Fernando Berrocal, exministro de Seguridad Pública.
Felicito a Martin Arias, policía de larga , valiente y patriótica historia personal de servicio a Costa Rica, como Jefe de nuestros Guardacostas, por sus declaraciones en el programa Horizontes , reproducidas ayer en el periódico La Nación.
Aun y cuando el art.29 de la Constitución Política, establece el derecho a la libertad de expresión, los oficiales de la Fuerza Pública están limitados y obligados a no DELIBERAR ni «hacer manifestaciones o declaraciones en forma individual y colectiva» por el articulo 12 de la Constitución Política.
Dicho artículo 12 los subordina al poder civil y así lo desarrolla y ratifica el art. 3 de la Ley General de Policía.
Es más, los oficiales que hicieron esa declaración «individual y colectiva» no sólo vlolaron la Constitución Politica, sino que cometieron delitos penales por «incumplimiento de deberes» como funcionarios públicos y hasta contra la hacienda pública si la grabación del video se hizo en horas laborales.
Como Ex Ministro de Seguridad Pública me duele muchísimo esta situación, porque los conozco y, en especial, en el caso del Jefe de la Policía de Control de Drogas, doy fe de su capacidad profesional y del inmenso esfuerzo que hace ese Cuerpo Especializado, a pesar de las limitaciones presupuestarias actuales, en la lucha nacional contra las mafias del narcitrafico y la criminalidad organizada, como primer tema de la Agenda País.
Pero la ley es la ley y Costa Rica es un Estado de Derecho.
El Ministro de Seguridad Publica, COMO CIVIL, puede hacer y decir en su defensa o a favor de su gestión, lo que quiera y le parezca, pero los OFICIALES POLICIALES, en tal condición y menos aún uniformados, tienen una prohibición constitucional y legal que, en este caso lamentable e inaceptable ha sido violentada públicamente.
Nuestra Fuerza Pública, por definición, es civilista, democrática y no deliberante. Pertenece a todos y todas las costarricenses y, bajo ninguna circunstancia, puede DELIBERAR ni sus oficiales tomar partido en una disputa de opiniones políticas entre el Poder Ejecutivo y Diputados de la Asamblea Legislativa.
Esos oficiales y lo lamento muchísimo, se equivocaron gravemente.
Honor a nuestros abnegados y valientes policías y a la Fuerza Pública como garante de nuestra vida en libertad y democracia y que así sea por y para siempre en Costa Rica.