lennon. Todos los amantes de la paz en todo el mundo, debemos hacer esfuerzos y poner nuestro granito de arena, para que este conflicto termine y se vuelva a instaurar la paz.
La Asociación Internacional de Juristas Demócratas ha integrado una comisión en tal sentido, en la cual participamos abogados de Suráfrica, Estados Unidos y quien les escribe, representando a Latinoamérica.
“Siempre vive con grandeza quien hecho a grandeza está” escribió José Zorrilla, frase que nos lleva a recordar el 25 de febrero de 1778 (hace 247 años) cuando nació en Argentina José de San Martín, hijo de españoles precursor de la independencia de Argentina, Chile y Perú.

Tuvo experiencia militar en la madre patria, en África y en Portugal, también participación destacada cuando el pueblo español se levantó contra la invasión francesa.
Más de 20 años después, al producirse en 1810 el grito emancipador en Argentina, ya era parte de las logias que se reunían en Cádiz, buscando la independencia de América, por lo que solicitó el retiro militar, renunciando a su carrera y a su porvenir, para volver a su patria de origen. De camino, en Londres entró en contacto con los grupos que había creado Miranda.
En cuando volvió (1811) ofreció sus servicios al gobierno revolucionario, y empezó a preparar el cuerpo de caballería, a partir del cual, empezó a crear la nueva concepción del luchador por la libertad.
Empezó a devolver la confianza a las huestes, su visión militar advirtió de las dificultades del Alto Perú. Atravesó la cordillera de Los Andes, entró a Chile, desde donde planeó su ataque por el pacífico hacia Lima el corazón realista; asistió al Congreso de Tucumán, donde convenció a los diputados, quienes lo apoyaron para que liberara Chile, sin ánimo de conquista, lo que demostró no aceptando el cargo de director supremo, para el que sugirió al general chileno Bernardo O´Higgins.
La gran victoria en Maipú no sólo lesionó el poderío realista, sino que llamó la atención de Bolívar.

Al igual que el otro gran libertador, no tuvo suficiente apoyo militar ni económico, y también sufrió serios padecimientos físicos que lo tuvieron en cama.
En 1821 conquistó brillantemente Lima, sin disparar un tiro, donde proclamó la independencia el 28 de julio.
Ejerció un año el gobierno como Protector, fundó las bases para el ejército peruano, creó el poder judicial independiente, fundó la biblioteca nacional y una Escuela Normal.
Se reunió con Bolívar el 26 y 27 de julio de 1822 para delinear la causa de la independencia de Suramérica, luego de lo cual decidió terminar su vida pública, dejando todo en manos de Bolívar “porque esto era lo mejor para el destino de América”, instalando y entregando el poder al Congreso.
En su Manifiesto al pueblo peruano expresó que después de alcanzada la independencia de Chile y Perú, se consideraba recompensado por las penalidades de 10 años de guerra, “mis promesas para con los pueblos … están cumplidas: hacer la independencia y dejar a su voluntad la elección de sus gobiernos”, demostrando así “las aristas de una personalidad moral por encima del nivel común”.
Luego de la muerte de su esposa optó por un exilio voluntario en Europa, por casi 30 años, que interrumpió para volver a servir a su patria, en la guerra que tenía contra Brasil, pero cuando logró regresar ya se había firmado la paz. Después dos partidos argentinos, contendiente en la guerra civil solicitaron sus servicios, por lo que no se quiso involucrar, y regresó a Europa, donde falleció el 17 de agosto de 1850. Sus restos repatriados están en la Catedral de Buenos Aires.
Fue tan grande su aporte que tiene el honor de compartir con Simón Bolívar el título de Libertador de América.
El 27 de febrero de 1933 (hace 92 años) se produce el incendio del Reichstag en Alemania, que sirvió de pretexto al nazismo para conquistar el poder. Hay quienes se lo atribuyen al partido de Hitler, otros hablan de una acción “por la libre” de un comunista.

Como muchos hechos, existen varias versiones.
En Costa Rica
La guerra de Coto fue un conflicto armado entre Costa Rica y Panamá que abarcó del 20 de febrero al 7 de marzo de 1921 (hace 104 años). Nuestro país reclamaba el desconocimiento del Laudo White por parte de Panamá, por lo que no pudo entrar en posesión del territorio pacífico que esa resolución le había restituido en 1900.
El presidente Acosta envió tropas para defendernos de una incursión panameña, pero fueron apresados los 25 soldados ticos, y luego otros dos contingentes de refuerzos cayeron en emboscadas, lo que levantó la protesta general que llevó a que el 4 de marzo se tomara el puerto de Almirante, con el apoyo solidario de Guatemala, El Salvador y Honduras; luego medió Estados Unidos, comprometiéndose a hacer cumplir el Laudo.
Está registrado que durante esta contienda, murieron 31 costarricenses y 48 resultaron heridos. Del lado panameño fueron heridos 2 soldados y murieron 3 civiles.
Desde el mismo año 1921 se conmemora el enfrentamiento armado en que Costa Rica defendió la soberanía del territorio de Coto, recobrada en setiembre de ese año, que había sido definida en el Laudo Loubet de 1900 y por el Tratado Anderson Porras.
En la publicación “Derechos”, denominada SI ME OLVIDAS ELLOS GANAN, se relata que el 24 de febrero de 1980 (hace 45 años), fueron detenidos, desaparecidos, torturados y luego asesinados dos jóvenes, el salvadoreño/costarricense Roberto Castellanos Braña, de 29 años y la danesa Annette Mathiessen, de apenas 22 años. Múltiples testigos vieron cómo varios miembros de la Policía Nacional de El Salvador arrestaron primero a Roberto frente a su casa y poco después volvieron para llevarse a Annette.

Sus cuerpos aparecieron el 8 de marzo de 1980 en un tiradero de basura en las afueras de San Salvador. Los cuerpos de Roberto y Annette fueron velados en la Universidad de El Salvador, junto a 17 jóvenes más, cuyos cadáveres aparecieron en las calles salvadoreñas aquel día. El crimen ocurrió apenas un mes antes del asesinato de Monseñor Romero, quien ofició la misa de funeral de los dos jóvenes.
En la misma fecha 24 de febrero, pero 70 años después que el anterior crimen, en el 2020 (hace 5 años) asesinan al indígena Brörán de Térraba Jehry Rivera.

La Rama Costarricense de la Asociación Americana de Juristas, ha visto con honda preocupación el incremento de la cantidad de homicidios en Costa Rica, producto -muchos de ellos- de la actividad del crimen organizado, o fundamentados en la injusticia social y la inequidad económica.
Aún más grave y de mayor trascendencia, son los crímenes que atentan contra la vida -uno de los derechos humanos fundamentales-, por razones de discriminación racial, o por objeción a la libertad de conciencia de otras personas, o relacionados con intereses económicos o de depredación del ambiente.
Un país como el nuestro, baluarte en la defensa de los derechos humanos, no puede permitir que crímenes como este queden impunes, ni tampoco que la vida humana quede sin tutela.
Grande el licenciado! Con mucho orgullo agradezco su amistad!!