“No andes, Sancho, desceñido y flojo, que el vestido descompuesto da indicios de ánimo desmalazado”
(Miguel de Cervantes en su obra: Don Quijote)
Adriana Núñez, periodista Visión CR
Años atrás, en nuestra región, sobre todos las mujeres costarricenses tenían fama no sólo por ser bonitas y vivaces, sino también porque salían de sus casas bien peinadas e impecablemente vestidas. Independientemente de su clase social, marcaban la diferencia con estilo. Junto a las hermosas sonrisas y brillantes cabelleras, las ropas que usaban les daban un “garbo” inigualable.
Pero en nuestros días, mucha gente circula por las calles como si estuviese acabada de levantarse: lagañosa, añeja y enfundada en el primer trapo que encontraron. Y esto no ocurre porque no les alcance la plata para adquirir prendas o zapatos de calidad, pues generalmente -sobre todo los adultos jóvenes- gastan bastante dinero, especialmente en tenis, camisetas y pantalones “de marca” aunque sus escogencias -al mejor estilo de las “bandas” neoyorquinas- les hacen lucir aún más descuidados y andrajosos.
Ni qué decir de los ropajes “hechos en China” que se destiñen y destrozan a la primera lavada y aun así, los siguen usando…mientras que los “jeans” raídos, sucios y más grandes que la talla del portador, se han convertido en el uniforme obligado de hombres y mujeres, incluso en sitios en los que existen códigos de vestimenta, como por ejemplo, la Asamblea Legislativa.
Lo cierto es que con algunas excepciones, claro está, hay toda una generación de costarricenses que pese a trabajar en servicio y atención al cliente, puestos ejecutivos, educando a los niños o atendiendo tras un mostrador, ponen más empeño en poseer un teléfono celular de última tecnología -con el cual se distraen de sus labores- que en mantenerse presentables frente al público y a sí mismos. A ellos hay que recordarles que “el hábito no hace al monje, pero definitivamente, ayuda.”
Y ahí es donde los productos de muchos emprendedores, juegan un papel importante pues la mayoría de ellos son, como decía el lema de los antiguos comerciantes de telas, que incluso importaban géneros desde París, “buenos, bonitos y baratos”.
Realmente los pequeños y medianos empresarios- particularmente los que diseñan y confeccionan prendas de ropa- se esmeran continuamente para mejorar la calidad de los artículos, son cada día más creativos y se han convertido en una alternativa idónea para las personas que quieran mejorar su presentación personal sin excederse en el gasto y sin renunciar a la comodidad.
No obstante, a pesar de que nuestro país tiene varios programas para apoyar a las pequeñas empresas y las iniciativas individuales de artesanos, diseñadores y creadores nacionales, en realidad son pocos los espacios con los que estas personas cuentan para difundir sus productos.
Algunos centros comerciales realizan “ferias” donde los emprendedores pueden inscribirse y mostrar todo tipo de manufacturas, pero ello ocurre esporádicamente. Y en el caso de las páginas y anuncios por internet, aparte de generarles un costo adicional, también les obliga a competir con infinidad de artículos, entre los que abundan las copias baratas o deficientes que engañan al consumidor y en ocasiones, resultan ser un verdadero fiasco para quien los adquieren. Cuando eso ocurre, se pierde la confianza y pagan justos por pecadores. Por ello, el trato personalizado suele ser lo ideal.
Color, textura y respaldo
Por lo anterior, hoy deseamos presentarles una de esas opciones, la cual además de ser muy atractiva y accesible, está “blindada” por la experiencia en el ramo textil, de quien la produce.
Se trata de los “enterizos” para mujeres de todas las edades que confecciona Arlyne Salgado en la ciudad de Escazú.
Frescos y livianos, están elaborados con tela “brush”, un tipo de material con características muy particulares; es elástico, posee una textura suave y lisa, es transpirable, resistente y de secado rápido. Los hay en variados colores para que cada fémina pueda elegir el que mayor realce le brinde a su piel; entre las tonalidades disponibles están: verde hoja, verde musgo, terracota, café, azul petróleo, rojo, negro y blanco hueso. Las prendas son suaves y se adaptan a la figura.
Se pueden encargar personalmente o a través del número de WhatsApp 8383-5233. El precio de cada una es de 20.000 colones y aunque son talla única, las hay tanto largas como cortas. Solos o adornados con fajones, chaquetas o algún collar, los enterizos se pueden lucir en distintos ambientes y ocasiones.
No pierda la oportunidad de adquirir al menos uno y sobre todo, apúntese a salir de la monotonía, sintiéndose luminosa y atractiva.
Deje atrás lo que no contribuya ni con su ánimo ni con su aspecto. Por el contrario, atrévase a dar el paso y a marcar la diferencia.
Recordemos siempre que aunque algunos no le den la importancia necesaria, incluso los psicólogos han señalado de manera muy acertada que «la ropa no es solo una cuestión de estética, sino que también es una forma no verbal de comunicarse», que transmite información sobre la personalidad del individuo, su identidad y estado de ánimo. «La vestimenta puede ser un reflejo de la individualidad, la pertenencia a grupos y la forma en que una persona quiere ser percibida por los demás».