César G. Fernández Rojas, educador pensionado.
La filósofa española Adela Cortina reflexiona: A la ética le ocurre lo mismo que a la estatura, al peso o el color, que no se puede vivir sin ellos. Todos los seres humanos son más o menos altos o bajos, todos son morenos rubios o pelirrojos, todos pesan más o menos, pero ninguno carece de estatura, volumen o color. Igual sucede con la ética, que una persona puede ser más moral o menos según determinados códigos, pero todas tienen alguna estatura moral. Es lo que algunos filósofos han querido decir al afirmar que no hay seres humanos amorales, situados más allá del bien y del mal, sino que somos inexorablemente, constitutivamente, morales.
Es inevitable dejar de encontrarse a sí mismo como sujeto ético, en tanto, la eticidad como modo de ser, de actuar y de vivir es inherente a los seres humanos.Cada quien es dueño de sus actos. Forja su propio destino. Pese a mudar su apariencia y su mundo interior se sigue reconociendo como una persona que no tiene fronteras. El ideal es la formación de su conciencia universal. Cuando está abierto a todo, se es de alguna manera todo.
Las construcciones sociales descansan en la reflexión que se origina del pensamiento filosófico y el ligamen para uncir los principios,las nociones, conceptos y convicciones con los propósitos e intenciones de las ciencias sociales, exactas, científicas y religiosas. La ética, como reflexión de la conducta moral, concierne a los modos correctos de vida, según las sanas costumbres y las creencias, y se requiere del pensamiento, razonamiento, entendimiento, afecto y sabiduría para responder las constantes interrogantes de la vida cotidiana.
Las personas constantemente inquieren respuestas, para sí, acerca de las relaciones intersubjetivas y razonan sobre las condiciones morales del devenir político, económico, social, multiétnico y pluricultural; del capitalismo y la falta de equidad; el derecho al trabajo, la justicia social y la igualdad de oportunidades; la disquisición sobre el uso civilizado de la tecnología y la IA; de la democracia y los fenómenos sociales actuales que la afectan: pobreza, migración, narcotráfico, sicariato, desmejoramiento del sistema educativo, de la salud pública y el deterioro ambiental; las percepciones inquisitivas sobre la identidad de género, el aborto, la eutanasia, los derechos de las minorías y un sinfín de temas que conciernen a la filosofía de la ética y sus nexos con las humanidades.
Las inquietudes morales siempre serán indispensables, porque legislar para el bien común no es promulgar en provecho propio, olvidando los beneficios y el bienestar general; porque es aprovecharse de la pobreza, los confundidos y el analfabetismo para agregar adeptos y utilizar el lenguaje populista que finge que se trabaja por sus necesidades, para socavar la armonía social.
Las discusiones morales dependen de la rectitud de la intención.La conciencia ética está uncida al sujeto ético. Debemos ejercer una ética aplicada vinculada con los deberes y las acciones correctas. Para Kant la ética es un asunto de principios y de buena voluntad porque la ética es buena en sí misma. Esa forma de actuar refiere al imperativo categórico: a la intención pura de actuar bien y correctamente.
Con la ética y la formación moral se cultivan los valores y florecen las virtudes.El concepto de virtud entraña el mejoramiento de un hábito operativo bueno, porque una buena obra también hace bueno a quien hace el bien, dicen Aristóteles y santo Tomás. No sin antes presentir que el germen de la materialidad conduce por los caminos de la apariencia y la forma, pero no por el fondo de la autonomía moral,porque todas las personas tienen alguna estatura moral según Cortina.
La complejidad del país actualmentenos impide permanecer impasibles. Algo debemos hacer, algo debemos decir frente al desenfreno de los problemas sociales que corroen, involucionan y hacen injustas las decisiones en la política, la educación, la cultura, la hacienda pública y la economía.
El aislamiento por conservar las esencias de los grupos de poder desemboca rápidamente en la entropía social ante la confusión de las ideas, la falta de valores compartidos, el inútil uso de los fondos públicos, los cambios abruptos en las decisiones políticas, la disparidad en el acceso a los servicios públicos y la distribución de las oportunidades laborales, la concentración de la riqueza, el olvido de los desposeídos y la pérdida de competitividad; ya que los recursos huyen de esos escenarios petrificados y corren a instalarse en ambientes donde las sinergias fluyen dinámicamente, ofreciendo un escenario siempre renovado y cambiante.
El término moral se atribuye a Cicerón. En el libro De Fato escribió sobre el fatalismo. ´Nos parece conveniente enriquecer la lengua latina llamando a la parte de la filosofía que estudia las costumbres, moral´.En tal sentido, se reserva el vocablo moral para el conjunto de comportamientos de las personas, lo que Aranguren ha llamado la moral vivida, al decir,´las creencias de la gente sobre lo justo y lo injusto, lo bueno y lo malo, el castigo y el mérito´. En cambio, ética significa la reflexión teórica sobre las razones morales de un determinado comportamiento, lo que Aranguren ha denominado la moral pensada. (Cfr.Moral. Diccionario de términos éticos. Carmona, del Prado, Galindo. Pág.379. 2002).
La conducta moral está uncida a la naturaleza humana. En la noción interior de lo que es bueno, correcto y justo. La ética y la moral están correlativamente integradas: una y otra subyacen en nuestra mente, nuestros pensamientos y nuestros actos.
Así, la integridad de cada acto individual refleja el fulgor de la capacidad moral.La verdadera dimensión de ese estado íntimo, profundo, para gobernarse a sí mismo, es la conciencia ética, de la cual se deriva la convivencia moral que se pone de manifiesto en la vida ciudadana.
John Dewey expresó en el capítulo inicial de su obra: Democracia y educación (1916) que la educación, en su sentido más amplio, es el medio para la continuidad social de la vida. Por consiguiente, la educación moral se erige como la educación del honor, la virtud, la integridad y la probidad, para seguir los principios buenos y correctos de la vida.
La educación fortalece la formación integraldel desarrollo continuo de la persona, las instituciones, la sociedad y las culturas, fundamentada en los avances de la verdad, la belleza y la bondad, la afirmación de los derechos humanos, los fines de la educación, los desafíos del progreso científico, las tendencias tecnologías de la información, el respeto a la naturaleza, a los seres sintientes o no, a la biodiversidad y una comunidad medio ambiental de múltiples interdependencias y reciprocidades.
Es deber de la educación contribuir con la sociedad para auto dirigir la permanente construcción del carácter ético, social y cultural de la nación, sobre las bases firmes del ejercicio de la libertad de conciencia, la pureza de los derechos, deberes y garantías ciudadanos, el respeto a los principios de orden jurídico, ético y moral, y el fortalecimiento de las instituciones políticas y civiles de nuestra democracia.
La educación es la expresión más auténtica del espíritu humano. Desde su origen, el ser humano se autodescubre como sujeto ético con intelecto, razón, entendimiento, emociones, sentimientos y espíritu; con capacidad para la reflexión ética, la expresión de principios, actitudes, hábitos, valores, virtudes y aptitudes, habilidades, destrezas y competencias.
Este espíritu humano da origen a ideales como la integridad, la dignidad, la paz, la libertad, la prudencia, el respeto, la justicia social, el bien común, el fortalecimiento de la conciencia ética,el acervo multiétnico y pluricultural, el compromiso consigo mismo y con los demás, entre múltiples cualidades humanas. Somos ciudadanos amantes de su Patria, conscientes de sus deberes, de sus derechos y de sus libertades fundamentales, con profundo sentido de responsabilidad y de respeto a la dignidad humana. Somos personas que transmitimos nuestro legado a las nuevas generaciones.
LEY FUNDAMENTAL DE EDUCACIÓN
CAPÍTULO I
De los Fines
Desde la simiente, el artículo 1.- de los Fines de la educación costarricense, establece: ARTÍCULO 1.-Todo habitante de la República tiene derecho a la educación y el Estado la obligación de procurar ofrecerla en la forma más amplia y adecuada. Por lo que se deberá estimular y fomentar en los educandos el aprecio por el ejercicio de los derechos humanos y la diversidad lingüística, multiétnica y pluricultural de nuestro país.(Así reformado por el artículo 2° de la ley N° 9456 del 6 de junio de 2017, «Reconocer el carácter multiétnico y pluricultural de Costa Rica»).
El acto de educar,es el acto de formación del pensamiento más auténtico para preservar la cultura humana.Estas son las reservas morales de los costarricenses: ARTICULO 2º.- Son fines de la educación costarricense:
- a) La formación de ciudadanos amantes de su Patria, conscientes de sus deberes, de sus derechos y de sus libertades fundamentales, con profundo sentido de responsabilidad y de respeto a la dignidad humana;
- b) Contribuir al desenvolvimiento pleno de la personalidad humana;
- c) Formar ciudadanos para una democracia en que se concilien los intereses del individuo con los de la comunidad;
- d) Estimular el desarrollo de la solidaridad y de la comprensión humanas; y
- e) Conservar y ampliar la herencia cultural, impartiendo conocimientos sobre la historia del hombre, las grandes obras de la literatura y los conceptos filosóficos fundamentales.
- f) Promover la formación de ciudadanos amantes de su patria multiétnica y pluricultural, conscientes de sus deberes, derechos y libertades fundamentales, con profundo sentido de responsabilidad y respeto a la dignidad humana sin discriminación de ningún tipo.(Así adicionado el inciso anterior por el artículo 4° de la ley N° 9456 del 6 de junio de 2017, «Reconocer el carácter multiétnico y pluricultural de Costa Rica»).
- g) Promover el bienestar económico y un ambiente sano a través de herramientas de educación financiera. (Así adicionado el inciso anterior por el artículo único de la Ley N° 10198 del 5 de mayo del 2022).
ARTICULO 3º.-Para el cumplimiento de los fines expresados, la escuela costarricense procurará:
- a) El mejoramiento de la salud mental, moral y física del hombre y de la colectividad;
- b) El desarrollo intelectual del hombre y sus valores éticos, estéticos y religiosos;
- c) La afirmación de una vida familiar digna, según las tradiciones cristianas, y de los valores cívicos propios de una democracia;
- d) La trasmisión de los conocimientos y técnicas, de acuerdo con el desarrollo psicobiológico de los educandos;
- e) Desarrollar aptitudes, atendiendo adecuadamente las diferencias individuales; y
- f) El desenvolvimiento de la capacidad productora y de la eficiencia social.
- g) El desarrollo de aptitudes orientadas a un manejo sano y adecuado de las finanzas personales a través de herramientas de educación financiera. (Así adicionado el inciso anterior por el artículo único de la ley N° 10198 del 5 de mayo del 2022).
- h) Mantener, en forma permanente, el estudio de la Declaración Universal de Derechos Humanos proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas. (Así adicionado el inciso anterior por el artículo 2° de la ley N° 10030 del 30 de setiembre de 2021, «Declara el 10 de diciembre, de cada año, como Día Nacional de los Derechos Humanos»). (Así modificada la numeración del inciso anterior por el artículo único de la ley N° 10198 del 5 de mayo del 2022, que lo traspasó del antiguo inciso g) al h)).(Cfr. Ley Fundamental de Educación. Sistema Costarricense de Información Jurídica. Procuraduría General de la República. – Usted está en la última versión de la norma – Fecha de generación: 20/2/2025).
La construcción y reconstrucción de la cultura ética de los ciudadanos y sus Instituciones es inagotable, ya que la formación de la sociedad debe ser integral, comprensiva, creativa y permanente, pero, esencialmente, vivencial; sustentada en un imperativo democrático y pluridimensional.
La educación formal costarricense debe regresar a los ejes curriculares transversales para la formación de los principios éticos, la convivencia de las virtudes y los valores morales supremos de una república soberana que asienta su vida ciudadana en los ideales democráticos de los derechos humanos. Cuánta falta hace regresar a la reforma integral de la educación sustentada en estos principios.
¿Por qué es esencial la educación de la ética y la formación moral? Porque la ética es un atributo humano. Es una reflexión de nuestros actos.
Es la causa, el origen consciente de donde brotan todos nuestros actos; podemos realizar tareas manuales, artesanales, técnicas o profesionales; ser padres y madres de familia, miembros de una organización social, comunal o deportiva y siempre el significado de nuestros actos van a surgir de nuestras virtudes y valores.
Porque la ética fragua, moldea el carácter humano; ese es el origen del vocablo ethos, costumbres, usos, idiosincrasia.
Al moldear el carácter la ética y la moral determinan de forma precisa nuestras actitudes, y, con éstas, al conjunto de reacciones y hábitos de comportamiento que se han adquirido durante la vida, y que dan especificidad al modo de ser individual.
Orienta las acciones que ejecutamos por medio de nuestras experiencias; de antemano sabemos si lo que vamos a hacer está bien o mal.
Porque al saber lo que hacemos, somos conscientes del devenir de nuestra conducta, sea que estamos actuando correcta o incorrectamente.
Porque las valoraciones de nuestras propias acciones deciden lo apropiado, lo pertinente, lo lógico y lo justo de nuestras acciones y decisiones según las circunstancias del entorno.
Nuestras decisiones determinan nuestra conducta moral. En ocasiones el cargo de conciencia que tiene una persona sobre sí misma, eso que siente involucra sensaciones, pensamientos y sentimientos de culpa, cuando se actúa mal o incorrectamente.
La ética permite vivir responsable y libremente; de aquí se deriva la prudencia, la honorabilidad y la decencia de nuestras conductas.
Se honra a la Patria de múltiples maneras, con hombres y mujeres patriotas que guían con rectitud la senda del desarrollo y el progreso. Honra a la Patria el líder sindical, el labrador, el artista, el obrero, el clérigo, el artesano, el taxista, el gendarme, el estudiante, el educador, el profesional, el científico, el sabio … y todos requieren, esencialmente, la firmeza de la ética.
El honor, la virtud, la belleza, la verdad y la bondad son atavíos internos del ser humano superior: llámese tejedor o carpintero, médico o sastre, impresor o abogado como lo precisó Roberto Brenes Mesén.
La buena disposición al deber, como a la reflexión ética y la convivencia moral, son asuntos humanos; por cuanto la libertad, la dignidad y la rectitud no pueden ser despojados de la materia constitutiva del ser humano.Por lo tanto, todo acto querido que procede de una decisión libre y voluntaria es imputable a su autor, afirma Kant.
No cabe duda que en esta hora que Costa Rica vive, se deben conciliar las políticas públicas con la armonía social. Los costarricenses poseemos las suficientes reservas morales para encontrar una solución dialogada que no deje cicatrices en el alma nacional.
